La sinopsis de ' Emilia Pérez ' podría parecer, de primeras, uno de esos resultados absurdos que da Chat GPT, el disparate de una inteligencia artificial que trata de meter todos los temas que están de moda en las series y el cine para dar forma a un guión «perfecto». Pero resulta que no, que quien está detrás es un maestro de inteligencia natural, Jacques Audiard , un tipo que es historia del cine de autor europeo –pero de ese que no tiene pretensiones petulantes– y que ha sido capaz de rodar como nadie las vidas de un mafioso en ' Un profeta ', dar con las claves del wéstern en ' Los hermanos Sister ', lograr enamorar al público en ' De óxido y hueso ' y abundar en la oscuridad del día a día en ' De latir, mi corazón se ha parado '. Ahora, con 'Emilia Pérez', da un triple salto mortal con tirabuzón escarpado para escribir y dirigir la historia de un capo mexicano de la droga que quiere salir del negocio de una forma inaudita: transicionando a mujer. Por si fuera fácil de contar, Jacques Audiard decide complicarlo un poco más y lo hace en formato musical . Para que todo funcione cuenta, eso sí, con dos estrellas de Hollywood, Zoe Saldaña y Selena Gomez , y un descubrimiento que está en las quinielas para la nominación al Oscar, Karla Sofía Gascón , una actriz de Alcobendas a la que el éxito en su profesión le ha llegado a los 52 años después de tener que marcharse a México para hacer carrera. Noticia Relacionada estandar No Karla Sofía Gascón: «Me da rabia cuando me llega un guion con una chica trans que se dedica a la prostitución» F. Muñoz La ganadora del premio a mejor actriz de Cannes estuvo en Valencia en el Campus de verano de la Academia de CineEs explosiva de carácter, Karla Sofía Gascón. Un terremoto con la personalidad que le da el haber llegado a la cumbre de la carrera con la madurez de saber que en la profesión hay más momentos oscuros, difíciles, «bien cabrones» , que gozosos. Por eso ni el éxito en Cannes, ni las portadas de revistas de moda, ni la gloria posible de desfilar por la alfombra roja de Hollywood le van a hacer «descarrillar». Tiene la vida hecha, aunque le quede todo por hacer. Y esa seguridad es la que le permite vacilar hasta la extenuación a Jacques Audiard cuando se cruzan en los pasillos del hotel donde atienden por separado a ABC. Ya lo había hecho en el rodaje y no deja de hacerlo en estos últimos meses de promoción que llevan viajando juntos. Y el francés, claro, se ríe, sabedor de que él, tipo enjuto, cara de despistado , no va a poder domar a una potra salvaje. «El negocio de Karla Sofía es ir diciendo que nuestras relaciones han sido muy conflictivas», lanza en medio de una carcajada el cineasta, mientras juguetea entre sus manos con el elegante sombrero que antes cubría su pelada cabeza. Antes, ella había dicho a ABC que durante las grabaciones se había «aprovechado mucho de que Jacques no sabe español». «He tenido más libertad que nunca, pero si los actores hubieran sido franceses no les hubieran dado tanta libertad. Yo decía lo que me daba la gana, porque a mí me venia mejor. Un día Jacques sí se paró conmigo porque le cambié todo y me dijo: 'Ya está bien, dí lo que pone, que te he pillado'. Y yo, 'que no me da la gana'; y él, 'que sí, que lo digas'... Pero ha sido muy divertido trabajar con él», dice, y lanza una sonrisilla casi infantil de quien ha hecho una travesura. «¡Es que se pasa mucho, es un escándalo!», replica Audiard. «Pero bueno, es una actriz extraordinaria, a mí me conmovía verla. Y sí, tiene un carácter de mierda, pero yo también lo tengo. Pero es que a ella lo que más le gustaba en el set de rodaje era llevarme la contraria. Me decía, 'al final ya verás como tengo razón'», y lanza un estrendoroso suspiro. «Uff... pues al final la dejaba, que quieres que te diga, lo dejaba pasar».El papel de una vidaCuando el jurado del Festival de Cannes anunció que Karla Sofía Gascón ganaba el premio a mejor actriz junto a sus compañeras de reparto Selena Gómez y Zoe Saldana pocos conocían en España a la de Alcobendas. Pero en unos meses no ha dejado de salir en medios de España e internacionales. Esa inocencia de quien no lleva toda la vida dando opiniones medidas y bienpensantes en los medios la hace ser diferente. Por eso, cuando habla, a diferencia de otros compañeros de profesión no sienta cátedra. Al revés, a veces incluso en la respuesta se da la réplica, se corrige. «Hasta hace poco todas las historias que se contaban del mundo 'Trans' eran de personas sufriendo un tormento interior y al final creas un arquetipo muy incomodo, con unos clichés. Yo incluso tengo peleas tambien con mucha gente del colectivo porque a mí no me gusta cuando la gente se mete en un grupo y sigue ese grupo todo como rebaño. Yo odio eso. A mí me han llegado a decir personas que son de la misma minoria a la que pertenezco que por qué no me maquillo ni me peino. ¡Pues porque no me da la gana! Tienen una confusión de lo que es ser o no ser, tienen un cliché ellos mismos a veces muy integrado de cómo tienes que ser, cómo te tienes que comportar o si tienes que ir y hacerte la peluca. Yo afortunada o desgraciadamente soy una persona normal y a veces me veo rodeada de gente y digo, pues si la mas normalita soy yo, que pareciera que soy yo la mas rara y soy la mas normalita. Debemos entre comillas normalizar nuestra situación para integrarnos en la sociedad y que no nos vea como bichos raros. Somos gente que viene de una parte y de la otra, que hay mucha gente a la que le encanta dar la nota, pero a mí no me mola, a mí me mola más estar contando chistes con mis colegas. Eso de encasillar a todo el mundo en el mismo asunto a mí no me gusta» Probablemente haya mucha gente que incluso del mismo rollo sea la primera que te intente apartar, e igual que va a ocurrir que mucha gente del otro lado chungo va a intentar masacrarte hasta lo máximo que pueda», remata.Así, da forma a dos personajes en uno, primero a ese 'Manitas', un capo de la mafia hastiado de batallar para mantener el control de su gente y no perder la guerra contra otros cárteles; y después, como una elegante mujer que sabe disfrutar las segundas oportunidades de la vida y tratar de solucionar, como pueda, parte del mal que hizo en su primera vida. «La primera vez que vi el guión dije, 'joder, esto es más raro que un perro verde', lo segundo que dije fue que jamás lo íbamos a hacer y lo tercero fue que, si lo hacemos, yo no podría rodarlo porque no sé cantar», relata. Pero sí, al final se pudo, filmando en unos estudios de París donde se recreó el polvo del desierto de México. «La primera vez que me vi de 'Manitas' no era como al final se ha visto, hicimos un cásting dentro del cásting hasta dar con la forma final. Fue muy divertido, me caracterizaban de una manera y luego veía las fotografías e intentaba poner una voz diferente a cada estructura física. Fue pasando por varias formas, me parecía a Eddard Ramírez, a Jared Leto, a Matthew McConaughey... Hasta a Abraham Lincoln. Y a veces me hacía videos como los de 'Muchachada Nui'», recrea la intérprete, que durante el rodaje se tuvo que quitar el una última máscara, la de fan. «Cuando me dijeron las niñas que iban a venir ya al set [recuerda, en referencia a Zoe Saldaña y Selena Gomez] dije, 'esto va a ser... el acabose. Voy a tener que estar así todo el rato agachando la cabeza, y diciendo sí a lo que ustedes me digan'. Pero me despojé de ese modo fan y me puse a trabajar como con cualquier equipo. Y con Jack, pues sí, muchos roces, porque él es duro cuando quiere, si quiere destrozarte, te va a destrozar. Pero ha sido un viaje maravilloso en el que te juro que nos lo hemos pasado como niños», remata. Un viaje que no ha terminado, camino del Oscar, donde Netflix hará una campaña potente allá. «Tengo 52 años, a mí ni los éxitos ni los fracasos me alteran ya. Me pilla en un momento de mi vida en el que todo esto me da un poco lo mismo. O sea, las cosas que suceden me gustan, pero por otro lado, si no suceden, como no lo he tenido en 52 años, no me va a pasar nada, seguiré comiendo. Lo que está sucediendo es fruto de que hemos hecho un trabajazo en la película y sobre todo de que me han dado una oportunidad muy bonita, ese si es un regalo muy grande. Ha salido bien pero podría haber salido como el culo también», sentencia.
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