Mattie_Moen
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Uno de mis primeros recuerdos es un belén con tres escenas en el que mi padre trabajó varias semanas . Las luces de colores iluminaban las figuras, había un río por el que fluía agua, el portal cubierto de musgo, la estrella de papel de plata que guío a los Reyes y todo dentro de tres cajones. Me quedaba absorto mirando el nacimiento de Jesús en la oscuridad de la habitación.Siempre me ha fascinado el nacimiento de Jesús y el misterio de su naturaleza divina. Durante mi infancia, fue una presencia constante en mi vida. Le rezaba todos los días. Y le veía representado en el cordero pascual de la cúpula de la iglesia de San Nicolas de Bari en la que era monaguillo.La religión católica se basa en el dogma de que Cristo, su nombre en griego, que significa el ungido, es el hijo de Dios Padre. El Nuevo Testamento señala que Jesús vino a este mundo para redimirnos, que hizo milagros y resucitó. Sufría como hombre pese a tener una naturaleza divina.En un magnífico libro, el Papa Benedicto XVI reconoce que sabemos muy poco de Jesús. Las reconstrucciones históricas de su personalidad nos aclaran poco. Y exégesis como las de Guardini hablan más de su fe que de la figura del Mesías.El retrato más conmovedor de Jesús se halla en unas pocas líneas de 'La Pasión según San Mateo' de Bach. Cuenta que una mujer se acercó en Betania para derramar un vaso de caro perfume sobre su cabeza. Sus apóstoles intentaron impedirlo, escandalizados por el desperdicio. Jesús les detuvo y afirmó: «Dónde quiera que este evangelio sea predicado, se recordará lo que ella ha hecho».Jesús es un enigma dentro de otro enigma. La pregunta es por qué su legado ha sobrevivido dos milenios y por qué seguimos celebrando su memoria. No es solo por la fe sino también por el mensaje de fraternidad y comprensión de la condición humana que transmitió. Fuera o no Dios, Cristo sigue proyectando su figura sobre la historia.He preguntado a teólogos sobre si Jesús existió realmente. La respuesta ha sido inequívoca: hay sólidas evidencias de que fue un profeta judío en tiempos de la dominación romana. Tuvo discípulos y fue crucificado. Pero esa no es la cuestión esencial. La pregunta es por qué el cristianismo caló en la humanidad y por qué Cristo nos interpela a muchos de nosotros que ni siquiera somos fervorosos creyentes.En una sociedad secularizada, que rinde culto al dinero, la fama y el poder, el testimonio de Jesús sigue siendo revolucionario. El hijo de Dios se hizo carne para proclamar la dignidad y la igualdad de los seres humanos.Celebremos la Navidad estos días con el verdadero espíritu de Cristo , con el ánimo sobrecogido por el misterio, con la pureza del corazón del hombre que perdonaba los pecados y redimía el sufrimiento. Pese a mi falta de fe, siempre seré uno de los suyos.
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