La provincia de Málaga es una de las más majestuosas de toda España, y es que en esta parte de Andalucía se pueden conocer desde playas casi paradisíacas hasta sublimes entornos naturales de interior. Además, en ella se pueden visitar multitud de los llamados 'pueblos blancos', esas localidades cuyas casas de color albar contrastan con el verdor de la vegetación que las rodea.
Entre la Serranía de Ronda, la Costa del Sol y Campo de Gibraltar se ubica uno de esos pueblos fantásticos en los que sus estrechas calles parecen discordar con la inmensidad de la naturaleza que hay a su alrededor: el municipio de Casares es una preciosa villa colindante con la provincia de Cádiz que aúna todos los tópicos de estas espectaculares poblaciones con casas blancas.
Qué ver en Casares: del castillo a la casa de Blas Infante
Los 8.000 habitantes de Casares pueden presumir de tener un patrimonio arquitectónico impresionante, empezando por las ruinas de su castillo árabe. Construido en la cima del macizo, sus orígenes datarían del siglo XIII según el portal turístico de la localidad, y la dificultad del terreno sobre el que se erigió hace que tenga una forma muy irregular. Hoy en día solo queda en pie una parte de la muralla y del Alcázar, pero intramuros todavía se pueden visitar algunos edificios que se erigieron más tarde.
De hecho, dentro del recinto del castillo se encuentra la Iglesia de la Encarnación, uno de los templos más importantes de Casares: su sencillez hace incluso más especial a este edificio del siglo XVI que tiene su origen en un pequeño convento que se levantó décadas atrás. Ya en la Plaza Mayor de la localidad se ubican la Ermita de San Sebastián y la Fuente de Carlos III, otros dos de los atractivos turísticos del municipio.
Casares no solo tiene preciosos edificios, sino que además también fue el lugar de nacimiento de una las personas más influyentes de la historia de Andalucía: Blas Infante. El padre del andalucismo nació en una de las muchas casas blancas que hay en el pueblo, y se pueden encontrar numerosas referencias al ensayista en las calles de la localidad. Eso sí, fuera del trazado urbano también se pueden encontrar numerosos enclaves de una importancia histórica tremenda.
Fuera de Casares: de lugares históricos a grandes playas
Tal y como se apunta en la página de turismo de Andalucía, los hallazgos encontrados en las distintas cuevas de Casares apuntan a que ya había un asentamiento humano en la Prehistoria, aunque el germen del pueblo como tal se remonta a la época romana; de hecho, sobre un promontorio a las afueras de la localidad se han hallado vestigios de lo que podía ser la antigua urbe de Lacipo, una ciudad que durante dicho periodo de tiempo tuvo una enorme prosperidad.
Además, en la misma página también se recoge una leyenda (refutada) sobre el origen de Licipo: se dice que la fundó Julio César tras bañarse en uno de los lugares más espectaculares del entorno de Casares, que no es otro que los Baños de la Hedionda: un espectacular complejo de piscinas sulfurosas en los que también puedes encontrar un puente del siglo XVI.
Casares se encuentra muy cerca del Mediterráneo, por lo que a solo unos kilómetros del núcleo urbano podrás disfrutar de playas tan bonitas como la Playa Chica, la Playa Piedra o Paloma o la Playa de la Sal (donde podrás contemplar un imponente torreón). Pero si prefieres hacer una ruta de senderismo por la naturaleza de interior, en las afueras de la localidad hay varios caminos que discurren por parajes increíbles.
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El bonito pueblo blanco de Málaga repleto de laberínticas calles moriscas bajo los restos de un castillo árabe
Esta localidad colinda con la provincia de Cádiz y aúna los aspectos prototípicos de los municipios albares de Andalucía. En ella nació Blas Infante y aunque erige en un imponente cerro, está muy cerca del Mediterráneo.
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