El peor viaje de ... Concha Calleja: Noche en el cementerio de Brington

Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
68
IMG-20241029-WA0004-knkG-U603286263849zsH-758x531@diario_abc.jpg

La monarquía británica lleva siglos sirviendo de inspiración para novelas, obras de teatro, óperas, películas y series. Las aventuras de los monarcas ingleses y sus familias brindan la oportunidad de dejar correr la imaginación, pero Concha Calleja prefiere ceñirse a los hechos, que por sí solos tienen ya toda la enjundia novelesca que se le puede pedir a una historia. Le puede más su faceta de perito judicial, criminóloga y psicóloga forense que la de escritora. ¿Para qué inventar, teniendo tan buen material?Actualmente está inmersa en la presentación de 'Tres reinas', un breve pero iluminador análisis de cómo Isabel II, la princesa Diana y la actual reina Camilla afrontaron algunas de sus mayores crisis de reputación. El libro está escrito al calor de la errática comunicación de las últimas enfermedades de Carlos III y de Kate Middleton : «Estamos viviendo cómo la monarquía británica está en una situación de jaque y en el punto de mira del mundo entero». Noticia Relacionada estandar No La contundente decisión del príncipe Guillermo tras el alta hospitalaria de la princesa Catalina Ivannia Salazar Este lunes, los Palacios de Kensington y de Buckingham han emitido dos comunicados asegurando que ambos ya no se encontraban en The London ClinicPartiendo de ahí, se puso a pensar en cómo la casa real británica había abordado sus conflictos en otras ocasiones. «Llegué a la conclusión de que los royal británicos son la primera institución reality-show de las monarquías: ellos mismos se ponen en el punto de mira con sus negocios, con la pompa, sus rituales... Y también con sus escándalos», resume la autora. De estas tres mujeres, destaca el fascinante caso de Camilla, «una mujer que fue llamada la bruja, la amante, todos los calificativos que se puedan imaginar, y ninguno bueno, y acaba siendo una reina aceptada». La investigación sobre Diana de Gales para su anterior libro, 'Diana, réquiem por una mentira', fue precisamente la que la llevó a emprender el que considera el peor viaje de su vida. En realidad, más que de un mal viaje, se trata de un mal rato —muy mal rato— ocasionado por su lado más intrépido. La historia es ideal para Todos los Santos: transcurre de noche y empieza en un cementerio.«No sabía si tenía tema para escribir otro libro sobre Diana», así que decidió ir a buscar la inspiración a Brington, el pueblo donde su hermano erigió un memorial, y la cripta de cuya iglesia están enterrados los miembros de la familia Spencer que precedieron a la princesa. Llegó de noche y no podía esperar a visitar el lugar. «Tenía yo como curiosidad de verlo, tranquila, sin que hubiera nadie», dice. Lo mejor en estos casos, como todo el mundo sabe, es saltar la verja del cementerio en plena noche.Lo que no esperaba Calleja era, una vez pasado este obstáculo, encontrarse la puerta del templo abierta. Linterna en mano, se fue para dentro. «Es muy loco, lo reconozco y no sé cómo llego a hacer cosas de estas». Aún más inesperado, halló unos documentos que dejaban claro que Diana está enterrada ahí, en la cripta, con su padre, tal como ella pedía en su testamento, y no en el monumento creado por el hermano, como se había dicho. «Fotografié los documentos, salí, me metí en el coche y me marché».Noticia Relacionada estandar No La Princesa Catalina tuvo que ser «inducida a un coma e intubada» Laura G. Calleja La colaboradora Concha Calleja se atrevía a desvelar, en el programa 'Fiesta', el momento tan crítico que vivió la mujer del Príncipe GuillermoAl día siguiente, al volver al lugar del crimen, se encontró a la reverenda, «una mujer enorme, pero enorme, enorme», que le preguntó si había estado antes ahí. Ella había visto que había cámaras por todas partes, de modo que fue casi sincera. «Le dije que sí, que había llegado la noche anterior y que vi unos libritos que vendían en la iglesia y, por si no volvía, cogí uno y dejé dinero en el cepillo», cosa que era verdad. Aparentemente convencida, la reverenda la invitó a un oficio de Navidad con sus villancicos: «Me dio un cirio enorme y me pasó a la primera fila, así que no podía irme. Pensaba que al salir me encontraría ahí a todo Scotland Yard esperando para detenerme».Todo quedó en un susto, nadie la detuvo y pudo publicar su libro. Rememorando el momento y recordando otras investigaciones, constata que a ella la inspira «estar en un lugar sobre el que tengo que escribir». Sobre sus aventuras detectivescas, admite que son habituales: «Si lo pienso mucho, a lo mejor no me meto de noche en un cementerio, pero en el momento me parece una buena idea, y lo hago». Y quizás sí que, en el fondo, son buenas ideas.

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba