El techo roto

[Ottis_Mosciski]

Paso a paso, sin alzar la voz donde sólo se genera el eco de la calle ni buscar la sombra de una pancarta de plástico con proclamas de fácil rima. No persiguen gobiernos disfrazados de falso feminismo que impongan por mandato una cuota de sillones morados frente a las esferas de poder machistas. No han optado por el trampolín del amiguismo para alcanzar los cargos ansiados por todos. Sólo han andado sus caminos para derribar las puertas de los mandos gastando suelas de valía y profesionalidad, de capacidad y méritos. No han roto los techos de cristal con un cabezazo de demagogia, sino que el peso de su currículum.Desde la semana pasada el Decanato de los jueces de Sevilla tiene nombre de mujer. Reyes Vila, quien ya dio el primer golpe encima de la mesa de la Judicatura de Jerez de la Frontera, vuelve a marcar un hito en una plaza de primera categoría como es Sevilla. Esta juez vocacional se ha impuesto en las urnas de los votos de sus iguales sin soltar una palabra malsonante ni un discurso cargados de tópicos de un feminismo facilón. Las elecciones fue un ejemplo de caballerosidad en el saliente, Francisco Guerrero, y elegancia en la entrante. En cinco minutos de declaraciones públicas fijó su combatividad en nombre de sus compañeros para defender su profesión ante el organismo que se tercie por delante. Ha sido una campaña alejada de los focos. Más que alzar una voz en defensa de sus compañeros, ha optado por ceder su oído para hacer de buzón de sugerencias de un sector castigado por la corresponsabilidad, tan de modo ahora, entre gobiernos y organismos para administrar la Justicia en Andalucía, donde las carencias se han cronificado. A la falta de juzgados y recursos humanos, se le suma un sistema informático capaz de paralizar un juicio toda una mañana porque no funciona el sistema de grabación. Las nuevas tecnologías facilitan la vida, menos en el Prado. Y para más inri, lo que parecía el viaje definitivo a una Ciudad de la Justicia digna de la capital andaluza ha gripado el motor y el proyecto queda varado, dejando Palmas Altas en una isla judicial con los Contencioso y los Mercantiles. Reyes Vila engrosa una lista de mujeres más que preparadas que destacan por sí misma, que quizás avanza a un ritmo más lento del deseado. La nueva decana se suma a la fiscal superior de Andalucía, las decanas de Jaén, Córdoba y Jerez, las dos presidentas de secciones penales de la Audiencia o la representante del Poder Judicial en Sevilla. Y esto sin salir de las togas con puñetas. Al final las personas válidas rompen el cristal del techo impuesto por un modelo social que se ha resquebrajado aunque muchos prefieran vivir entre los trozos rotos para que su discurso no haga aguas.

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