Está en Prime Video, fue el gran debut como director de Robert de Niro y recuerda a 'Uno de los nuestros'

[leonor.bernhard]

En el cine, hay historias incomprensibles. Charles Laughton, que debutó como director con la magistral La noche del cazador, nunca repitió tras la cámara. Las críticas recibidas en su momento lo desalentaron a seguir una carrera para la que estaba llamado. También es difícil de comprender que Kevin Costner, tras firmar Bailando con lobos a la edad de 35 años, fuera a llegar a los 70 con apenas tres películas más.

Por el mismo motivo, hay una faceta inexplicable el currículo de Robert de Niro, que sólo ha dirigido dos películas. En 1993, el mundo vio la primera película de Robert de Niro de pleno derecho. Hasta entonces, la leyenda de Hollywood era una de las razones (o la principal) que llevaban al público al cine. Sin embargo, se había limitado a actuar, si es que en su talento interpretativo puede haber límite alguno.

Una historia del Bronx, disponible en Prime Video, fue su primera y, hasta el momento, penúltima película como director. En ella, adaptaba una obra de teatro escrita por el actor Chazz Palminteri, que en Una historia del Bronx da vida a uno de los personajes principales, el mafioso que ejerce sobre el impresionable protagonista del largometraje una peligrosa influencia.

Robert de Niro y el talento malgastado​

Aunque no fue nominada a ningún premio, con los años Una historia del Bronx ha ido ganando prestigio y fortaleciéndose como uno de los títulos de referencia sobre la mafia. Desde los primeros planos, Robert de Niro marca territorio y demuestra que las horas pasadas junto a Martin Scorsese no fueron en balde.

¿Acaso no podría pertenecer el arranque de Una historia del Bronx, con Dion & The Belmonts sonando de fondo, a Uno de los nuestros? ¿Y no estamos esperando, a lo largo de su metraje, a que la voz en off de Calogero diga algo parecido al “siempre quise ser un gángster” de Ray Liotta?

Robert de Niro exhibe un sentido del ritmo inusual en un realizador primerizo. A la pericia en la dirección de actores que suele suponérsele hasta al intérprete más estólido reconvertido en director, de Niro sumó cualidades innatas de cineasta. De Niro le dedicó esta película a su padre, que murió meses antes de su estreno.

De Robert de Niro sr., su hijo también extrajo una frase que, a la postre, sería una de las más recordadas de Una historia del Bronx: No hay nada más triste que un talento malgastado. Desde que Una historia del Bronx llegó a la gran pantalla, han pasado más de treinta años y de Niro sólo ha dirigido una película más, El buen pastor. Cabe pensar, por tanto, que esa frase sobre el talento malgastado nunca se la aplicó Robert de Niro a sí mismo.

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