Soledad_Pagac
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 70
Cuando comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, los mercados energéticos entraron en pánico. En cuestión de semanas, el precio del barril de Brent de referencia en Europa se disparó por encima de los 120 dólares, desatando una tormenta inflacionaria que sigue resonando en la economía mundial. Sin embargo, dos años después, el panorama es distinto. En la recta final de 2024, a pesar de la intensificación del conflicto y nuevos episodios de tensión geopolítica en Oriente Medio, los precios del crudo no solo han evitado una nueva escalada, sino que se mantienen en un sesgo bajista.
Este contraste se ha hecho aún más evidente tras los últimos movimientos en el conflicto europeo. El pasado 20 de noviembre de 2024, Ucrania lanzó los misiles de largo alcance ATACMS proporcionados por Estados Unidos, contra objetivos estratégicos en Bryansk, en territorio ruso. La respuesta de Moscú no se hizo esperar y al día siguiente, un misil balístico intercontinental impactó sobre la ciudad de Dnipró, escalando aún más la tensión. Todo esto, mientras Europa ha activado protocolos de emergencia que no se habían visto desde la Guerra Fría, con Suecia y Finlandia instruyendo a sus ciudadanos sobre cómo reaccionar ante un ataque nuclear.
Con semejante trasfondo, parecería inevitable que los precios del petróleo se dispararan, como ocurrió al inicio de la invasión. Sin embargo, los mercados energéticos hoy se comportan con una estabilidad casi antinatural. El Brent ronda los 74 dólares por barril, lejos de los niveles alcanzados en 2022.
El motivo por el que el precio del petróleo se mantiene estable
La causa no se encuentra solo en los titulares sobre ataques y represalias. Radica en un cambio de fondo en los fundamentos del mercado: hay exceso de petróleo por todas partes. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el superávit global alcanzará niveles históricos en 2025, con un excedente de más de un millón de barriles diarios. Para ponerlo en perspectiva, este exceso diario es comparable a toda la producción combinada de países como Dinamarca, Noruega y Finlandia, lo que resalta el desequilibrio estructural que afronta el mercado.
La producción global de petróleo ha alcanzado los 102,9 millones de barriles por día en octubre, mientras que la demanda proyectada para este año apenas llegará a los 102,8 millones. Y las perspectivas son claras. La demanda global crecerá a un ritmo muy moderado en 2025, apenas un millón de barriles al día más, hasta los 103,8 millones.
La estabilidad del precio del petróleo en juego
Mientras tanto, el análisis de Bank of America (BoA) pinta un escenario complejo para la OPEP+, obligada a equilibrar la balanza entre su cuota de mercado y unos precios que podrían bajar aún más. Según BoA, los productores no pertenecientes a la OPEP están ganando cuota de mercado con sus incrementos sostenidos en la oferta. Además, el crecimiento económico global sigue desacelerándose, con China como uno de los principales lastres. Las importaciones de crudo en el gigante asiático han caído un 7 % en agosto y un 3 % en lo que va del año, reflejando la debilidad de su demanda interna.
No obstante, y a pesar de la resiliencia que muestran los mercados, este equilibrio es frágil. Un movimiento estratégico de Rusia para interrumpir el oleoducto CPC, que transporta crudo desde Kazajistán al Mar Negro, o una escalada en la guerra que afecte directamente la infraestructura energética, podría cambiar las reglas del juego de forma abrupta. El CPC, responsable del 2 % del suministro global de petróleo, ya fue objeto de tensiones en 2022, y una acción similar ahora podría generar un impacto significativo.
Cargando…
www.20minutos.es