Thurman_Wiza
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El Tribunal Supremo de Estados Unidos parece inclinarse hacia la prohibición de tratamientos de transición de género en menores , según las intervenciones de los magistrados en una audiencia de este miércoles sobre el uso de bloqueadores de la pubertad, estrógenos y testosterona. Este caso, iniciado por una ley de Tennessee aprobada en 2023, es uno de los más esperados del periodo judicial y podría marcar un punto de inflexión en las guerras culturales de los próximos años. La sentencia, prevista para el verano, podría redefinir los límites legales sobre los menores que se identifican transgénero, y la capacidad de actuación de sus padres y de los estados para regular estos tratamientos.Noticia Relacionada estandar No Una filtración en EE.UU. destapa las dudas médicas sobre la cirugía transgénero y los tratamientos hormonales Érika Montañés Cientos de correos desvelan los temores de los facultativos sobre la 'terapia de afirmación'A las puertas del Supremo, en medio de un frío intenso, se congregaron partidarios y detractores de la prohibición. Los defensores del acceso a los tratamientos argumentan que es esencial permitir que los niños, con el apoyo de sus padres, decidan sobre su identidad y cuidado médico. Por otro lado, quienes apoyan la prohibición consideran que someter a menores a procedimientos médicos de tal envergadura es prematuro y conlleva riesgos graves e inaceptables.Demanda presentada por tres familias con menores transgéneroLas intervenciones de los magistrados sugieren que los argumentos a favor de la prohibición tienen más peso desde el punto de vista jurídico y constitucional, lo que podría establecer una postura conservadora en este tema a nivel nacional. El caso es polémico porque, mientras estos medicamentos se recetan legalmente para tratar afecciones como la pubertad precoz o desequilibrios hormonales , 23 estados han prohibido su uso en menores para fines relacionados con la transición de género. Entre esos estados está Tennessee, cuyo caso llega al Supremo como parte de una demanda presentada por tres familias con menores transgénero y un médico que los trata. Los demandantes son tres adolescentes de entre 13 y 16 años que reciben bloqueadores de la pubertad, estrógenos y testosterona. Estas familias argumentan que la ley de Tennessee viola derechos fundamentales como la igualdad de trato y el derecho de los padres a tomar decisiones médicas en el interés de sus hijos.En uno de los banquillos del Supremo estaba la familia de una persona menor de 16 años, apellidada Williams [el nombre se mantiene oculto por ser menor], que recibe bloqueadores de la pubertad y estrógenos para su transición a mujer. Al ser de Tennessee, deben viajar varias horas a Carolina del Norte para recibir tratamiento . Los médicos le diagnosticaron disforia de género, que se describe como una desconexión entre el sexo asignado al nacer y la identidad de género percibida, que según sus médicos puede generar un profundo malestar emocional y psicológico, con riesgo de suicidio.Para tratar esa disforia, se utilizan bloqueadores de la pubertad y detener temporalmente el desarrollo físico. Además, los tratamientos hormonales con estrógenos y testosterona desarrollan características físicas asociadas al género con el que se identifican los pacientes. Sin embargo, algunos efectos de estos tratamientos, como el desarrollo mamario o el cambio de la voz, pueden ser permanentes. La comunidad médica está dividida sobre este tema, aunque organizaciones como la American Medical Association y la American Academy of Pediatrics respaldan el uso de bloqueadores de la pubertad y terapia hormonal para menores transgénero.Riesgos significativos con beneficios no comprobadosLos defensores de la ley argumentan que estos tratamientos son experimentales y que el estado tiene la obligación de proteger a los menores de intervenciones que podrían causar daños permanentes. Además, en Estados Unidos, no hay una prohibición federal que impida a los menores someterse a cirugías de cambio de sexo , aunque los casos son muy infrecuentes, y los médicos suelen recomendar que dichas cirugías se realicen solo después de los 18 años.Durante la audiencia, el juez Samuel Alito, uno de los más conservadores del Supremo, cuestionó la naturaleza de la identidad transgénero, preguntando: «¿Es inmutable o no?». Chase Strangio, abogado de las familias demandantes y persona transgénero, respondió que la discordancia entre el sexo de nacimiento y la identidad de género tiene una base biológica. Sin embargo, Alito insistió, sugiriendo que los abogados no pueden probar que el cambio de sexo sea necesariamente permanente e irreversible. Por su parte, el juez Brett Kavanaugh, designado por Donald Trump, mostró preocupación por los posibles daños asociados a los tratamientos de cambio de género. Señaló que algunas personas que deciden revertir su transición pueden lamentar las intervenciones médicas realizadas durante su infancia.Kavanaugh también se refirió a recientes advertencias de autoridades sanitarias en países como Suecia, Finlandia, Noruega y el Reino Unido, que han señalado que los tratamientos médicos para la transición de género conllevan riesgos significativos con beneficios no comprobados. En ese contexto, el juez preguntó: «Si esos países están frenando este tipo de tratamientos, ¿por qué el Tribunal Supremo debería cuestionar las acciones de Tennessee? ».La procuradora general Elizabeth Prelogar, que representa al gobierno de Joe Biden y busca invalidar la ley, respondió que, a diferencia de Tennessee, ninguno de esos países ha aplicado una prohibición total. En ellos, las personas aún pueden acceder a esos tratamientos bajo ciertas condiciones. Uno de los padres declaró a los medios antes de la audiencia: « No estamos buscando privilegios especiales, solo el derecho de dar a nuestros hijos el cuidado que necesitan para ser quienes son».El resultado de este caso será significativo no solo para Tennessee, sino también para los otros 23 estados que han aprobado leyes similares. Si el Tribunal Supremo respalda la prohibición, podría sentar un precedente que limite aún más el acceso a estos tratamientos en todo el país. Durante la audiencia, l os abogados de Tennessee compararon estos tratamientos con prácticas médicas desfasadas, que antes se consideraban seguras, como la lobotomía, argumentando que el estado tiene el deber de intervenir cuando los estándares médicos podrían ser dudosos. Muchas personas quedaron incapacitadas al ser sometidas a lobotomías hace décadas. El Tribunal Supremo no emitirá su fallo hasta el verano de 2025.
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