En el verano de 2022, Daley Blind (Ámsterdam; 34 años) había visitado las instalaciones del Girona y solo le faltaba estampar la firma, convencido por la oportunidad de jugar en la Liga. Pero, de repente, una llamada del Bayern le hizo cambiar de opinión, vuelo hacia Baviera y no Cataluña. La decisión, sin embargo, pronto se le torció; apenas contaba con oportunidades y minutos en el equipo germano. Entonces fue Míchel el que, con argumentos futbolísticos y una extensa llamada de Zoom, le convenció. “Le hablé de la manera de jugar, de la construcción del juego, de la importancia que tendría en la estructura porque su timing es perfecto y porque hace mejor a cualquier jugador que le envuelve”, explica Míchel. Al colgar, Blind tenía claro cuál sería su nuevo destino. “Me emocioné cuando hablé con el técnico sobre el estilo de fútbol y el club”, confirma, dichoso por ser el principio del juego colectivo del equipo, también por ser un fijo cuando a su llegada existían recelos sobre su papel, habida cuenta de la edad y el desfibrilador que lleva de serie. Blind, hoy rival del Madrid, sonríe.
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