Jerome Powell lanzó este miércoles la idea que los inversores no quieren oír. El mercado se había sentado complacido a contemplar nuevos máximos bursátiles confiado en que los tipos de interés en EE UU seguirían bajando, y en que la llegada de Donald Trump al poder iba a traer una expectativa de ganancia adicional con menos impuestos y menos regulación. Pero el presidente de la Fed ha vuelto a mostrar al mercado la diferencia entre la realidad y los deseos de los inversores. La realidad ofrece una economía de EE UU muy sólida, en la que la inflación se resiste a flaquear a más velocidad y que no permite acelerar los recortes de tipos. El diagnóstico de la Fed llega antes incluso de que se concrete el mayor riesgo inflacionista, los aranceles globales que ha anunciado Trump. Y pone sobre la mesa un peligro que pocos aún se atreven a nombrar, que los tipos no bajen en 2025 o, incluso, puedan subir en algún momento.
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