jeffry.wiegand
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Durante la ofrenda a la Virgen de los Desamparados en Valencia , en los años que ha empezado a llover, la premisa para todas las mujeres es clara: hay que coger los bajos de las faldas y dejar a la vista las enaguas para que no caiga ni una gota sobre los trajes de valenciana. El mayor enemigo para el tejido de las telas de los trajes de fallera –confeccionadas en su gran mayoría con sedas, linos y algodones– es el agua . Cuando se mojan, la mancha no se va nunca, y no solo eso: las telas se quedan acartonadas. Este temor se hizo realidad la noche de la riada en la tienda Andrea Indumentaria de Aldaia, donde el barro llegó a los dos metros de altura. A cuatro meses y medio de celebrarse las Fallas, este establecimiento, que Andrea Hernández fundó hace 35 años, estaba lleno de telas de valenciana, mantillas, manteletas y pañueletas, zapatos, espardeñas, cancanes, cintas de raso, puntillas… ahora en los percheros cuelgan algunas faldas y corpiños de valenciana desparejados que ya tenía confeccionados y chaquetas de torrentí, de la indumentaria masculina. Son las pocas piezas que ha podido salvar de la DANA , con alguna mancha de barro, después de tirar más de 200 trajes de valenciana que eran imposibles de recuperar. Las pérdidas económicas no se ha atrevido a cuantificarlas, pero entre horas de trabajo, las máquinas de coser que no podrán volver a funcionar y la inversión en telas y en complementos, a vista alzada superarían los 200.000 euros. MÁS INFORMACIÓN noticia No Valencia en el corazón: nunca más «Lo único que se ha salvado es un perchero que estaba en alto. Está todo acartonado. Mi tienda es grande y la tengo llena de género. Los primeros días había que seleccionar y tirar a la basura. Me quedan mitades, eso quiere decir que no me queda nada. Si hay 15 faldas, los corpiños no están y al revés», lamenta Andrea, al tiempo que señala que no puede «salvar nada»: «La gente desconoce cómo funciona este tejido y se piensa que se puede arreglar llevándolo a la tintorería». «Cuando los tejidos se humedecen y se mojan se hace un cerco pero además se reblandece y no queda el tejido con el apresto», explica. Las piezas que le quedan, no las podrá vender ni a precio de saldo. Reapertura por NavidadAndrea y las dos trabajadoras de su taller no son las únicas que sufren los daños de la DANA. También está la textil Compañía Valenciana de la Seda, Artesanía Valenciana o el taller de manteletas Hijas de Carmen Esteve. Cuando al día siguiente de la riada entró en su tienda, no se lo podía creer. «Pensé en mis clientas, en Falleras Mayores a las que tenía que entregarles trajes, en mis proveedores… ahora solo quiero tenerlo todo limpio para poder empezar otra vez», dice. Su plan es que Andrea Indumentaria vuelva a abrir en Navidad. Se niega a no cumplir con sus clientas , aunque cree que este año «las Fallas serán más tristes».
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