Donald Trump ha ganado las elecciones, ha sido el candidato más votado. La mayor parte de los estadounidenses han creído que una persona con antecedentes de agresión sexual, que difunde mentiras y que afronta cuatro causas penales es la persona adecuada para dirigir su país. ¿Cómo puede el sistema electoral americano permitir que una persona condenada, que tiene un discurso basado en el odio, la xenofobia y la discriminación de las mujeres y que, además, tiene varios juicios abiertos pueda presentarse? ¿Por qué como sociedad no condenamos más este tipo de comportamientos? Incluso, hasta los premiamos, permitiendo que una persona que ha hecho y dicho varias cosas reprochables (tanto antes como durante y después de su mandato) se convierta en presidente del país más poderoso del mundo. Con la decisión ya tomada, solamente nos queda esperar y tener fe en que no podrá cumplir con todo lo que ha amenazado durante la campaña electoral.
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