abraham.luettgen
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El adjetivo "pintoresco" acompaña a muchos lugares tanto de España como de todo el mundo para indicar que su belleza es tal que parece sacado de un cuadro. Pero han sido infinitas las veces en las que artistas como Van Gogh se han fijado en enclaves reales para llevarlos al óleo. Es el caso del último paisaje en ser nombrado Patrimonio Geológico Mundial por parte de la UNESCO, que está en el corazón de Italia.
Los grandes pintores de la historia se inspiraron en lugares totalmente reales para algunas de sus obras, y uno de los mayores genios de toda la historia no iba a ser menos: Leonardo da Vinci utilizó el Valle del Arno como escenario en el que probablemente sea el cuadro más icónico jamás pintado: se trata, obviamente, de la Mona Lisa, y es que la Gioconda mira desafiante a los visitantes del Museo del Louvre en París con las sublimes Balze del Valdarno detrás de ella.
La Mona Lisa y su relación con las Balze del Valdarno
La curiosidad de Leonardo da Vinci no tenía límites, y en sus numerosos estudios sobre el agua, recogidos en el Código Leicester, ya daba varios apuntes acerca de las Balze de Valdarno. Este impresionante entorno geológico, al que muchos bautizan como "el Gran Cañón de la Toscana", fascinó al genio, que lo utilizó como paisaje de fondo para retratar a la misteriosa mujer que hoy se conoce con el nombre de Mona Lisa.
El Área Natural Protegida de Balze se encuentra entre los municipios de Reggello hasta el de Terranuova Bracciolini, en plenas laderas de Pratomagno y entre los ríos Ciuffenna y Resco, así como el Arno. La acción del agua durante miles de años ha moldeado este magnífico paisaje, creando "bahías, barrancos y pilares de tierra", como se afirma en el Portal de Turismo de la Toscana.
Estas espectaculares formaciones geológicas dejan perplejo a cualquiera que pone un pie en ellas. En la propia web turística de la región se destaca sobre todo los pilares de Poggitazzi y Piantravigne, aunque este último merece una mención especial, ya que se trata de un pequeño pueblo erigido en lo alto de una de estas columnas rocosas y que se comunica con el resto del entorno a través de puentes.
Los impresionantes pilares de tierra que conforman las Balze crean una estampa imponente a la par que extraordinaria, y además están a tan solo unos kilómetros de la ciudad de Florencia (la cual atraviesa el río Arno, sobre el que se erige el Ponte Vecchio). Todo ello ha hecho que la UNESCO haya reconocido este lugar como Patrimonio Geológico Mundial.
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