Lelah_Kassulke
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A Beyoncé le gusta hacer todo a lo grande, así que para su celebración de Halloween este año no se ha conformado con un disfraz profesionalmente producido, sino que la estrella ha lucido tres distintos. Tal y como ha compartido en su cuenta de Instagram, se ha transformado en varios de sus referentes culturales. Primero en Betty Davis y después en el dúo formado por Prince y Apollonia.
“Betty in my bones” (Betty en mis huesos), escribía en la mañana del viernes la creadora de Cowboy Carter junto a un carrusel de siete imágenes en las que emulaba a Betty Davis. Como la pionera del funk en la portada de su recopilatorio This is it!, Beyoncé se enfundó en un escotado body con estampado de cebra y botas de cowboy también en blanco y negro. Completó su emulación con una inmensa melena afro y labios en rojo vinilo.
Pionera del funk en los años setenta, Betty Davis murió a los 77 años en 2022. La cantante grabó solo tres discos y después abandonó la música, pero influyó tremendamente en las obras de Prince, Lenny Kravitz, Janelle Monae o Miles Davis con el que estuvo casada un año. Aquel matrimonio, de 19 años de diferencia, supuso una transformación para el trompetista, tanto estética como profesionalmente: “Betty fue una gran influencia en mi vida personal y en mi vida musical. Ella me introdujo a la música de Jimi Hendrix, y me presentó al propio Jimi Hendrix, y a otros músicos y música rock negra”, escribió él en sus memorias editadas en 1989.
Retirada del foco durante décadas, Betty reconocía en una entrevista en 2018 en The Washington Post que, aunque disfrutaba de su anonimato, también echaba de menos algo de reconocimiento: “Me gusta que nadie me reconozca cuando paseo por la calle o voy a comprar. Me gusta vivir tranquila, sin que me molesten. Pero sería bueno recordar que en algún momento hice buena música e hice sonreír a la gente”. Una memoria que ahora reivindica Beyoncé.
Solo unas horas después, la estrella de Houston compartía una segunda publicación en la que volvía a emular a sus referentes. En este segundo caso, a la pareja que formaron brevemente Prince y Apollonia Kotero. El músico conoció a la mexicana durante el rodaje de Purple Rain en 1984 y poco después se convirtieron en amantes. Precisamente aquel exceso estético de los ochenta es el que imita la texana a base de camisa de chorreras, botas altas, diamantes y una imagen en topless en la que solo se cubre el pecho con las manos con guantes en morado metalizado.
Beyoncé y Prince no solo se conocieron, sino que se subieron juntos al escenario en un inolvidable momento de la gala de los Grammy en 2004. Ambos interpretaron entonces éxitos como Purple Rain o Crazy in Love. La diva, que ya triunfaba en solitario precisamente gracias al éxito de Crazy in Love, recibió el apoyo de Prince que dijo de ella poco después que le sorprendió lo potente que era a nivel musical: “Solo traté de mostrarle algunos acordes de piano y ayudarla a respetar el hecho de que si aprende piano al estilo de Aretha Franklin o Ray Charles y cosas así, solo el cielo será su límite porque es muy talentosa”.
Beyoncé remata así una semana muy mediática que comenzaba el pasado sábado en uno de los mítines de final de campaña de Kamala Harris. La música acudía a dar su apoyo explícito a la candidata demócrata a solo diez días de las elecciones estadounidenses. “No estoy aquí como una celebridad, no estoy aquí como política. Estoy aquí como madre. Una madre que se preocupa profundamente del mundo que mis hijos, y todos nuestros hijos, van a habitar. Un mundo en el que tengamos libertad de controlar nuestros cuerpos. Un mundo en el que no estamos divididos”, declaraba Beyoncé, que no interpretó ninguna de sus canciones aquel día. “Nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro, se unen aquí. Imaginen a nuestras hijas crecer viendo lo que es posible sin techos, sin limitaciones. Imaginen lo que nuestras abuelas están sintiendo en estos momentos... sus sacrificios, para poder ver el liderazgo de una mujer”, agregaba la superestrella, antes de fundirse en un abrazo con Harris.
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“Betty in my bones” (Betty en mis huesos), escribía en la mañana del viernes la creadora de Cowboy Carter junto a un carrusel de siete imágenes en las que emulaba a Betty Davis. Como la pionera del funk en la portada de su recopilatorio This is it!, Beyoncé se enfundó en un escotado body con estampado de cebra y botas de cowboy también en blanco y negro. Completó su emulación con una inmensa melena afro y labios en rojo vinilo.
Pionera del funk en los años setenta, Betty Davis murió a los 77 años en 2022. La cantante grabó solo tres discos y después abandonó la música, pero influyó tremendamente en las obras de Prince, Lenny Kravitz, Janelle Monae o Miles Davis con el que estuvo casada un año. Aquel matrimonio, de 19 años de diferencia, supuso una transformación para el trompetista, tanto estética como profesionalmente: “Betty fue una gran influencia en mi vida personal y en mi vida musical. Ella me introdujo a la música de Jimi Hendrix, y me presentó al propio Jimi Hendrix, y a otros músicos y música rock negra”, escribió él en sus memorias editadas en 1989.
Retirada del foco durante décadas, Betty reconocía en una entrevista en 2018 en The Washington Post que, aunque disfrutaba de su anonimato, también echaba de menos algo de reconocimiento: “Me gusta que nadie me reconozca cuando paseo por la calle o voy a comprar. Me gusta vivir tranquila, sin que me molesten. Pero sería bueno recordar que en algún momento hice buena música e hice sonreír a la gente”. Una memoria que ahora reivindica Beyoncé.
Solo unas horas después, la estrella de Houston compartía una segunda publicación en la que volvía a emular a sus referentes. En este segundo caso, a la pareja que formaron brevemente Prince y Apollonia Kotero. El músico conoció a la mexicana durante el rodaje de Purple Rain en 1984 y poco después se convirtieron en amantes. Precisamente aquel exceso estético de los ochenta es el que imita la texana a base de camisa de chorreras, botas altas, diamantes y una imagen en topless en la que solo se cubre el pecho con las manos con guantes en morado metalizado.
Beyoncé y Prince no solo se conocieron, sino que se subieron juntos al escenario en un inolvidable momento de la gala de los Grammy en 2004. Ambos interpretaron entonces éxitos como Purple Rain o Crazy in Love. La diva, que ya triunfaba en solitario precisamente gracias al éxito de Crazy in Love, recibió el apoyo de Prince que dijo de ella poco después que le sorprendió lo potente que era a nivel musical: “Solo traté de mostrarle algunos acordes de piano y ayudarla a respetar el hecho de que si aprende piano al estilo de Aretha Franklin o Ray Charles y cosas así, solo el cielo será su límite porque es muy talentosa”.
Beyoncé remata así una semana muy mediática que comenzaba el pasado sábado en uno de los mítines de final de campaña de Kamala Harris. La música acudía a dar su apoyo explícito a la candidata demócrata a solo diez días de las elecciones estadounidenses. “No estoy aquí como una celebridad, no estoy aquí como política. Estoy aquí como madre. Una madre que se preocupa profundamente del mundo que mis hijos, y todos nuestros hijos, van a habitar. Un mundo en el que tengamos libertad de controlar nuestros cuerpos. Un mundo en el que no estamos divididos”, declaraba Beyoncé, que no interpretó ninguna de sus canciones aquel día. “Nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro, se unen aquí. Imaginen a nuestras hijas crecer viendo lo que es posible sin techos, sin limitaciones. Imaginen lo que nuestras abuelas están sintiendo en estos momentos... sus sacrificios, para poder ver el liderazgo de una mujer”, agregaba la superestrella, antes de fundirse en un abrazo con Harris.
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