connelly.muhammad
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El concepto del miedo en México no obedece a las reglas y limitaciones que se imponen en otros países, como en Estados Unidos. Según Miguel Antonio Lupián, cofundador de la revista de terror y fantasía Penumbria, aquí las leyes se rompen y esto brinda mayor libertad al género, que evita que se le encasille. Así, el terror mexicano puede ser mucho más ambiental y sutil, incluso deja que el miedo se diluya en las páginas hasta llegar un punto en que el lector no sabe realmente qué es lo que le incomoda tanto. Eso hace que cualquier explicación lógica se desvíe de la realidad, convirtiendo al lector en testigo de lo imposible.
A lo largo de los años, autores mexicanos han explorado los miedos colectivos e individuales a través de cuentos y novelas que envuelven a los lectores en un estado de tensión constante. En esta lista se presentan 10 obras que han contribuido significativamente a la literatura de terror en México, cada una ofrece una experiencia única para quienes buscan sumergirse en relatos llenos de misterio y miedo, pero a veces también de lo fantástico y hasta lo cómico.
Amparo Dávila es una de las voces más destacadas de la narrativa fantástica mexicana. En Muerte en el bosque crea un espacio donde lo cotidiano se cruza con elementos inexplicables. Publicado por primera vez en 1985, el cuento que da título al libro presenta un lugar donde ocurren desapariciones que alimentan la superstición de los habitantes.
La tensión entre lo real y lo fantástico es constante, y la atmósfera de misterio transforma el entorno natural en un espacio de peligro latente. Otros cuentos como El huésped, El entierro y El espejo son clásicos de la literatura de terror mexicana gracias a las atmósferas densas, donde los personajes enfrentan lo desconocido y provoca una angustia que no pertenece a este mundo.
Francisco Tario es conocido por su estilo oscuro y surrealista. La semana escarlata y otros relatos es una antología que reúne algunos de sus cuentos más representativos, en los que explora la muerte, lo sobrenatural y lo grotesco. A medida que avanza la lectura, se revelan la poética, la esperanza y el sentido del humor del escritor. Con casi un siglo de antigüedad, estos cuentos retratan un México que ya no existe, pero cuya naturaleza fantástica persiste en cada rincón.
La fascinación por los vampiros de Guillermo del Toro no se limita al cine. En 2011 lanzó el primer libro de la trilogía de la oscuridad, titulado Nocturna. La novela reinterpreta el mito del vampiro con un enfoque moderno y introduce una plaga vampírica que comienza en Nueva York y que transforma la ciudad en un lugar desolado y peligroso. Guillermo del Toro combina el folclor clásico con una explicación pseudocientífica para la infección vampírica, lo que otorga a la narrativa una sensación de realismo que engancha e invita a seguir leyendo. La diversidad de personajes facilita la lectura, similar a la experiencia de disfrutar las películas del director mexicano.
F.G. Haghenbeck ofrece una perspectiva única del terror con El diablo me obligó. Los cuentos siguen a Elvis Infante, un exconvicto que se convierte en diablero, un cazador de demonios que vive en los peores lugares de Los Ángeles, donde lo sobrenatural es parte de la vida diaria. Haghenbeck mezcla la fantasía urbana con un tono oscuro y mucha comedia. Crea relatos que oscilan entre lo macabro y lo irreverente. La obra también fue adaptada a una serie de Netflix, Diablero, que expande el universo de la novela.
Carlos Fuentes explora el misterio y lo sobrenatural en un relato breve pero profundamente entrañable. Publicado en 1962, el cuento sigue a Felipe Montero, un historiador que acepta un trabajo en una casa antigua del Centro Histórico de Ciudad de México. Allí conoce a Aura, una joven hermosa y misteriosa, y a su tía, Consuelo. Conforme avanza la historia, la atmósfera de la casa atrapa al protagonista y también al lector. Muestra la extraña relación entre las dos mujeres, que se vuelve cada vez más perturbadora. La narrativa de Fuentes, con su uso de la segunda persona, permite al lector sumergirse en un ambiente de inquietud que culmina en uno de los grandes momentos de la historia del cuento mexicano.
Publicada en 1998, el libro reimagina el viaje del barco Demeter que aparece en Drácula de Bram Stoker. A través de su bitácora, el capitán describe los eventos durante la travesía, mientras la tripulación es acechada por una presencia oscura. La novela de Zárate combina el horror con una profunda introspección y se adentra en los miedos del capitán y la amenaza sobrenatural que enfrenta. Esta obra destaca por su estilo poético y la forma en que aborda el miedo a lo desconocido. Recientemente, la película El último viaje del Demeter también homenajeó este pasaje de la novela de Bram Stoker.
Tiene la noche un árbol es una colección de cuentos que muestra la maestría del estilo de Guadalupe Dueñas, una escritora que siempre es difícil de encasillar. Publicada en 1958, la obra reúne 25 relatos donde lo siniestro surge de situaciones aparentemente normales. Uno de los cuentos más reconocidos, Historia de Mariquita, aborda la relación entre un padre y el cadáver de su hija. Dueñas crea escenarios incómodos y difíciles de abandonar. Sus cuentos no buscan dar respuestas, sino confrontar al lector con lo desconocido.
La octava plaga mezcla el thriller, la novela negra y el horror. Es el inicio de la saga que sigue la historia de Casasola, un periodista que se adentra en el mundo de la nota roja tras ser transferido de la sección cultural de su periódico. La investigación de una serie de crímenes lo lleva a enfrentar eventos sobrenaturales que se entremezclan con el pasado prehispánico de México. Esquinca utiliza elementos del horror y el misterio para explorar la violencia urbana y la atracción hacia lo macabro, mientras rinde homenaje a Ciudad de México, y lleva a sus personajes por los sitios más icónicos de la capital, mismos que han sido escenario de importantes acontecimientos en sus más de 500 años de historia.
Esta historia sigue a Sergio Mendhoza, un adolescente que se ve envuelto en una serie de asesinatos. La trama está llena de referencias a la historia oculta de la ciudad. Sergio investiga la desaparición de varios niños, cuyos cuerpos son encontrados decapitados. A medida que la narración avanza, el lector se adentra en un ambiente de misterio y miedo que refleja los temores propios de la adolescencia, y que toca temas como la valentía y el enfrentamiento con lo desconocido.
La ópera prima de la escritora explora la percepción y la lucha interna de su protagonista, Ana, quien convive con una presencia conocida como La Cosa. El Huésped sucede en Ciudad de México, que se convierte en la otra protagonista. Ana atraviesa un proceso de autoconocimiento mientras se enfrenta a la figura que altera su vida interior y después exterior. Nettel reflexiona sobre la coexistencia con el miedo y lo desconocido, y cómo este puede redefinir la relación de una persona con su entorno. A través de la transformación física y emocional de Ana, la autora examina la naturaleza misma del terror.
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A lo largo de los años, autores mexicanos han explorado los miedos colectivos e individuales a través de cuentos y novelas que envuelven a los lectores en un estado de tensión constante. En esta lista se presentan 10 obras que han contribuido significativamente a la literatura de terror en México, cada una ofrece una experiencia única para quienes buscan sumergirse en relatos llenos de misterio y miedo, pero a veces también de lo fantástico y hasta lo cómico.
1. Muerte en el bosque – Amparo Dávila
Amparo Dávila es una de las voces más destacadas de la narrativa fantástica mexicana. En Muerte en el bosque crea un espacio donde lo cotidiano se cruza con elementos inexplicables. Publicado por primera vez en 1985, el cuento que da título al libro presenta un lugar donde ocurren desapariciones que alimentan la superstición de los habitantes.
La tensión entre lo real y lo fantástico es constante, y la atmósfera de misterio transforma el entorno natural en un espacio de peligro latente. Otros cuentos como El huésped, El entierro y El espejo son clásicos de la literatura de terror mexicana gracias a las atmósferas densas, donde los personajes enfrentan lo desconocido y provoca una angustia que no pertenece a este mundo.
2. La semana escarlata y otros relatos – Francisco Tario
Francisco Tario es conocido por su estilo oscuro y surrealista. La semana escarlata y otros relatos es una antología que reúne algunos de sus cuentos más representativos, en los que explora la muerte, lo sobrenatural y lo grotesco. A medida que avanza la lectura, se revelan la poética, la esperanza y el sentido del humor del escritor. Con casi un siglo de antigüedad, estos cuentos retratan un México que ya no existe, pero cuya naturaleza fantástica persiste en cada rincón.
3. Nocturna – Guillermo del Toro y Chuck Hogan
La fascinación por los vampiros de Guillermo del Toro no se limita al cine. En 2011 lanzó el primer libro de la trilogía de la oscuridad, titulado Nocturna. La novela reinterpreta el mito del vampiro con un enfoque moderno y introduce una plaga vampírica que comienza en Nueva York y que transforma la ciudad en un lugar desolado y peligroso. Guillermo del Toro combina el folclor clásico con una explicación pseudocientífica para la infección vampírica, lo que otorga a la narrativa una sensación de realismo que engancha e invita a seguir leyendo. La diversidad de personajes facilita la lectura, similar a la experiencia de disfrutar las películas del director mexicano.
4. El diablo me obligó – F.G. Haghenbeck
F.G. Haghenbeck ofrece una perspectiva única del terror con El diablo me obligó. Los cuentos siguen a Elvis Infante, un exconvicto que se convierte en diablero, un cazador de demonios que vive en los peores lugares de Los Ángeles, donde lo sobrenatural es parte de la vida diaria. Haghenbeck mezcla la fantasía urbana con un tono oscuro y mucha comedia. Crea relatos que oscilan entre lo macabro y lo irreverente. La obra también fue adaptada a una serie de Netflix, Diablero, que expande el universo de la novela.
5. Aura – Carlos Fuentes
Carlos Fuentes explora el misterio y lo sobrenatural en un relato breve pero profundamente entrañable. Publicado en 1962, el cuento sigue a Felipe Montero, un historiador que acepta un trabajo en una casa antigua del Centro Histórico de Ciudad de México. Allí conoce a Aura, una joven hermosa y misteriosa, y a su tía, Consuelo. Conforme avanza la historia, la atmósfera de la casa atrapa al protagonista y también al lector. Muestra la extraña relación entre las dos mujeres, que se vuelve cada vez más perturbadora. La narrativa de Fuentes, con su uso de la segunda persona, permite al lector sumergirse en un ambiente de inquietud que culmina en uno de los grandes momentos de la historia del cuento mexicano.
6. La ruta del hielo y la sal – José Luis Zárate
Publicada en 1998, el libro reimagina el viaje del barco Demeter que aparece en Drácula de Bram Stoker. A través de su bitácora, el capitán describe los eventos durante la travesía, mientras la tripulación es acechada por una presencia oscura. La novela de Zárate combina el horror con una profunda introspección y se adentra en los miedos del capitán y la amenaza sobrenatural que enfrenta. Esta obra destaca por su estilo poético y la forma en que aborda el miedo a lo desconocido. Recientemente, la película El último viaje del Demeter también homenajeó este pasaje de la novela de Bram Stoker.
7. Tiene la noche un árbol – Guadalupe Dueñas
Tiene la noche un árbol es una colección de cuentos que muestra la maestría del estilo de Guadalupe Dueñas, una escritora que siempre es difícil de encasillar. Publicada en 1958, la obra reúne 25 relatos donde lo siniestro surge de situaciones aparentemente normales. Uno de los cuentos más reconocidos, Historia de Mariquita, aborda la relación entre un padre y el cadáver de su hija. Dueñas crea escenarios incómodos y difíciles de abandonar. Sus cuentos no buscan dar respuestas, sino confrontar al lector con lo desconocido.
8. La octava plaga – Bernardo Esquinca
La octava plaga mezcla el thriller, la novela negra y el horror. Es el inicio de la saga que sigue la historia de Casasola, un periodista que se adentra en el mundo de la nota roja tras ser transferido de la sección cultural de su periódico. La investigación de una serie de crímenes lo lleva a enfrentar eventos sobrenaturales que se entremezclan con el pasado prehispánico de México. Esquinca utiliza elementos del horror y el misterio para explorar la violencia urbana y la atracción hacia lo macabro, mientras rinde homenaje a Ciudad de México, y lleva a sus personajes por los sitios más icónicos de la capital, mismos que han sido escenario de importantes acontecimientos en sus más de 500 años de historia.
9. Siete esqueletos decapitados – Antonio Malpica
Esta historia sigue a Sergio Mendhoza, un adolescente que se ve envuelto en una serie de asesinatos. La trama está llena de referencias a la historia oculta de la ciudad. Sergio investiga la desaparición de varios niños, cuyos cuerpos son encontrados decapitados. A medida que la narración avanza, el lector se adentra en un ambiente de misterio y miedo que refleja los temores propios de la adolescencia, y que toca temas como la valentía y el enfrentamiento con lo desconocido.
10. El huésped – Guadalupe Nettel
La ópera prima de la escritora explora la percepción y la lucha interna de su protagonista, Ana, quien convive con una presencia conocida como La Cosa. El Huésped sucede en Ciudad de México, que se convierte en la otra protagonista. Ana atraviesa un proceso de autoconocimiento mientras se enfrenta a la figura que altera su vida interior y después exterior. Nettel reflexiona sobre la coexistencia con el miedo y lo desconocido, y cómo este puede redefinir la relación de una persona con su entorno. A través de la transformación física y emocional de Ana, la autora examina la naturaleza misma del terror.
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