Charity_Purdy
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Las polémicas en torno al Gobierno de Pedro Sánchez de puertas para fuera han monopolizado y desdibujado el debate ideológico en el Congreso Federal del PSOE que se celebra este fin de semana en Sevilla. Las causas judiciales y la marcha de Juan Lobato se han llevado por delante muchas de las expectativas proyectadas para este cónclave, entre ellas, solucionar internamente la polémica respecto al concierto catalán. Tampoco hay grandes cambios en la Ejecutiva socialista después de que el comisionista del caso Koldo, Víctor de Aldama, haya señalado a Santos Cerdán, que se mantiene como número 3 del partido, mientras que María Jesús Montero sigue como 2. En definitiva, más que un centro de operaciones para proyectar una nueva estrategia en el PSOE, Sevilla ha resultado en una multitudinaria terapia de grupo para sanar las heridas actuales y venideras.
El cambio absoluto que los socialistas lograron con los pabellones del Palacio de Exposiciones y Congresos de Fibes, que antes de estar repletas de rótulos del PSOE estaban atestados de caballos por la celebración de una feria ecuestre, no lo han conseguido con el gran proyecto socialista. Los fantasmas estaban tan presentes que ocuparon los más de 40.000 metros cuadrados del centro neurálgico. De hecho, Lobato fue el gran protagonista de la mañana de inauguración del Congreso, que coincidió con su declaración ante el Tribunal Supremo, al que aportó el acta notarial con los WhatsApp que había intercambiado con Pilar Sánchez Acera, lo que pone contra las cuerdas al Gobierno.
"Somos conscientes de que todo lo que hacemos es absolutamente correcto", quiso zanjar la polémica María Jesús Montero, acompañada por Santos Cerdán y Juan Espadas nada más se abrieron las puertas del evento. Eso sí, a medida que la polémica avanzaba e inundaba los pabellones, el PSOE subía el tono contra el PP, un proyecto que calificaron como "golpista y antidemocrático". Entre tanto, las quinielas de nombres también estaban presentes. Sobre todo el de Óscar López, íntimamente ligado al tema de la semana, la dimisión de Juan Lobato. No dio el ministro de Transformación Digital un paso al frente durante el Congreso, pero sí un pasito. "A partir del lunes vamos a hablar del PSOE de Madrid", sentenció en cuanto pisó Fibes. Fuentes de su entorno aseguran que el ministro estaría preparado para afrontar el gran reto que supone el PSOE-M, una federación complicada pero que Ferraz pretende rehabilitar.
Pedro Sánchez no llegó hasta este sábado al Congreso. No hubo palabras en público, pero se presuponen largas conversaciones en privado con los suyos. Hasta el momento, los temas que monopolizaban el discurso eran la lucha contra la desinformación y los casos judiciales, pero en cuanto Sánchez puso un pie en el recinto, los choques y diferencias discursivas empezaron a hacer eco en las paredes del recinto. Mientras que el discurso oficialista era denunciar el "asedio judicial" al que dicen que está sometido el presidente del Gobierno y su entorno, otras voces críticas negaban que hubiese algún "complot" y afeaban los discursos que ponían en evidencia un sistema que, afirmaban, es plenamente "garantista".
La llegada del presidente de Castilla-La Macha, Emiliano García-Page, no pasó desapercibida. "Debemos evitar todo lo que signifique poner en cuestión el sistema constitucional e institucional que tenemos (...) y más aún teniendo en cuenta que el PSOE es partido de Gobierno y además estamos gobernando", advirtió el barón más crítico con Sánchez.
Pero no fue el único. Otros dirigentes de peso dejaron entrever su molestia con el cuestionamiento implícito a los jueces. Mientras unos apuntaban a que no era cierto que estuvieran "indefensos" porque eso implicaría poner en duda el Estado de Derecho, otros dejaban claro que creían en la "separación de poderes" y que esta era una "democracia plena". "Antes había consenso de no introducir a los jueces en el debate político", apuntaba un histórico del PSC.
En público y con un mensaje más conciliador, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero quiso enviar un mensaje de "tranquilidad" a Sánchez ante los procesos judiciales: "Yo recibí muchos ataques también muy duros y ha pasado el tiempo, y aquí estoy". En este sentido, pidió "calma y contención" de cara a futuros procesos electorales, en los que instó a una estrategia "inteligente" a la vista de lo que pasa en países como Estados Unidos.
Pero además del debate discursivo, de este Congreso se esperaban cambios importantes en la estrategia que quedasen reflejados en la ponencia marco. Si bien todo ello quedó en unos acuerdos de mínimos, sobre todo, en lo que respecta a la financiación autonómica, que fue lo que impulsó la convocatoria del cónclave. No se dio ningún paso determinante sobre este asunto: un texto sin pena ni gloria en el que se intentó contentar al PSC reconociendo las "singularidades" de comunidades como la catalana, y también al PSOE de Page, al comprometerse a pactarlo multilateralmente en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
El colofón del Congreso, en todo caso, lo protagonizará Pedro Sánchez, que ofrecerá este domingo un discurso de cierre. El presidente del Gobierno lanzará un mensaje a todo su partido tras renovar su liderazgo y el de su cúpula tras 72 horas de polémicas, debates y largas conversaciones que, de una forma u otra y por acción u omisión, marcarán los próximos pasos del partido.
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