Gata Cattana, 'Poesía completa' (Aguilar, 2024): la herencia de una voz perdida en el sur

  • Iniciador del tema Iniciador del temasframi
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

sframi

Member
Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
58
portada-2.jpeg

¿Qué dureza es capaz de resistir el cuerpo? ¿Es el corazón parte de la carne o del alma? La poesía completa de Gata Cattana editada por Aguilar este año puede traer la respuesta. Y si solo es cuestión de números: «Al final todo el mundo/tiene un precio». Ginebra de marca, historias de la mitología griega, los libros infantiles junto a los cerros de Granada. Sierra Nevada como el Monte Olimpo. Películas proyectadas contra la pared de cal blanca, ¿A dónde ibas, Gata?: «Fuimos tan del sur/que le dimos la vuelta».

Su madre sigue esperando su vuelta. Pangea era el tiempo de abrazos entre Gata y su madre. ¿Son tus amigas fantasmas o voces en off? Pero si tú, niña, ahora tienes tu voz en mi walkman, tu voz muerta y distante. Tan lejos. Babel, Pandora, Troya, Salomé, Lucifer y María Magdalena. La bandeja de plata. Una canción. Amor de ricos y amor de pobres. ¿Quién salta por la venta cuando el hambre llama a la puerta?: «El amor es la única arma que tienen los pobres/para defenderse».


¿Quién vigila al vigilante? La poesía, no podemos negarlo, tiene algo de física, de ciencia, de orden. Si no puedes esculpir utopías o analizar cadáveres, sin ese tiempo, mejor lo dejas: «Tu oficio, poeta es dignificar la especie, /hacer que quepa la diosa».


Desapariciones. Ahora, con la muerte presente. Con tu muerte ausente, te das cuenta a qué lanzaba la poeta mensajes. El lastre, el desastre, el lastre del desastre. Se deja conservar en los poetas: «Ahora sólo me deshago./Escribo desapariciones». ¿Qué violencia? Es guerra, la guerra era ella. No existe una revuelta futura, siempre hay una derrota. El EP Medusa, Juana la Loca, Helena, Penélope. Todos tienen nombre de canciones. La hermana pequeña. TEOGONÍA. Canciones de Narciso, canción de Christina Rosenvinge.

Ángel caído, un Lucifer que siempre resulta atractivo. En el vital devenir de la palabra de Gata, los dioses se ven amenazados y no utilizan sus poderes: «Elaboran logaritmos/y fórmulas ambientales para que en la misma medida que el agua y el fuego/Nos hicieron mutuamente excluyentes e incompatibles».

Feminismo ajeno. Dureza contra las barreras, usar las máscaras del desconcierto. Promesas frente a Pandora. Es el último sexo antes del final de los Mayas. Un gramo. Bulerías y trap. Poeta hambrienta que acaba comiendo arena, busca algo, son los poetas los que funan a las musas: mira como Gata la espera con un arma. La leyenda del tiempo, la leyenda del espacio. El Niño de Elche canta el himno de la Falange. La poeta y la musa se intoxican solas, quieren ser libres mientras el pinchadiscos hace scratch con sus almas. CREAR.


Los materiales del mundo son granito y hormigón. Y contra ellos es la sangre la que choca. La vida es aleatoria en su composición. Ella, ya lo he dicho, es Pandora. Nota la picazón del mar, la caja de ritmos, la vieja escuela. En Gotham primero conquistan Manhattan. Luego Granada. Enrique y Leonard. La hija de Cohen se llama Lorca. Lorca Cohen. Abismo: «Pellizco/jaula de grillos/purra de lobos/medicina natural y atrevida/calmantes legales e ilegales»


¿Qué lugares quiere proteger la escritora? ¿Busca en la lejanía reducir la responsabilidad? Al final: «Yo, yo, mañana madrugaré y tendré las mismas ojeras». Llega Lilith después de Pandora. La segunda o la primera mujer de Adán, reina de los vampiros, sal y explosión nuclear. Una tribu de políticos del PP. Qué música escuchas, Cospedales, Gallardón y Montoro. ¿El feminismo termina a la derecha? ¿Carné de mujer sacado sin perlas ni permanentes? No estás aquí para hablarlo. ¿Se quedaba con la idea?, ¿lo básico, la maldad definida? ¿Qué política, qué hardcore, qué altura de tacones vales para ser de derechas y feminista? ¿También hay rosas (Luxemburgo) para ellas o solo espinas? Yo, que tú, dejaría de escribir, de hablar sobre ello, Octavio. Cifuentes, Ayuso, Villacís embarazada, Ayuso y su aborto. Sus lágrimas, como las de Petra von Kant, no tienen de amargas más que el título.

Vendrán: no habrá fronteras: «Hipnóticas imágenes/sin dios ni orden» y «Doble o nada. Nosotras ganamos, que no te engañen». ¿Yo engaño o me engañan? ¿Quién gana, el que te lee o el que es dealer sin una sola letra?​


Manzana, Edén, limón, Madrid Ciudad, no hay pecado si no existe el arrepentimiento. La llegada del bus a la avenida América, intercambiamos esperanzas, ¿Qué valen más, las zapatillas y el costo de Jordana A o los post de IG de Paula Fraga? Mientras, muertos en Cuatro Caminos, Vicente Rojo y Victoria Kent. Travis Bird recitando por Sabina. En uno de tus temas lo citas, a Sabina. Falopa y putas, canallita jiennense, mi hijo, un hijo del siglo XXI, noches en vela por la tos, le enseñaré las pinturas negras que ahora, te lo creas o no, tienen demasiados grises, esos sí que asustan: «Ellos no lo saben, cuarenta años de paz no son nada/Pero hay quien tiene memoria de elefante».

En el borrador, en el manuscrito de «Todo lo demás», parece que hay más lucha y violencia. NOSOTROS con mayúsculas «Que te jodan» respiraciones: «Todo lo demás es estar muerto».​


En la casa de Bernarda Alba come pringá Barrabás, eliges una metáfora de Jesucristo Superstar (crecepanaes y reparte pescado, vuelvo a Leonard Cohen, cuando dijo aquello de «Jesús fue marinero cuando caminó sobre las aguas». Barrabás en Bárcenas, Miguel Blesa y Jesús Gil.


Los relatos, el costumbrismo, de inocencia e ira, cumpleaños en Córdoba, Elena Medel, Alejandra Vanessa, el castillo de llave oxidada, de sur muy apretado, de sombra escasa y blanco pesado. Aquellas casas donde se comían pajaritos, se aliñaban las alimañas porque el estómago no entiende de costumbres, solo de hambres, porque las costumbres, lo dicho, están listas para combatir el hambre, con ajo y perejil.


La verdad, te lo digo, es una chuchería que te abrasa los dientes y te deja siempre con ganas de más. Por eso Dios es el culpable de la muerte, la dejó malherida, de amor o de sexo. Así que el niño pequeño no encuentra diversión en el regalo que le dieron a los cinco años


Jazmines de copal y canales de cine de barrio y UHF. Ya eres moza y te vendrá la muerte, pero antes la pena y la tristeza. La pasión y el humo. Antes de los gusanitos y la sal, del vientre a los labios y para que el calor te deje dormir tienes dos opciones: o refrescarte despierta o en la misma noche intentar descansar. Palmas en la calle Mesones. Más de veinte años de vida y no se va detrás de su marido, espera, niña, a Manolo Escobar.


Mocita de pelo envinagrado, te sabe el vestido a fritura, qué esperas del jazmín y la yerbabuena. ¿que te cuenten una historia? Dios también tuvo cinco años y su regalo fue la muerte. Lo escuchas, lo he escrito antes. Su mamá le dijo: «Compártelo con otros niños», y aquí estamos, riéndole las gracias en cada esquinita de cada cama. Escucho a mi amiga Myriam. Su cajón me retumba en la parte de atrás de la cabeza. Me tomo un orfidal. No vine a ser carne. Vendrán 2010 y nadie lo recordará. Y menos esas obras de dientes de leche. Menores, muerden pero apenas dejan marca.

Amor y espejos, espera de cortinilla y pitillo, la carne cubierta, la dura y la mantequilla, qué sabor queda. Después del 2010, encierro y miseria, todo llega, aunque escuches voces por la ventana. Serán otros, camino de sus casas, de juerga, es la más efectiva de las rebeldías: «Probé a tomar lo que me ofrecieron y no fue veneno, sino buenos sabores».

Mira, acabo con esto, el sexo y la heroína tienen el mismo olor, viven a la fuerza en el 5ºB. Fidias dio carne y hueso a las estatuas (Ella, la poeta, la voz, sube que se acaba el tiempo, sube, sube, por favor). (Más bien el tiempo sabe que ella se le acaba): «Mañana será hoy/dentro de pocos minutos» y «Y mañana será hoy/dentro de pocos minutos». La historia y el arte. Las mujeres que se repiten. (¿Recuerdas qué dije sobre Gata y el tiempo?) y «Pasarse la juventud analizando en lugar de haciendo para tener algo que comentar en la vejez. Es el síntoma de nacer viejos».


Sin más fronteras que su cuerpo, que ofrece: «Llevo la simiente/estoy preñá de un mundo nuevo» y se convierte entre el pop, en Joker y Sabina, porque los palos están todos dados: los que no sean Benjamín Prado. De Córdoba a Granada, montañas de platos sucios y Sierra Nevada, ¿De qué vives? ¿Qué alimentos necesitas? Palabra y chocolate, ambas se buscan y saben mejor cuanto más escondidos están. De Granada a Madrid. Y termina.


El tecleo de la su máquina. Ahora que sé que Gata no vuelve es como un código morse ahogado, un telegrama de canciones, un solitario que juega en un mundo sin guerras, pero, para siempre, vacío de ella.

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba