vivianne.kertzmann
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Todo el mundo en España conoce las principales maravillas de Italia, como el Coliseo o la Fontana di Trevi en Roma o la Cúpula de Brunelleschi de la Catedral de Florencia, pero en el país transalpino hay escondidas innumerables joyas que están lejos de las grandes ciudades, pero que aun así son auténticas maravillas. Una de ellas se encuentra en el corazón de la nación, a unas dos horas por carretera de San Marino.
En la región de Las Marcas se encuentra una población de menos de 2.000 vecinos, pero que en sus alrededores cuenta con uno de los parajes más impresionantes de toda Italia. En las afueras de la localidad de Genga, una villa con un patrimonio arquitectónico envidiable, se encuentran las espectaculares Cuevas de Frasassi, una imponente red de grutas en la que se pueden encontrar todo tipo de formaciones geológicas, aunque también te toparás con algún que otro edificio.
La impresionante ermita en una cueva de Genga
En la provincia de Ancona se ubica el Parque Regional de Gola della Rossa y de Frasassi, donde podrás visitar el espectacular Templo de Valadier. Para llegar a él desde la localidad de Genga hay que recorrer una ruta de unos cinco kilómetros que te lleva a las Cuevas de Frassasi, un laberinto kárstico de unos 13 kilómetros que conforman una auténtica maravilla geológica casi inigualable en ninguna parte de Italia.
Tras recorrer bucólicos paisajes se lleva al increíble Templo de Valadier, un santuario erigido en el siglo XIX en el interior de una de las cuevas del entorno. Quien encargó su construcción fue el papa Leo XII, que provenía de la familia della Genga, natural de la localidad. Este edificio octogonal se atribuye al arquitecto Giusseppe Valadier, de ahí su nombre, aunque las investigaciones más recientes han descubierto que no tuvo nada que ver con su construcción.
En el interior del templo hay una recreación de una estatua de mármol de la Virgen con el niño Jesús (la original se encuentra en el Museo de Genga), y aunque su estilo neoclásico no llame la atención, si lo hace su ubicación, ya que se encuentra incrustada en una de las numerosas grutas que hay en las Cuevas de Frasassi. Probablemente sea uno de los santuarios más especiales de toda Italia, y es que no muchos están dentro de una caverna que sirvió de refugio desde la Edad de Bronce.
Pero además, justo antes de llegar al templo de Valadier hay otra maravilla religiosa: la espléndida Ermita Santa María Infra Saxa, excavada en la propia roca de las montañas de Genga. Este santuario es incluso anterior al que se encuentra dentro de la cueva, ya que hay indicios de que podría datar incluso del siglo XI.
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