El truco de las abuelas gallegas para acompañar un buen langostino

[Norene_Bruen]

La Navidad tiene un sabor especial en cada rincón de España, y en las mesas gallegas, los mariscos son los protagonistas. Entre percebes, vieiras y camarones, los langostinos ocupan un lugar privilegiado, pero aquí no se conforman con acompañarlos de la típicas mayonesa o salsa rosa. Las abuelas gallegas, guardianas de todos los secretos culinarios, tienen una receta que los lleva a otro nivel: una deliciosa salsa hecha con vino blanco.

Así, este plato, no solo potencia el sabor de los langostinos, sino que también tiene la capacidad de transportar a una tradición gallega. Por eso, preparar esta salsa en estas fiestas es rendir homenaje a esas cocinas donde se mezclan recuerdos, calor familiar y cariño.

Langostinos en salsa de vino blanco​

Ingredientes​

• 1 kilo de langostinos frescos
• 400 ml de un buen vino blanco
• 1 cucharada de maicena
• Perejil fresco picado
• 2 limones
• 1 diente de ajo picado
• Aceite de oliva virgen extra
• Sal

Cómo hacer estos langostinos​

1. Primero, hay que limpiar los langostinos con agua fría y los dejamos escurrir bien.
2. Después, en una sartén, calentamos el aceite de oliva virgen extra a fuego medio y añadimos el diente de ajo picado. Lo doramos un poco, con cuidando de que no se queme.
3. Echamos los langostinos, un poco de sal, y los salteamos durante unos 2-3 minutos por cada lado, hasta que veamos que tienen un tono rosado. Los retiramos en un plato y reservamos para después.
4. Ahora es el momento de hacer la salsa con el vino blanco. Para ello, en la misma sartén, echamos la cucharada de maicena y mezclamos con el aceite de oliva. Dejamos que se cocine un poco.
5. Vertemos el vino blanco y vamos mezclando todo con ayuda de unas varillas para que no queden grumos y nos salga una especie de bechamel suave.
6. Después, exprimimos en la salsa el zumo de un limón y un poco de la ralladura. Dejamos cocinar un par de minutos e incorporar los langostinos reservados, pero con el fuego ya apagado.
7. Por último, emplatamos los langostinos con un poco de perejil fresco por encima, ¡y a disfrutar de esta receta digna de las abuelas gallegas!

Beneficios y propiedades de los langostinos​

Los langostinos no solo son un manjar, sino también un alimento que está lleno de beneficios para la salud.

Son una fuente de proteínas de alta calidad, esenciales para la reparación y el crecimiento de los músculos, además de ser bajos en grasas y calorías, lo que los convierte en una opción ideal para cualquier tipo de dieta. Además, su contenido en omega-3, un tipo de grasa saludable, ayuda a cuidar la salud del corazón al reducir los niveles de colesterol “malo” (LDL) y mejorar la circulación.

Por si fuera poco, los langostinos también destacan por su riqueza en minerales como el yodo, el selenio y el zinc, que son esenciales para el organismo. El yodo es fundamental para el correcto funcionamiento de la tiroides, mientras que el selenio y el zinc actúan como antioxidantes, protegiendo a las células del envejecimiento y fortaleciendo el sistema inmunológico. Por otra parte, son una buena fuente de vitaminas del grupo B, que contribuyen a mantener el metabolismo activo y a reducir el cansancio.

Por cada 100 gramos los langostinos contienen:

• Calorías: 93 kcal
• Proteínas: 20,1 gr
• Grasas: 1,4 gr
• Hidratos de carbono: 0 gr
• Calcio: 220 mg
• Yodo 90 mg

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