Alexandro_Boyle
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El nacimiento de Carlo Costanzia Jr. ha escenificado la realidad que viven las familias Campos y Flores. La falta de complicidad de la pareja ha sido uno de los ítems más comentados en las tertulias del colorín, pero no ha sido lo único destacado o llamativo.
La emoción contenida de las abuelas, enquilosadas y hieráticas como la estatua de sal de la mujer de Lot, dejan claros los momentos difíciles que han tenido que abordar con la buena nueva. No solo se han evitado en el hospital, sino que ni siquiera ha compartido ni una sola conversación telefónica.
Terelu lanza balones fuera alegando que ha sido una cuestión de organización por el bien del recién nacido y de sus padres, pero la realidad esconde un doloroso. Tiene suerte del silencio elegante de Mar. La empresaria está haciendo de tripas corazón, callada ante las provocaciones y sin querer entrar en detalles ante las cámaras de las agencias que aguardan a que salga de casa.
Flores agradece con educación, pero podría pasarse horas hablando de los malos recuerdos que tiene de su consuegra. No solo porque todavía le retumban los ataques furibundos que recibía, tarde tras tarde, desde el programa que la malagueña presentaba en Telemadrid, sino por las argucias que se emplearon para separarla del empresario Fernández Tapias. Terelu, íntima de Nuria González, obvia que se convirtió en su portavoz y celebraba cada desplante o polémica de "la modeli" como la apodaba en las ácidas tertulias que moderaba.
Me consta que Mar Flores está haciendo de tripas corazón por el bienestar de su hijo, anteponiendo su felicidad y calma a sus propios intereses. Como una madre abnegada, prefiere pasar de antipática antes de abrir la caja de Pandora. Es consciente de que todos harían caja explayándose y ella, como siempre, tendría que mirar hacia otro lado.
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