Evangeline_Denesik
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En el otoño de 1952, tres vecinos de Yunquera de Henares (Guadalajara) , Fernando, Julio y Julián, encontraron por casualidad en una finca de labor un conjunto de 120 monedas de oro y plata de época romana. Los expertos las dataron en el siglo II después de Cristo y, desde entonces, se las conoce como el 'tesorillo de Yunquera'. Fueron a parar, después de muchas vicisitudes, al museo de San Isidro, que pasó luego a llamarse de los Orígenes, y allí estuvieron, en su cámara de seguridad, hasta ahora, en que por primera vez se exponen. El tesoro puede visitarse el 12 de enero.Los arqueólogos Jorge Morín de Pablos y Emilio Gamo Pazos acaban de presentar un libro dedicado a este tesoro y a su valor arqueológico, con el título 'La Ocultación Numismática de Yunquera de Henares (Guadalajara) conservada en el Museo de San Isidro-Los Orígenes de Madrid'. En él, profundizan en los detalles del tesoro y en su significado histórico; en su opinión, este destacado hallazgo no había recibido el interés merecido por parte de los investigadores de la numismática y la antigüedad romana.El tesoro que se encontraron Fernando, Julio y Julián consistía en 118 denarios de plata y dos áureos, junto con fragmentos de una vasija de cerámica que debió contenerlos cuando fueron escondidas. Porque todo indica que se trataba de una ocultación, algo que se ha hecho de forma recurrente en la historia en momentos de crisis e incertidumbre o de peligro. Según los expertos, esta es una de las ocultaciones numismáticas más importantes del interior de la Península Ibérica en la antigüedad. Noticia Relacionada estandar Si La campaña de rebajas en Madrid generará más de 28.000 nuevas contrataciones ABC La logística es el sector que más empleo mueve, seguido del comercioLos tres vecinos que localizaron estas monedas fueron indemnizados por el descubrimiento, y las piezas pasaron al Instituto Arqueológico Municipal de Madrid, en cuyas colecciones se integró en 1956. Hoy, forma parte de los fondos del museo de los Orígenes, antiguo de San Isidro. Según la investigación llevada a cabo por Morín y Gamo, el tesoro debió ser ocultado en la década del 170 d. C., y es prueba de una época de profunda crisis en el mundo romano en la Península, debida a factores sociales, al fin del expansionismo romano y al azote de la peste.Era la época de Marco Aurelio, apuntan, esa crisis era palpable y se acentuó por la pandemia, y así se refleja en los paisajes arqueológicos del Imperio en Hispania. En concreto, en este espacio de Yunquera de Henares, muy ligado a la zona agrícola complutense, las villas y zonas agropecuarias comienzan a desaparecer desde mediados del siglo II d. C. Incluso Complutum sufrió, señalan, un cierto retroceso urbano en esa época. Es en ese momento de crisis e incertidumbre, cuando alguien decide ocultar este tesoro numismático en Yunquera, que los autores identifican como una de estas villas donde familias ricas se habían trasladado y donde convivían los espacios residenciales con otros dedicados a las actividades agrícolas y ganaderas.En la época romana imperial, el término de Yunquera pertenecía al territorio de Complutum, y ocupaba una posición estratégica junto al paso de la vía Emérita-Caesaraugusta. La romanización trajo una fuerte urbanización y fortaleció las ciudades, pero también desarrolló una tupida red de asentamientos rurales como esas villas vinculadas a la explotación agropecuaria, sobre todo de vid y olivo, pero también de cereales. Esto, señalan los arqueólogos, se ratifica en los análisis polínicos de la época, y también en los estudios arqueobotánicos que muestran deforestaciones por incendios forestales para ampliar el terreno de uso agrícola y ganadero. Porque, además de cultivos, en aquellas villas también se llevaban a cabo usos ganaderos y se empleaban animales para labores agrícolas, como se aprecia en los análisis zooarqueológicos. La caza era otra actividad habitual. Todo esto se traducía en riqueza agrícola en el valle del Henares y más concretamente en Yunquera, acrecentada por el paso de la vía Emérita-Caesaraugusta por estos parajes, y por la existencia de depósitos de cal. Una última pista que abunda en esa idea de que la zona era rica es la presencia allí de inmigrantes que venían de otras áreas de Hispania, documentada a través de la epigrafía.En este contexto es donde alguien de aquel establecimiento rural romano decidió ocultar ese tesoro, en una llanura empleada tradicionalmente para labores agrícolas, en la margen derecha del río Henares. Allí, dentro de una vasija, su dueño decidió enterrar monedas emitidas por emperadores de la dinastía Flavia, como Vespasiano, Tito y Domiciano; o de la Dinastía Antonina, como Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Lucio Vero y Marco Aurelio. El tesoro se encuandra cronológicamente entre los reinados de Vespasiano y Marco Aurelio, y las piezas más recientes son de la década de 170 d. C; por eso es por lo que se data en esta fecha el ocultamiento del conjunto.
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