everette.rutherford
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En la noche del viernes 7 de noviembre, Keira Alexandra Kronvold dio a luz a una hija sana, tras un embarazo sin incidentes, en el Hospital de Thisted, en Dinamarca. La mujer de 38 años y de la etnia inuit tenía pensado desde hacía semanas el nombre para su pequeña: se llamaría Zammi. La noche más feliz de su vida terminó, sin embargo, convertida en la peor pesadilla . Dos horas y 15 minutos después de dar a luz, funcionarios del municipio Thisted se presentaron en la sala de Maternidad y se llevaron por la fuerza a su recién nacida, que ahora está en manos de una familia de acogida danesa. El motivo alegado fue un documento, el 'forældrekompetenceundersøgelse' (FKU), u na prueba de competencia parental requerida por la administración danesa, relativamente fácil de superar para los daneses de etnia nórdica, pero que presenta barreras lingüísticas para los daneses de Groenlandia, antigua colonia a la que Dinamarca sigue controlando en materia de política exterior y de seguridad, además de cuestiones administrativas y de bienestar social.Según un informe oficial de 2022, el 5,6% de los niños de origen groenlandés son retirados de la tutela de sus padres por este motivo, mientras que los niños de origen danés cuyos padres no son considerados aptos para la crianza, según las mismas pruebas parentales, no superan el 1%.Noticia Relacionada reportaje Si La esterilización forzosa de las inuits: otra disputa en la tensa relación entre Dinamarca y Groenlandia Rosalía Sánchez Las autoridades de la antigua colonia acusan a la metrópoli de reducir la investigación al ámbito administrativo y no contemplar la perspectiva étnica de los delitos«No se qué hice mal, tienen que darme otra oportunidad»El miércoles de la semana pasada, Keira Alexandra Kronvold se envolvía en una manta frente a Christiansborg, en Copenhague, para protegerse de los cuatro grados bajo cero. Participaba en un acto de protesta , para exigir que los municipios daneses dejen de aplicar las controvertidas pruebas parentales a las familias groenlandesas y que reevalúen los casos en los que se han utilizado las pruebas. «No se qué hice mal, estoy desolada, tienen que darme otra oportunidad», relataba, micrófono en mano, con la esperanza de ser escuchada más allá del perímetro de seguridad que protege la sede del Folketing, el parlamento danés, «sólo se me permite ver a mi hija dos horas al mes , cada vez durante una hora. Por favor, alguien aquí tiene que ayudarme». «Devuelvan a nuestros hijos inuit»A medida que pasan los días, sin embargo, Keira Alexandra pierde la esperanza. Ha escuchado muchas historias parecidas a la suya de mujeres groenlandesas, como Qupalu Platou, que permanecía esa noche a su lado, de pie, sujetando un gran cartel de cartón con fotos de sus dos hijos gemelos y las palabras: «Devuelvan a nuestros hijos inuit». En 2017, los niños fueron sustraidos de su custodia y trasladados a Dinamarca. Ella misma se había puesto en contacto con la municipalidad para solicitar ayudas públicas destinadas a madres solteras. El proceso burocrático incluía en la documentación requerida una prueba parental cuyo resultado fue alegado como justificación. «Simplemente, me quitaron a mis hijos y después los separaron. Uno está ahora en un orfanato, mientras que el otro vive con una familia de acogida «, llora Qupalu Platou. Los niños, que ahora tienen nueve años, sólo la ven dos horas al mes.En 2011, el Ministerio de Infancia, Igualdad, Integración y Asuntos Sociales danés estableció las directrices para la aplicación de encuestas de competencia psicológica de los padres. «El municipio debe llevar a cabo una evaluación de la competencia si tienen problemas de tal naturaleza que puedan suponer que puede ser necesario iniciar una intervención después del nacimiento», según el artículo 50 de la Ley de Servicios Sociales. «El propósito es identificar los recursos precarios o problemas en la familia lo antes posible, de modo que se pueda elegir la medida correcta y suficiente desde el principio y, posiblemente, implementarla incluso antes de que nazca el niño «, informa en su página web el Ministerio de la Infancia y la Igualdad danés. Pruebas psicométricasEn el examen se pregunta a los padres sobre su historia de vida, su autoimagen, sus formas de reaccionar y sentirse en diferentes situaciones , cómo lidian con cualquier síntoma mental y físico y cualquier experiencia de los cursos de tratamiento y rehabilitación, así como su situación de vida actual e ideas sobre el futuro, por medio de conversaciones con un psicólogo y de pruebas regladas. «La prueba principal se ha desarrollado en base a las normas occidentales. Y esto puede llevar a malentendidos y prejuicios «, denuncia el Instituto Danés de Derechos Humanos, que insta a los municipios a dejar de aplicarla. En marzo de 2023, el gobierno danés decidió desarrollar nuevas pruebas parentales adaptadas a la cultura groenlandesa que deberían haber estado listas a finales de 2023. La Universidad del Sur de Dinamarca, sin embargo, ni siquiera ha terminado el primer estudio de viabilidad y, según el profesor del Centro de Conocimiento de Psicotraumatología, Ask Elklit, a cargo del estudio, pasarán varios años antes de que las nuevas pruebas vean la luz del día . «Es un proyecto enorme, si se quiere hacer correctamente«, justifica, y reconoce que »el idioma en sí mismo tiene una gran importancia porque es difícil hablar de los sentimientos en otra lengua«. Ask Elklit sugiere varios ejemplos de cómo los padres groenlandeses pueden ser juzgados erróneamente con las pruebas actuales. «Hay imágenes que son muy estadounidenses e ilustran las condiciones de la clase media estadounidense y las condiciones en las grandes ciudades, no son útiles en un contexto groenlandés«, dice sobre las dos pruebas cognitivas y otras dos pruebas psicológicas. «Esto requerirá que un equipo de psicólogos e investigadores groenlandeses realicen el llamado trabajo de recolección, en el que viajan por Groenlandia«, apunta, mientras desarrolla nuevo material visual y nuevas preguntas basadas en la cultura groenlandesa . «Me gustaría animar a los municipios en los casos que involucran a familias con antecedentes groenlandeses a considerar concretamente dejar de usar las pruebas criticadas», ha dicho la ministra danesa de Asuntos Sociales y Vivienda, Sophie Hæstorp Andersen, pero sigue sin haber una prohibición expresa. En Nuuk, hay carteles sobre la nieve, frente a Inatsisartut, con los nombres de niños groenlandeses separados de sus padres. «Zammi», está escrito al final, con rotulador rojo . Otros nombres son Inuk, Aqqaluk, Julia, Hans, Amalie, Arnaaluk, Pilu, Angaju, Victoria, Nuunu, Nuka, Peter, Aleqa, Arnaq, Milo, Malik, Edvard, Bella.
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