Lavina_Mohr
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El lector o lectora que padezca de inquietud devoradora en una librería cualquiera podría encontrar un infarto gozoso en su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), una de las grandes citas mundiales para los amantes de las letras y de los autógrafos o, también en lenguaje actual, de las pantallas y de los selfies. Del 30 de noviembre al 8 de diciembre, más de 2.000 editoriales de 54 países expondrán sus clásicos y novedades y el visitante podrá tener un encuentro con alguno de los 850 escritores que allí se reunirán. España es el invitado de honor, lo que confiere a esta 38 edición una nutrida presencia de profesionales del mundo editorial en lengua cervantina, pero también un acercamiento a espectáculos musicales y de alta gastronomía. El guitarrista Tomatito o la cocinera con estrella Begoña Rodrigo añadirán melodía y gusto a la pasión por la lectura. Una FIL para todos los sentidos.
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez ha sido el encargado de definir la presencia editorial española en este encuentro y el autor del lema, Camino de ida y vuelta, que une en esta ocasión los destinos literarios de México y España. “En realidad, España siempre ha estado presente en los pasillos de esta feria, siempre ha habido un fuerte intercambio cultural con Latinoamérica, pero en esta ocasión su presencia será la más amplia en la historia de la FIL”, dice la directora de la feria, Marisol Schulz. “Viviremos un universo con autores renombrados como Irene Vallejo, Julia Navarro, María Dueñas, Luis Mateo Díez, Fernando Aramburu, Rosa Montero, José Ovejero”, menciona a vuela pluma Schulz.
Camino de ida y vuelta es una frase certera para definir los destinos de dos países como México y España, que comenzaron su andadura juntos con una traumática conquista hace 500 años que todavía sigue dando que hablar en materia política. Afortunadamente, el paso de tiempo propició otros encuentros más saludables, como el intercambio en todos los ámbitos, desde luego en el cultural, que se dio al finalizar la Guerra Civil, con la llegada de miles de refugiados al país norteamericano, un exilio que dejó en México a decenas de hombres y mujeres de las letras y las ciencias, que este año tendrán una imagen destacada.
El exitoso exilio español tendrá varias estaciones en esta feria. EL PAÍS ha organizado una mesa redonda el sábado día 30,a las 18.00, en el salón 1 de la feria. Allí se proyectará un documental sobre aquel éxodo y su legado todavía visible en el México actual. Contará con las intervenciones de Fernando Serrano Migallón, académico, historiador y experto en el exilio republicano, así como con los testimonios directos de dos mujeres que viajaron de niñas en aquellos barcos, Aída Pérez y Conchita Michavila.
Nueve noches de música con actuaciones de Rodrigo Cuevas, Cristina Rosenvinge, Tomatito y Javier Ruibal, Miguel Poveda o María José Llergo tendrán su acompañamiento en el paladar con cocineros de la talla de Ferran Adriá, inscrito en el apartado de ciencia, o de Begoña Rodrigo, la jefa del restaurante La Salita, de Valencia, invitada como embajadora gastronómica de esta feria. “Siempre que me dicen México, digo sí”, ha compartido en sus redes sociales. Decir libros en estos tiempos es decir también cocina. Son incontables los manuales y obras literarias que se escriben en la actualidad sobre gastronomía. También habrá recetarios de aquellos exiliados españoles en México, que vienen a sumarse a la gran fusión de ingredientes y sabores que se dio en el siglo XVI, quizá sin parangón en la historia, con la llegada de los primeros españoles y el buen hacer de las monjas en aquellos conventos en la Nueva España. Para eso bastará con darse una vuelta por Guadalajara.
De vuelta al alimento del espíritu, el país invitado trasladará a 230 autores de diferentes géneros y dos de ellos, Rosa Montero y Fernando Aramburu, serán los encargados de abrir el Salón Literario Carlos Fuentes, el domingo 1 de diciembre, cartel fuerte de la feria, en una conversación que moderará la periodista y escritora Berna González Harbour. Entre la programación principal se encuentra también la presencia del premio FIL 2024, el mozambiqueño Mia Couto, la primera vez que se otorga este galardón a un autor de África, destaca la directora Schulz. En la modalidad de mujeres, el premio Sor Juana Inés de la Cruz lo ha obtenido la argentina Gabriela Cabezón Cámara por su novela Las niñas del naranjel, que también estará disponible para esos seguidores de los autógrafos y esas fotos del brazo estirado. El Nobel de Literatura 2021, Abdulrazak Gurnah, ofrecerá el sábado 30 una conferencia magistral que a buen seguro no se apartará de uno de los grandes ejes temáticos de esta FIL, el colonialismo y los exiliados. Él mismo lo fue y de eso trata parte de su obra.
Carmen Boullosa, Socorro Venegas, Julian Gerber, Jorge Volpi, Ramos Revilla, Jazmín Barrera, Amaury Colmenares, Laura Baeza y decenas más integrarán el pabellón mexicano y no estarán solos, la presencia de Latinoamérica siempre es nutrida en esta feria.
El año pasado, la FIL vivió momentos de luto y homenaje a su creador, Raúl Padilla, fallecido en abril y mucho se habló entonces de qué sería de esta cita cultural sin su presencia. La realidad ha demostrado que nada rueda con la fuerza de una sola persona. “La tristeza y el duelo no fue menoscabo para la calidad de la feria en 2023, ni tampoco para la actual. La FIL es un proyecto consolidado”, afirma Schulz. Y masivo. Hay que tener experiencia y destreza para no confundirse entre las 25 actividades simultáneas que se dan cada día en los salones o las más de 600 firmas de libros programadas para casi los mismos gustos literarios o académicos. Si alguien quiere saber de neandertales, por ejemplo, no puede perderse las charlas de Juan Luis Arsuaga, por poner un ejemplo, que participará en la FIL Ciencia y en la FIL Jóvenes. Otro ejemplo: en el ámbito del feminismo se abordarán las desapariciones en México y la violencia vicaria. La presencia de la escritora y antropóloga argentina Rita Segato pone letras mayúsculas al cartel en esta materia.
Los niños y los jóvenes son parte importante de esta feria y objetivo estratégico para asegurar una cantera de lectores para el futuro. Para ellos se programan talleres, actividades con cuentacuentos o musicales. Y al que no vaya, se le busca. El programa Ecos de la FIL sale a las calles para encontrarse con los alumnos de secundaria y bachillerato. Hasta esos recintos educativos se acercan cada año algunos escritores para compartir con un alumnado anfitrión y satisfecho.
No hay texto sin contexto, solía decir el presidente mexicano recién salido, Andrés Manuel López Obrador, que nunca quiso asistir a esta feria. El contexto político en esta ocasión es un Donald Trump victorioso que se cierne como un nubarrón sobre el destino mexicano de los próximos años. Quienes estén inquietos por esta circunstancia tendrá también en la feria un menú político que abordará las relaciones entre estos dos países vecinos, las estrategias y los riesgos para México y el mundo.
No está confirmada aún la presencia al más alto nivel del Gobierno federal mexicano. Se desconoce si la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, mujer de letras y de ciencias, querrá asistir a esta cita, uno de los focos culturales con los que México alumbra al mundo. Invitada está. Ella y otras autoridades del país. “Nunca pierdo la esperanza”, dice Schulz. Sí estarán la vicepresidenta española, Yolanda Díaz, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Es el año de España.
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El escritor nicaragüense Sergio Ramírez ha sido el encargado de definir la presencia editorial española en este encuentro y el autor del lema, Camino de ida y vuelta, que une en esta ocasión los destinos literarios de México y España. “En realidad, España siempre ha estado presente en los pasillos de esta feria, siempre ha habido un fuerte intercambio cultural con Latinoamérica, pero en esta ocasión su presencia será la más amplia en la historia de la FIL”, dice la directora de la feria, Marisol Schulz. “Viviremos un universo con autores renombrados como Irene Vallejo, Julia Navarro, María Dueñas, Luis Mateo Díez, Fernando Aramburu, Rosa Montero, José Ovejero”, menciona a vuela pluma Schulz.
Camino de ida y vuelta es una frase certera para definir los destinos de dos países como México y España, que comenzaron su andadura juntos con una traumática conquista hace 500 años que todavía sigue dando que hablar en materia política. Afortunadamente, el paso de tiempo propició otros encuentros más saludables, como el intercambio en todos los ámbitos, desde luego en el cultural, que se dio al finalizar la Guerra Civil, con la llegada de miles de refugiados al país norteamericano, un exilio que dejó en México a decenas de hombres y mujeres de las letras y las ciencias, que este año tendrán una imagen destacada.
El exitoso exilio español tendrá varias estaciones en esta feria. EL PAÍS ha organizado una mesa redonda el sábado día 30,a las 18.00, en el salón 1 de la feria. Allí se proyectará un documental sobre aquel éxodo y su legado todavía visible en el México actual. Contará con las intervenciones de Fernando Serrano Migallón, académico, historiador y experto en el exilio republicano, así como con los testimonios directos de dos mujeres que viajaron de niñas en aquellos barcos, Aída Pérez y Conchita Michavila.
Nueve noches de música con actuaciones de Rodrigo Cuevas, Cristina Rosenvinge, Tomatito y Javier Ruibal, Miguel Poveda o María José Llergo tendrán su acompañamiento en el paladar con cocineros de la talla de Ferran Adriá, inscrito en el apartado de ciencia, o de Begoña Rodrigo, la jefa del restaurante La Salita, de Valencia, invitada como embajadora gastronómica de esta feria. “Siempre que me dicen México, digo sí”, ha compartido en sus redes sociales. Decir libros en estos tiempos es decir también cocina. Son incontables los manuales y obras literarias que se escriben en la actualidad sobre gastronomía. También habrá recetarios de aquellos exiliados españoles en México, que vienen a sumarse a la gran fusión de ingredientes y sabores que se dio en el siglo XVI, quizá sin parangón en la historia, con la llegada de los primeros españoles y el buen hacer de las monjas en aquellos conventos en la Nueva España. Para eso bastará con darse una vuelta por Guadalajara.
De vuelta al alimento del espíritu, el país invitado trasladará a 230 autores de diferentes géneros y dos de ellos, Rosa Montero y Fernando Aramburu, serán los encargados de abrir el Salón Literario Carlos Fuentes, el domingo 1 de diciembre, cartel fuerte de la feria, en una conversación que moderará la periodista y escritora Berna González Harbour. Entre la programación principal se encuentra también la presencia del premio FIL 2024, el mozambiqueño Mia Couto, la primera vez que se otorga este galardón a un autor de África, destaca la directora Schulz. En la modalidad de mujeres, el premio Sor Juana Inés de la Cruz lo ha obtenido la argentina Gabriela Cabezón Cámara por su novela Las niñas del naranjel, que también estará disponible para esos seguidores de los autógrafos y esas fotos del brazo estirado. El Nobel de Literatura 2021, Abdulrazak Gurnah, ofrecerá el sábado 30 una conferencia magistral que a buen seguro no se apartará de uno de los grandes ejes temáticos de esta FIL, el colonialismo y los exiliados. Él mismo lo fue y de eso trata parte de su obra.
Carmen Boullosa, Socorro Venegas, Julian Gerber, Jorge Volpi, Ramos Revilla, Jazmín Barrera, Amaury Colmenares, Laura Baeza y decenas más integrarán el pabellón mexicano y no estarán solos, la presencia de Latinoamérica siempre es nutrida en esta feria.
El año pasado, la FIL vivió momentos de luto y homenaje a su creador, Raúl Padilla, fallecido en abril y mucho se habló entonces de qué sería de esta cita cultural sin su presencia. La realidad ha demostrado que nada rueda con la fuerza de una sola persona. “La tristeza y el duelo no fue menoscabo para la calidad de la feria en 2023, ni tampoco para la actual. La FIL es un proyecto consolidado”, afirma Schulz. Y masivo. Hay que tener experiencia y destreza para no confundirse entre las 25 actividades simultáneas que se dan cada día en los salones o las más de 600 firmas de libros programadas para casi los mismos gustos literarios o académicos. Si alguien quiere saber de neandertales, por ejemplo, no puede perderse las charlas de Juan Luis Arsuaga, por poner un ejemplo, que participará en la FIL Ciencia y en la FIL Jóvenes. Otro ejemplo: en el ámbito del feminismo se abordarán las desapariciones en México y la violencia vicaria. La presencia de la escritora y antropóloga argentina Rita Segato pone letras mayúsculas al cartel en esta materia.
Los niños y los jóvenes son parte importante de esta feria y objetivo estratégico para asegurar una cantera de lectores para el futuro. Para ellos se programan talleres, actividades con cuentacuentos o musicales. Y al que no vaya, se le busca. El programa Ecos de la FIL sale a las calles para encontrarse con los alumnos de secundaria y bachillerato. Hasta esos recintos educativos se acercan cada año algunos escritores para compartir con un alumnado anfitrión y satisfecho.
No hay texto sin contexto, solía decir el presidente mexicano recién salido, Andrés Manuel López Obrador, que nunca quiso asistir a esta feria. El contexto político en esta ocasión es un Donald Trump victorioso que se cierne como un nubarrón sobre el destino mexicano de los próximos años. Quienes estén inquietos por esta circunstancia tendrá también en la feria un menú político que abordará las relaciones entre estos dos países vecinos, las estrategias y los riesgos para México y el mundo.
No está confirmada aún la presencia al más alto nivel del Gobierno federal mexicano. Se desconoce si la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, mujer de letras y de ciencias, querrá asistir a esta cita, uno de los focos culturales con los que México alumbra al mundo. Invitada está. Ella y otras autoridades del país. “Nunca pierdo la esperanza”, dice Schulz. Sí estarán la vicepresidenta española, Yolanda Díaz, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Es el año de España.
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