El bloqueo de las ingenieras al puente de la SE-40 huele raro. ¿Por qué adjudicó el ministro el diseño de esta infraestructura a una empresa estatal incapacitada técnicamente? La pregunta será muy comprometedora si la respuesta oficial no llega pronto. Hemos sabido tras la resolución del Tribunal Central de Recursos Contractuales del Ministerio de Hacienda que para que Ineco se hiciese cargo de esta adjudicación era obligatorio que no subcontratase más del 51 por ciento y que la Intervención avisó de que se había subcontratado el 78%, por lo que el proceso era ilegal. Sin embargo, el Ministerio encargó un nuevo informe a otra interventora, que sí validó la operación. Después de ver los correos de la secretaria de Presidencia desde la Moncloa a los patrocinadores de la cátedra de Begoña Gómez no es para tanto que el ministro Puente tenga la suerte de que un habilitado nacional le avale. Y entre tanto escándalo que se supera con otro más grave, esto de Ineco es una minucia. Pero si no tuviésemos una mirada distorsionada veríamos que en el lío del puente de la SE-40 hay movimientos extraños. El ministro ha aplicado a la burocracia el axioma de Groucho Marx que dice aquello de «estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros». Si no le gusta una interventora, hay otra.Ineco es una empresa estatal creada para atender obras de emergencia, igual que Tragsa. La primera se encarga de hacer la labor de ingeniería y la segunda de construir. Ambas tienen mucho sentido si cumplen su función, que consiste exactamente en agilizar obras de infraestructuras primordiales cuando han sido derribadas por una catástrofe. Por ejemplo, para reparar las carreteras y los puentes de Valencia tras la reciente DANA son organismos muy necesarios. El Gobierno puede restaurar los daños sin tener que someterse a los trámites naturales de contratación, que retrasarían mucho la vuelta a la normalidad. El ministro Puente está estos días especialmente ocupado en anunciar por las redes sociales todos los arreglos que está haciendo en la Comunidad Valenciana en tiempo récord. Bien hecho. Pero ni Ineco ni Tragsa están para acometer grandes obras civiles de nueva creación, básicamente porque no tienen capacidad técnica ni recursos para ello. Y porque tampoco son competitivas económicamente. Por eso los proyectos transformadores se sacan a concurso público y las grandes empresas con una dilatada experiencia y estructuras bien ajustadas hacen ofertas que abaratan el coste final. De esta forma se consigue invertir el dinero público con la máxima eficiencia, mientras que de la otra lo que se hace es resolver una urgencia aunque para ello haya que pagar más de lo que costaría por la vía habitual. Repito la pregunta del principio: ¿por qué adjudicó el ministro el diseño del puente de la SE-40 a la sociedad estatal de obras de emergencia? Que me perdone el señor Puente la curiosidad, pero es que el misterio me tiene en vilo.
Alberto García Reyes: El misterio sin resolver de Ineco y Tragsa
¿Por qué el ministerio contrata para obras civiles a entes estatales creados para rehabilitar emergencias?
www.abc.es