El mayor centro de investigación del cáncer en España está al borde del precipicio. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid, lleva años sufriendo en silencio una situación surrealista: la ciencia avanza mucho más despacio de lo que debería porque de sus cuatro microscopios confocales, esenciales para poder investigar los procesos bioquímicos que dan lugar al cáncer, ya solo funciona uno.
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