Herbert_Flatley
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Durante los últimos días no se habló de otra cosa: Pellegrini no había logrado jamás vencer a Simeone , en la docena de veces que se habían enfrentado. Ni como técnico del Málaga, ni del Betis, el chileno había conseguido doblegar a su bestia negra. El 'Ingeniero', consciente de que este tipo de estadísticas desvían la atención y relajan al futbolista de su responsabilidad, puso las cosas en su sitio: son los jugadores los que ganan y pierden los partidos. Cierto; pero el veterano entrenador también sabe que todo líder debe predicar con el ejemplo. Como el Betis había cosechado ya algunos alarmantes reveses —desde el derbi, hasta su pobre actuación en Europa—, el míster recurrió a la más antigua y elemental enseñanza de la humanidad: si algo no funciona, cámbialo. Jugar con dos delanteros natos desde el principio atenta contra las convicciones del técnico verdiblanco, como también renunciar al control del balón en el centro del campo. Pero si no están disponibles los centrocampistas creativos y se evidencia una preocupante carencia ofensiva, no es mala idea dejar a un lado la rigidez y apostar por otra táctica. Los jugadores también asumieron el cambio de juego y de mentalidad. En vez de con su habitual frialdad, el Betis salió con mordiente, como si estuviera disputando una final; en vez de especular tras el gol, siguió atacando poniendo contra las cuerdas al rival, sin dejarle respirar; en vez de intentar la posesión del balón con interminables jugadas, apostó por el fútbol directo, abriendo brecha por las bandas y aprovechando que Abde por fin está demostrando en el Betis por qué en 'Can Barça' le consideraban hace poco el extremo culé del futuro. El marroquí fue un dolor de muelas para la zaga rojiblanca, estrelló un palo en el larguero y, aunque erró un mano a mano con Oblak, se multiplicó no solo en ataque. La generosidad en defensa no es el fuerte de Abde, pero hay días en que uno sencillamente tiene que abandonar su 'zona de confort' e intentar ir más allá de lo acostumbrado.Simeone planificó lo de siempre, pero no contaba con un Betis que aceptaría el reto de un combate a los puntos, un intercambio de golpes en el que los béticos sencillamente se mostraron con más agresividad e ímpetu ofensivo. Los béticos dejaron en el vestuario algunos de los vicios que hasta ahora les habían impedido triunfar ante equipos como el Atlético de Madrid: apatía, dudas, actitud defensiva. En su lugar, el Betis fue un vendaval de coraje, movilidad, generosidad en el esfuerzo, velocidad y, sobre todo, confianza en que solo exhibiendo más agallas que los pupilos de Simeone puede uno doblegar al equipo más aguerrido de la parte alta de la tabla. Pellegrini no es un hombre flexible. Con la edad uno se hace menos proclive a modificar lo que ha venido haciendo desde hace tanto tiempo. Sin embargo, el técnico más viejo de la Liga varió su estrategia y con ello confundió a su homólogo argentino, que no supo reaccionar. A Simeone se le vio desconcertado en la banda. Como su equipo no lograba hilvanar una jugada y, por momentos, ni siquiera era capaz de sacar el balón controlado desde su área —por la magnífica presión alta del Betis—, el 'Cholo' pedía calma a sus jugadores. Pero cuando pasaban los minutos, y percibió que este Betis no estaba dispuesto a bajar el ritmo, se le vio gritar a los suyos pidiendo intensidad.En la segunda parte, los colchoneros lograron salir de su estado de shock, pero los verdiblancos siguieron ganándoles en tenacidad y ocasiones. El Atleti acabó colgando balones a la desesperada. Creo que, si hubiera podido, Simeone hubiera montado en el autobús a todos los jugadores verdiblancos para llevárselos a Madrid, dejando aquí a los suyos. Claro que Pellegrini no hubiera aceptado el canje. Ni ningún aficionado bético.
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