Dayne_Davis
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 63
Corría el año 1755 cuando un terrible terremoto devastó Lisboa. Cerca de 30.000 personas murieron en la tragedia . No faltaron quienes vieron un castigo divino a los pecados de sus habitantes. Toda Europa quedó conmovida por la magnitud del desastre.Mientras Kant se esforzaba en buscar las causas naturales que provocaron la destrucción de Lisboa, Voltaire se planteó cómo era posible que un Dios benefactor hubiera permitido tal mortandad. ¿No podría el Ser Supremo haber evitado este desastre? Esa es la pregunta que dejo en el aire Voltaire.Casi tres siglos después, las riadas de Valencia y sus terribles secuelas vuelven a suscitar una serie de cuestiones sin respuesta sobre el sentido de la vida, la fragilidad humana y el papel del azar. Resulta imposible encontrar la menor explicación a la muerte de personas que quedaron atrapadas en su coche, en su casa o en su trabajo. ¿Por qué ellas y no nosotros?Heidegger tenía mucha razón cuando afirmó que somos seres arrojados al mundo. La condición humana es incierta y precaria, no existe ninguna seguridad en el futuro. Y esto es tan verdad hoy como en 1755 pese a los avances de la ciencia y la técnica.Podemos y debemos hacer las preguntas sobre lo que ha fallado y exigir responsabilidades políticas cuando el estado de emergencia haya pasado. Lo primero es atender a las víctimas. Pero eso no es óbice para soslayar la vulnerabilidad de la existencia humana, puesta a prueba por pandemias, terremotos y desastres naturales que exceden cualquier previsión.Las imágenes y los testimonios que recogen los medios revelan vidas destrozadas y truncadas, familias que han perdido su patrimonio, cuyas rutinas se han derrumbado. Es imposible encontrar una lógica a la devastación y resulta muy difícil mantener la fe cuando mueren tantos inocentes.El Papa Benedicto interpeló a Dios en las cámaras de gas de Auschwitz. No voy tan lejos, pero me vuelvo a preguntar sobre el enigma del mal en el mundo, sea provocado por las acciones de los hombres o por la fuerza de la Naturaleza.Fue Paul Ricoeur quien escribió que el mal es un enigma indescifrable. Es cierto: el mal es imprevisible e insondable. No tiene una naturaleza ontológica, como afirmaba Ricoeur, sino que es más bien algo que sucede por causas que escapan a nuestra comprensión.Lo sucedido en Valencia es una cruel burla del destino , que evidencia que toda vida humana se asienta sobre un vacío. Aseguraba Voltaire que el mundo es un valle de lágrimas. Nada nos protege del sufrimiento y el dolor. La técnica soluciona problemas, pero también aumenta nuestra vulnerabilidad. El apagón de Nueva York fue provocado por el fallo de un fusible que costaba 30 centavos. Hoy el aleteo de una mariposa puede desencadenar una gran catástrofe y poco podemos hacer frente a esa verdad.
Pedro García Cuartango: El enigma del mal
Lo sucedido en Valencia es una cruel burla del destino, que evidencia que toda vida humana se asienta sobre un vacío
www.abc.es