El bulo de Espadas

[yundt.willie]

Durante meses desentrañamos un documento que, de primeras, aportaba una nueva filosofía a la movilidad e incluso al urbanismo de la ciudad. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible que encargó el alcalde Juan Espadas tenía una idea clara de cómo debía ser la Sevilla de 2030. Nos lo creímos y lo aplaudimos, porque por una vez se ponía sobre el papel la hoja de ruta a seguir con el transporte público, los aparcamientos e incluso el diseño de las grandes avenidas. Se ofrecían alternativas ingeniosas a cuestiones como la carga y descarga para el Centro, como un puerto logístico en San Laureano y otro en la estación de Cádiz para, desde allí, lanzar vehículos eléctricos hacia el casco histórico que evitaran la entrada de camiones. Se ideó una zona de bajas emisiones controlada por cámaras para prohibir el acceso de los coches privados, pero se volvió a cometer el mismo error que la anterior etapa socialista en el gobierno local: no se ofrecieron alternativas y se quiso levantar la casa por el tejado. Los cuatro aparcamientos previstos en la corona del casco histórico aportarían 800 nuevas plazas, y se le sumaría un tranvía que completaría el círculo: de Plaza Nueva a Santa Justa, y desde allí a la Campana. Pero todo fue un bulo que los periodistas nos tragamos con una ingenuidad infantil. Nos contaron que esos aparcamientos estaban avanzados y que Espadas sería el alcalde que volvería a construir uno en el Centro. Hasta 21 prometió en toda la ciudad. ¿Saben ustedes cuántos construyó? Ninguno. Cero. Como tampoco hizo el tranvía. Su legado fue unas obras empezadas para llevarlo hasta Luis de Morales, sin dinero aún para llegar a Santa Justa. Y encima, se saltó su propio PMUS cambiando este tren ya de por sí insuficiente y hasta ridículo por un tranvibús, que no deja de ser un autobús eléctrico con un carril más reservado aún. Un cuento chino vendido a bombo y platillo. Espadas aprobó su plan en 2021 y su propio gobierno lo incumplió mientras lo redactaba. No hizo absolutamente nada de lo que dejó escrito en ese papel. Su sucesor, Antonio Muñoz, acometió la obra del Paseo de Torneo, que fue un acierto, pero no aprovechó para construir el parking previsto en ese mismo tramo, aprovechando el desnivel con el Paseo de Juan Carlos I. Se autocensuró el proyecto, quizá por una cuestión económica, quizá también por la necesidad de llegar a las municipales con algo inaugurado. Porque, al fin y al cabo, Espadas pasará a la historia por haber sido un alcalde gris que nos engañó a todos. No se le recordará por ningún proyecto (quizá la peatonalización del paseo marítimo de Baños), por haber conseguido que le votara la derecha sevillana ante la falta de oposición. Y por haberse ido por la gatera a liderar su partido, convirtiéndose al sanchismo como teniente general abandonando cualquier moderación de la que se le presuponía. Su legado es tan anodino como su casi doble mandato: puro papel mojado, como el gran camelo del PMUS.

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