Amparo_Steuber
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Todo el que puede estar, está. La 74ª edición del festival de Cannes, que arranca esta noche con el musical Annette, de Leos Carax, con Adam Driver y Marion Cotillard, es excesiva. Durante 2020, muchas películas detuvieron su estreno solo para poder estrenarse en el portaaviones del cine de autor. Para su delegado general, Thierry Frémaux, es un retorno poético, y se declaró, ayer ante la prensa, “conmovido”: “Cannes se celebra por los autores, los cineastas, la prensa, por la ciudad de Cannes... Esperamos que cada día se confirme que hemos elegido bien”, señalaba. No habló de los 200 millones de euros que cada año, según el Ayuntamiento, le reporta a la ciudad el certamen, ni de los 28.000 acreditados (un 30% menos que en ediciones precedentes) presentes en la ciudad, ni de las 4.000 pruebas diarias de antígenos (para entrar en el Palais, epicentro del evento, hay que tener un test negativo del covid con, como mucho, 48 horas de antigüedad) que se realizan en una inmensa pérgola en el recinto donde antes se situaba la villa internacional del Mercado. No, se refería al borde del abismo en el que vive asomado el cine desde el año pasado: el modelo de negocio fundamentado en las salas de cine. Frémaux habló de un “triunfo absoluto y merecido”, de las plataformas “cuando el cine no podía defenderse”.
“¿Quiénes son los artistas descubiertos en plataformas?”, se preguntaba. Ninguno, y para que a Cannes no se le escape ni un veterano ni un recién llegado, hoy arranca su edición más desaforada: una sección oficial hasta arriba de nombres conocidos, como Paul Verhoeven (que estrena Benedetta, la historia real de una monja lesbiana italiana del siglo XVII), Wes Anderson (Crónica francesa, mientras el estadounidense ya está lanzado a la preproducción de su nuevo filme, que rodará en septiembre en España), Asghar Farhadi (Un héroe, su vuelta a su país natal) Mia Hansen-Løve, (Isla Bergman, el viaje de dos cineastas estadounidenses al archipiélago que inspiró al genio sueco), Sean Penn (Flag Day); Nadav Lapid, los ganadores de Palmas de Oro previas Jacques Audiard, Apichatpong Weerasethakul y Nanni Moretti, y otros nombres como los de François Ozon, Indikó Enyedi (ganadora de la Berlinale), Catherine Corsini, Kirill Serebrennikov (que ha sufrido un largo arresto domiciliario en Rusia), Joachim Trier, Joachim Lafosse, Bruno Dumont o la francesa Julia Docournau.
Como Cannes lo ha querido todo, además de reconvertir la sección Una cierta mirada a nuevos directores, suma otro apartado, Cannes Premiere, y así podrá proyectar películas de Hong Sang-soo, Mathieu Amalric, Andrea Arnold o Arnaud Desplechin. En Sesiones Especiales y Fuera de Competición, se proyectarán las películas de Oliver Stone (un documental con el que vuelve al universo de JFK), Charlotte Gainsbourg (que realiza un retrato de su madre, Jane Birkin), Tom McCarthy, Sergei Loznitsa o Todd Haynes, que presenta su documental sobre la banda The Velvet Underground, creado para Apple TV. En total, la sección oficial (que engloba todo lo anterior), ha pasado de 58 títulos en 2019 a 70 en esta edición.
Y no estará Netflix (que rehúsa cumplir la norma de que las películas que se proyecten en Cannes tienen que estrenarse en salas en Francia), pero sí Amazon (Annette, de Carax, es de esa plataforma) y Apple TV. Ahí está el debate del futuro, las salas de cine, que han estado cerradas en casi todo el mundo (España fue de los primeros países en abrirlas), y que ahora están teniendo récords de recaudación (en Francia y EE UU el público ha vuelto con ganas), a excepción de en España, donde solo Fast & Furious 9 ha salvado los muebles. España tampoco hará mucho ruido en Cannes, excepto Libertad, la película de la debutante Clara Roquet, que ha esperado todo un año para que se pudiera lanzar en la Semana de la Crítica, y que por la covid llegará ella misma unos días tarde a la ciudad. La pandemia ha arrasado con todo, excepto, espera Frémaux, con el festival que se celebra en una pequeña aldea gala resistente y defensora del cine en salas.
En este cuanto más mejor, Cannes también saca pecho de sus amigos, y ha multiplicado las clases magistrales presenciales, arrancando mañana con la del coreano Bong Joon-ho, que sigue siendo el último poseedor de la Palma de Oro con Parásitos (y que después se llevaría el Oscar), y prosiguiendo con Jodie Foster (Palma de Oro de Honor de 2021), Matt Damon, Isabelle Huppert, Marco Bellocchio (también Palma de Oro de Honor 2021) y Steve McQueen.
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“¿Quiénes son los artistas descubiertos en plataformas?”, se preguntaba. Ninguno, y para que a Cannes no se le escape ni un veterano ni un recién llegado, hoy arranca su edición más desaforada: una sección oficial hasta arriba de nombres conocidos, como Paul Verhoeven (que estrena Benedetta, la historia real de una monja lesbiana italiana del siglo XVII), Wes Anderson (Crónica francesa, mientras el estadounidense ya está lanzado a la preproducción de su nuevo filme, que rodará en septiembre en España), Asghar Farhadi (Un héroe, su vuelta a su país natal) Mia Hansen-Løve, (Isla Bergman, el viaje de dos cineastas estadounidenses al archipiélago que inspiró al genio sueco), Sean Penn (Flag Day); Nadav Lapid, los ganadores de Palmas de Oro previas Jacques Audiard, Apichatpong Weerasethakul y Nanni Moretti, y otros nombres como los de François Ozon, Indikó Enyedi (ganadora de la Berlinale), Catherine Corsini, Kirill Serebrennikov (que ha sufrido un largo arresto domiciliario en Rusia), Joachim Trier, Joachim Lafosse, Bruno Dumont o la francesa Julia Docournau.
Como Cannes lo ha querido todo, además de reconvertir la sección Una cierta mirada a nuevos directores, suma otro apartado, Cannes Premiere, y así podrá proyectar películas de Hong Sang-soo, Mathieu Amalric, Andrea Arnold o Arnaud Desplechin. En Sesiones Especiales y Fuera de Competición, se proyectarán las películas de Oliver Stone (un documental con el que vuelve al universo de JFK), Charlotte Gainsbourg (que realiza un retrato de su madre, Jane Birkin), Tom McCarthy, Sergei Loznitsa o Todd Haynes, que presenta su documental sobre la banda The Velvet Underground, creado para Apple TV. En total, la sección oficial (que engloba todo lo anterior), ha pasado de 58 títulos en 2019 a 70 en esta edición.
Sin noticias de Netflix
Y no estará Netflix (que rehúsa cumplir la norma de que las películas que se proyecten en Cannes tienen que estrenarse en salas en Francia), pero sí Amazon (Annette, de Carax, es de esa plataforma) y Apple TV. Ahí está el debate del futuro, las salas de cine, que han estado cerradas en casi todo el mundo (España fue de los primeros países en abrirlas), y que ahora están teniendo récords de recaudación (en Francia y EE UU el público ha vuelto con ganas), a excepción de en España, donde solo Fast & Furious 9 ha salvado los muebles. España tampoco hará mucho ruido en Cannes, excepto Libertad, la película de la debutante Clara Roquet, que ha esperado todo un año para que se pudiera lanzar en la Semana de la Crítica, y que por la covid llegará ella misma unos días tarde a la ciudad. La pandemia ha arrasado con todo, excepto, espera Frémaux, con el festival que se celebra en una pequeña aldea gala resistente y defensora del cine en salas.
En este cuanto más mejor, Cannes también saca pecho de sus amigos, y ha multiplicado las clases magistrales presenciales, arrancando mañana con la del coreano Bong Joon-ho, que sigue siendo el último poseedor de la Palma de Oro con Parásitos (y que después se llevaría el Oscar), y prosiguiendo con Jodie Foster (Palma de Oro de Honor de 2021), Matt Damon, Isabelle Huppert, Marco Bellocchio (también Palma de Oro de Honor 2021) y Steve McQueen.
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