Ernesto Cabral, el reportero que destapó el ‘Rolexgate’: “Boluarte es una María Antonieta interesada en ella más que en el Perú”

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27 Sep 2024
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Ernesto Cabral, el periodista que destapó el Rolexgate, nunca ha usado relojes. Antes de la investigación que hizo tambalear a la presidenta Dina Boluarte, Cabral no sabía que este objeto de lujo puede llegar a ser más caro que un auto, tampoco que posee un número de serie único para cada reloj y que para conseguirlo es preciso entrenar la paciencia e integrar una lista de espera que puede tardar años. Como dice con sorna, antes del destape, no sabía distinguir entre un Casio y un Rolex.

A mediados de febrero, Marco Sifuentes, el director de La Encerrona, un noticiero digital que nació para combatir las noticias falsas de la pandemia, le escribió desde Madrid. Dos fuentes cercanas a Palacio le habían comentado que Dina Boluarte usaba un Rolex y que debían prestarle atención a sus muñecas. No había más pistas. Cabral asumió el encargo por curiosidad, aunque sin una ruta tan clara. Era el elegido: es el único del equipo de La Encerrona que no trabaja sometido por la coyuntura y tiene la posibilidad de meter las narices en un solo tema durante semanas.

“El Rolexgate nos revela que Dina Boluarte es una suerte de María Antonieta peruana. Una presidenta que está más interesada en cómo se ve que en atender los problemas más urgentes de la gente. Una presidente totalmente disociada de la ciudadanía. Por eso el Rolexgate se ha convertido en un símbolo del descontento popular. No es casual que en las protestas se diga: hay joyas, hay Rolex, pero el pueblo sigue pobre”, reflexiona, en la sala de su casa, el autor del Rolexgate. La historia detrás de los relojes, las joyas y los waykis (Planeta). Un libro escrito contra el tiempo, que lo ha obligado a vencer su timidez y a defenderlo en público.

La investigación a Dina Boluarte por el delito de enriquecimiento ilícito, en la modalidad de cohecho pasivo impropio, sigue su curso y podría tener novedades en el 2025. Por estos días la mandataria permanece en una nueva cura de silencio para no responder sobre la fuga de su hermano Nicanor.

Lo primero que hizo el periodista Cabral fue buscar evidencia. No tardó mucho en darse cuenta de que la jefa de Estado había dejado innumerables rastros. Boluarte había seguido al pie de la letra aquella frase de que a las joyas hay que lucirlas. En cada inauguración de una obra, en cada visita a alguna provincia, en cada acto protocolar con una autoridad de alto rango, sus muñecas brillaban. Lo complejo del asunto era determinar cuál era un Rolex, exactamente qué modelo y qué tan costosos eran en general todos sus relojes.

Dina Boluarte con un reloj Rolex modelo Datejust 36, con un costo de 19 mil dólares, en noviembre de 2023.

Para identificarlos, Cabral puso a prueba su vista: ingresó al Flickr de la Presidencia, un servicio con más de 137.000 fotografías en alta resolución que desde el 2011 sube todas las actividades oficiales de los mandatarios de turno —siete en los últimos 13 años—, y comenzó a descargar y mirar. Una tras otra. No solo desde el 7 de diciembre de 2022, cuando Dina Boluarte asumió la presidencia tras el golpe fallido de Pedro Castillo, sino cuando la abogada fue ministra de Inclusión Social.

Luego de acumular alrededor de 10.000 fotografías en su disco duro, crear carpetas para agrupar relojes por sus similitudes, y armar una cronología surgió la primera conclusión: como ministra, Boluarte lució cuatro relojes distintos, pero como presidenta su colección aumentó en diez más. Lo curioso es que como titular de Inclusión Social su sueldo superaba los 8.000 dólares y como jefa de Estado se redujo a la mitad. Boluarte no proviene de una familia acaudalada y antes de llegar al poder había sido una funcionaria de rango medio. Pero además, a través de solicitudes de acceso a la información, Cabral comprobó que desde Presidencia no se había destinado ningún monto para sus lujos.

Tras emplear la búsqueda inversa en Google —una técnica para obtener información a partir de una imagen— y visitar a varios relojeros, el reportero identificó un Datejust de acero con oro rosa. El primero de los tres Rolex de la colección. El 14 de marzo, un mes después del inicio de la investigación, la bomba fue difundida por La Encerrona. Los ministros salieron en defensa de Boluarte, alegando que era una venganza política. Boluarte atinó a decir que era un reloj de antaño, fruto del esfuerzo, pero el argumento se desmoronó rápidamente. Se desencadenaron otras versiones, algunas siniestras y otras románticas: se dijo que eran imitaciones, luego que fue el regalo de un exviceministro de Inclusión Social que ya había fallecido y, finalmente, el abogado de Boluarte señaló que quizás era el regalo de un fan enamorado.

“Si realmente hubiese sido una historia de amor habría sido una interesante estrategia de salvar el caso, porque a los peruanos nos atrae mucho el drama y la farándula. Pero ha quedado claro que se trata de presuntos actos de corrupción. Luego de cada joya ha habido una aprobación de presupuesto adicional y a veces de manera extraordinaria al Gobierno Regional de Ayacucho”, señala Ernesto Cabral, en referencia a Wilfredo Oscorima, catalogado como el Primer wayki de la nación. La versión final de Boluarte fue que los Rolex fueron un préstamo del gobernador regional de Ayacucho, un íntimo amigo a quien considera un wayki (hermano en quechua) y que su gran pecado fue “querer representar bien al país”. Una versión bajo sospecha en la que no cree el grueso de la población y que la Fiscalía sigue investigando.

Cabral con un ejemplar de su libro.

Como si el destino lo hubiese elegido para destapar el escándalo que puso en aprietos a la presidenta, Cabral narra una anécdota con Oscorima, cuando todavía no acababa la primaria y que le sirvió para terminar de armar el rompecabezas. El periodista estudió en el colegio con uno de los hijos del wayki. Y durante una reunión con padres de familia a inicios de los dos mil, Oscorima le dio de propina un billete de doscientos soles (54 dólares). Cabral no tenía más de diez años. Sus padres devolvieron el dinero. Oscorima ya tenía por entonces una cadena de casinos y tragamonedas y era conocido por ser muy desprendido del dinero. Un par de décadas después sería acusado de regalar más de un Rolex a magistrados del Poder Judicial para salir bien librado de un juicio.

En su libro, Cabral perfila a Boluarte como una persona desconfiada que come después de sus ministros y que después de las cinco de la tarde se dedica a ver telenovelas. También como una “adolescente que está convencida de merecer todo lo que tiene” y que por eso le cuesta tanto soltar el poder. Pero además la exhibe como una supersticiosa que se hace baños de florecimiento, carga con piedras para alejar las malas energías y cuyos asesores más cercanos son curanderos. Uno de sus hallazgos es que el día del allanamiento a la casa de Boluarte y a Palacio, en plena Semana Santa, cuando los agentes revisaron la cartera de la presidenta hallaron un muñeco de color negro con cintas rojas que en lugar de pies tenía pequeñas cabecitas humanas. Es lo que se conoce como un muñeco vudú, y que se utiliza para causar daño a los enemigos.

“Es una presidenta sola, sin partido político ni bancada y que solo quiere sobrevivir. Boluarte es una mesa de partes de un Congreso que impulsa leyes para favorecer a sus intereses y ante lo que ella simplemente guarda silencio. Es interesante cómo recurre a estas prácticas y cómo sus consejeros espirituales tienen un rol importante en su toma de decisiones. Hay que tener poderes sobrenaturales para mantenerse en el Gobierno con un 3% de aprobación”, resume Ernesto Cabral, el periodista que más le ha mirado las muñecas a la presidenta.

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