El Estado recurre a BofA para asegurar que su participación en CaixaBank se mantiene en el 18%

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Las pretensiones del Estado español en CaixaBank mantienen en vilo a los inversores. La contratación de Bank of America para vender parte de las acciones ha generado expectación ante la posibilidad de que este primer paso abriera la puerta hacia la desinversión. Sin embargo, la intención es evitar que su presencia en el capital exceda sobre el nivel actual, que se encuentra sobre el 18%. El efecto de los programas de recompra de títulos llevados a cabo por la entidad en los últimos meses y su amortización ha derivado en ajustes al alza de la participación, que se ha elevado en dos puntos porcentuales desde el 16,1% que ostentaban inicialmente tras formalizarse la integración con Bankia.

Con esta decisión buscan neutralizar el plan de adquisición de títulos propios en marcha -el tercero en lo que va de 2024- por valor de 500 millones, del que ya ha ejecutado más del 45%, tal y como adelantó 'Bloomberg'. Fuentes financieras explican que el objetivo pasa por controlar este porcentaje de tal modo que se mantenga sobre el citado 18%. El 2025 se postula como un ejercicio clave, dado que el BFA, sociedad participada al 100% por el FROB, tendrá que decidir si dilata su presencia en la entidad como segundo mayor accionista o, por el contrario, arranca con el proceso de salida, en línea con la tendencia que impera en Europa, donde los estados han comenzado a deshacer posiciones en los bancos rescatados durante la última crisis financiera.

España navega a contracorriente de Alemania, Reino Unido o Grecia, convirtiéndose en una excepción dentro del Viejo Continente. Por ahora, todas las opciones están abiertas, incluido que su presencia se alargue más allá de 2025. El Ejecutivo español ha retrasado hasta en cuatro ocasiones el momento de abandonar el consejo de administración. La primera fue en 2016, desde entonces lo ha dilatado en 2018 y en 2021 ante la situación que atravesaban los mercados financieros, golpeados por el Brexit y la pandemia. Durante la última extensión del plazo en 2023, Nadia Calviño, la ministra de Economía en aquel momento, se escudó en la alta volatilidad de los mercados financieros y el potencial que presentaba la acción de CaixaBank.

Durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados, Álvaro López Barceló, presidente del FROB, abrió la puerta al continuismo, dada la evolución de CaixaBank en bolsa y los dividendos previstos. En los últimos doce meses su cotización ha experimentado un 'rally' del 36,5%, figurando como el tercer de los seis bancos del Ibex 35 que más se han revalorizado en el periodo por detrás de Banco Sabadell (65,7%) y Unicaja (40,6%). No obstante, desde el pico histórico de 5,8 euros alcanzado a principios de noviembre, el precio de la acción se ha moderado para cerrar este viernes en los cinco euros.

En lo que respecta a la remuneración al accionista, su plan estratégico en curso contempla la distribución de 12.000 millones entre dividendo y recompras, 3.000 millones por encima de lo comprometido cuando se trazó la hoja de ruta para 2022-2024. La mayor retribución ha tenido lugar en un contexto de subida de los tipos de interés que ha conducido al sector bancario a registrar beneficios récord. Entre enero y septiembre de este ejercicio, el grupo con sede en Valencia obtuvo unas ganancias de 4.248 millones, un 16% más interanual. De cara al siguiente trienio, prevén distribuir entre el 50 y el 60% del beneficio, así como todo aquel exceso de capital CET1 por encima del 12,5%, que vendrá condicionado por el freno en las ganancias ante el menor coste del dinero.

Tomas Muniesa asumirá la presidencia no ejecutiva​


Ante la incógnita de si finalmente el Estado se decantará por las desinversión a gran escala, lo cierto es que CaixaBank afronta un cambio de etapa que viene acompañado también de un relevo en la cúpula. A partir del próximo 1 de enero Tomás Muniesa cogerá el relevo de José Ignacio Goirigolzarri como presidente, aunque a diferencia del expresidente de Bankia, el cargo pasa a tener funciones no ejecutivas. El consejo de administración ha designado a un hombre de confianza de Isidro Fainé, pues representaba a la Criteria Caixa en el consejo de administración en calidad de dominical.

La Fundación Bancaria La Caixa es el principal accionista de CaixaBank con más del 31,5% de las acciones bajo su control, porcentaje que se ha incrementado desde el 30,01% que contabilizaba en 2021. Cabe destacar que el 'holding' vendió el pasado verano alrededor del 1,8% para evitar que los dos inversores de referencia sobrepasaran el 50% del capital. En los últimos tres años a contar desde la absorción de Bankia, la entidad ha amortizado el 11% de sus acciones, equivalente a la retirada en circulación de 885 millones de acciones.

 

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