Albina_Gaylord
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Si mientras estás leyendo este artículo un tigre de bengala se asomara por tu ventana, rápidamente notarías cómo todos tus músculos se tensionan, tu corazón empieza a latir muy rápido y tu respiración se agita al extremo. Seguro que dejarías de leer este texto y tu mente se pondría a maquinar mil y una maneras de salir corriendo de allí. Te presento al miedo . Una emoción imprescindible para la supervivencia que se va a encargar de maximizar las probabilidades de que escapes con vida de cualquier peligro.Sin embargo, en ocasiones esta misma respuesta se dispara en situaciones muy diversas y a menudo poco peligrosas, aunque se sientan como tal. Esto ocurre porque la amígdala (estructura cerebral encargada de desencadenar la respuesta de alarma) no puede permitirse ningún error y es preferible cometer falsos positivos y señalar como peligrosos estímulos neutros que quedarse en silencio ante la aparición de un tigre de bengala.En ocasiones, son precisamente las sensaciones físicas o somáticas las que se temen. Habitualmente este miedo suele instaurarse tras la vivencia de un ataque de pánico. Es decir, una crisis de ansiedad aguda caracterizada por la aparición abrupta de sensaciones fisiológicas muy desagradables (palpitaciones, falta de aire, ahogo, mareo, hiperventilación) junto con pensamientos atemorizantes (miedo a sufrir un ataque al corazón, miedo a volverse loco o a perder el control), que habitualmente no se pueden asociar a una causa concreta. Los ataques de pánico son bastante frecuentes. Según la encuesta sobre salud mental realizada durante la pandemia en España por el CIS, el 15,3% de la población informó haber experimentado ataques de pánico. Es precisamente en este contexto en el que la exposición interoceptiva entra en escena como la técnica más eficaz para el tratamiento de los ataques de pánico, es decir, el miedo a las propias sensaciones internas. La exposición interoceptiva es una técnica psicológica bautizada por David Barlow en su estudio del pánico, que consiste en enfrentarse deliberada y sistemáticamente a las sensaciones físicas temidas hasta que el malestar se reduzca significativamente o hasta comprobar que las consecuencias anticipadas no ocurren. Esta técnica nace en el contexto del descubrimiento del condicionamiento interoceptivo , junto con el descubrimiento de que la exposición prolongada a un estímulo temido reduce la respuesta ansiosa al debilitarse las conexiones neuronales que la mantienen activa por habituación.Noticias Relacionadas estandar No Respiración diafragmática lenta: la técnica para conocer tu cuerpo y usarlo a tu favor María Alejo estandar No Cómo crear un diario de gratitud: así mejora tu vida convertir dar las gracias en un hábito Juan José RodrigoPara ello, y siempre tras realizar un chequeo médico previo para descartar cualquier patología orgánica subyacente, existen algunos ejercicios capaces de inducir esas mismas sensaciones temidas. Por ejemplo, subir varios pisos de escaleras aumenta la tasa cardíaca, dar varias vueltas sobre uno mismo provoca sensaciones de mareo, o respirar a través de una pajita se asocia con la falta de aire y las dificultades para respirar.Sobre la autora Inés Pérez Romero. Inés Pérez Romero es psicóloga general sanitaria. En la actualidad se dedica a la práctica clínica en En Equilibrio Mental, asistiendo a población adulta e infantojuvenil en trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos del neurodesarrollo, gestión emocional y problemas de conducta. Tiene un perfil transversal. La investigación, la docencia y la práctica basada en la evidencia son las bases vertebradoras de su trayectoria. Durante sus años de formación cursó el Máster General Sanitario y el Máster en Neurociencia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM); además, realizó una estancia en la Universidad Libre de Amsterdam (VIU). Su formación de base es cognitivo-conductual y se ha interesado por actualizar y ampliar su conocimiento en terapias de tercera generación y enfoques transdiagnósticos, especialmente orientados hacia la mejora de la gestión emocional. Tiene experiencia en intervención psicológica presencial y online, evaluación aeronáutica, docencia como profesora del Máster en Psicología Clínica del Instituto de Estudios Superiores de Psicología (ISEP) e investigación en el grupo de 'Psicopatología y Salud Mental Positiva' de la UCM.Por tanto, si te sientes identificado y crees que tu amígdala ha condicionado la respuesta de alarma a alguna sensación física, ahora sabes que pese a lo incómodo que pueda resultar, la única opción es enfrentarse y exponerse a dichas sensaciones. Y por supuesto, si la empresa se ha vuelto demasiado ardua no dudes en contactar con un profesional que pueda diseñar un tratamiento individualizado para tu caso concreto.
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