lebsack.alexis
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No hay proyecto de mayor envergadura ahora mismo para Warner Bros. que la nueva serie de Harry Potter. Apenas han pasado quince años desde el estreno de Las reliquias de la muerte: Parte 2, pero de todos modos la major que estuvo a cargo originalmente de la gran adaptación a cines de las novelas de Harry Potter quiere volver sobre la licencia para un gran evento televisivo, con la imprescindible complicidad de HBO. También de la propia J.K. Rowling, claro, aunque esto ya esté dando pie a polémicas por el feroz activismo tránsfobo de la autora.
Al margen de Rowling, la nueva serie de Harry Potter es una prioridad máxima para la compañía. La idea es que sea la aproximación más fidedigna que jamás se haya realizado a la saga literaria, y que se produzca una temporada por cada uno de los libros.
Esto implica que la serie se desarrollará durante una década en el mejor de los casos, y que cada uno de sus integrantes tendrá que acoger un compromiso de larga duración. Una responsabilidad de aúpa, en resumen, que de momento ha aceptado Francesca Gardiner como showrunner, seguida de cerca por Mark Mylod como director de varios episodios de la primera temporada.
Esta se basaría en La piedra filosofal, e idealmente se estrenaría en HBO a lo largo de 2026. El año que viene empezaría el rodaje en los estudios ingleses de Leavesden (donde ya se rodó la saga previa de películas), pero antes hay que convocar a un amplio reparto. Que, como no podía ser de otra forma, está motivando un insistente hervidero de rumores.
Todo empezó con el primer candidato tanteado para interpretar a Albus Dumbledore luego de Richard Harris y Michael Gambon. Como ocurrió en los 2000, se supone que los productores recurrirán a intérpretes británicos consagrados, al contrario que con los estudiantes.
En este ámbito HBO ha puesto en pie un complejo cásting que involucra a 32.000 niños, tres de los cuales interpretarían a los nuevos Harry, Ron y Hermione dando relevo a Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson. Al margen de lo que suceda con ellos, Deadline está al corriente de algunos candidatos para la cuota adulta. Ninguno está confirmado al 100%, y en realidad obedecen más a los deseos de la cúpula de HBO.
Justamente no deja de ser un deseo que sea Rylance el director de Hogwarts, pero por si no cuaja los productores tienen otro candidato en mente: Mark Strong. Dumbledore podría estar interpretado por uno de ellos, o por alguien distinto, del mismo modo que tampoco se ha aclarado del todo si Paapa Essiedu, como informábamos hace unos días, vaya a interpretar finalmente a Severus Snape.
Sí se ha dicho, a ese respecto, que los fichajes seguirían de cerca el canon de los libros, con lo que Snape ha de ser treintañero (el difunto Alan Rickman tenía más de cincuenta años cuando empezó a interpretarle en Harry Potter y la piedra filosofal) y por ejemplo los Dursley también serían mucho más jóvenes que en las películas.
Al margen de lo que ocurra con la dualidad Strong/Rylance, también ha trascendido que el candidato ideal para Rubeus Hagrid (el también difunto Robbie Coltrane en las películas) sería Brett Goldstein, ganador del Emmy por Ted Lasso.
Por último se está tanteando actriz para Minerva McGonagall (antes Maggie Smith, que sí, también falleció hace poco), y tras unos rumores que señalaban a Rachel Weisz lo más probable es que vaya a ser Sharon Horgan, creadora y protagonista de la serie Hermanas hasta la muerte.
Es de esperar que pronto lleguen los fichajes definitivos, pero de lo que no hay duda es que la serie de Harry Potter va a ser la comidilla mediática durante meses y meses.
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