Diez años rodando sueños y pesadillas en Venezuela: «'El Sistema' es un reflejo de lo que pasó en el país»

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Estudiar el concierto para violín de Mendelssohn en medio de una balacera. Repasar el movimiento de una sinfonía justo antes de un apagón. Aspirar a formar parte de una orquesta y acabar en la cárcel. Esa es la historia que cuenta la directora venezolana Mariela Maldonado en 'Niños de Las Brisas', película candidata a Mejor Película Iberoamericana en los premios Goya.La víspera del estreno en España, la ganadora de un Oscar por el cortometraje 'Pedro y el lobo', contesta a la pregunta sobre cómo una película demoledora con el régimen ha llegado tan lejos. «Fueron los cineastas venezolanos quienes la seleccionaron, no el gobierno». Marianela remueve su café con una cucharilla. «Puedes escribirlo: tengo cero apoyos. Me estoy pagando el viaje de mi bolsillo. Estamos haciendo un 'crowdfunding'». Producido por Luisa Dela Ville y filmado a lo largo de diez años, el documental 'Niños de Las Brisas' sigue la vida de tres niños venezolanos –Edixon, Dissandra y Wuilly– a lo largo de su infancia, adolescencia y juventud. Los tres viven en la barriada Las Brisas, en Valencia, estado de la cordillera central venezolana, y desean convertirse en músicos profesionales dentro del Sistema Nacional de Orquestas. Regreso a VenezuelaTras vivir 14 años en Reino Unido y desarrollar una carrera como guionista en Europa, Marianela Maldonado regresó a Venezuela en 2011. Llevaba ya dos años investigando la vida de los protagonistas de su documental. «Tanto los niños como sus familias, en Las Brisas, estaban entusiasmados con estudiar música. Los padres se sabían de memoria melodías de Beethoven. Esa ilusión contrastaba con el entorno, en un barrio pobre de Valencia». Convencida de que de poco serviría la ficción para retratar una realidad compleja, Marianela Maldonado optó por otra mirada. «No quise hacer una película que explicara la realidad con expertos, quise una película que nos permitieran vivirla. Yo debía rodar la vida de esos muchachos y la del país. Nunca pensé que estaría 10 años, jamás sospeché que el colapso de Venezuela sería tan profundo». Para estos muchachos pertenecer a la orquesta se convertirá en una epopeya. Sobrevivir al país también.Desgarro«Pensé que esos chicos iban a entrar a una orquesta, que haría un retrato del crecimiento de la infancia hacia la juventud. Pero las cosas cambiaron. Fue imposible dejar de filmar», dice la directora apenas prueba el café que tiene frente a sí. «Los destinos de ellos son el reflejo de lo que viven tantos jóvenes venezolanos: o te vas del país, o te metes en las protestas y terminas preso y torturado, o te adaptas y bajas la cabeza. Así que en 2017 dije: hay que hacerlo de esta manera, como un retrato de lo que le ocurrió al país».Tres imágenes de 'Niños de Las Brisas'Todo fue una hazaña en este documental. Cada toma fue difícil, por la peligrosidad e inseguridad del lugar donde transcurren las vidas de Edixon (15), Dissandra (12) y Wuilly (17). Había que pedir permiso a todas las bandas rivales para gozar de su protección. A pesar de eso, Marianela Maldonado filmó el día a día de estos alumnos del programa público nacional de educación musical conocido popularmente como 'El Sistema', un proyecto creado por José Antonio Abreu y que tuvo en Gustavo Dudamel una de sus principales figuras. «Las tres historias son estadios de un conflicto moral», afirma la realizadora. «La orquesta para ellos es una alegoría. Significa pertenecer y ser parte de unos valores: comunicarse, entenderse, seguir una disciplina, atender a un director. Si eso se rompe, la orquesta no funciona. Es la metáfora de lo que pasó en el país», comenta Marianela Maldonado al momento de esclarecer por qué la música ejerce una centralidad argumental. Marchas estudiantilesEl mayor de los protagonistas, Wuilly, el violinista, se convirtió en un icono de las marchas estudiantiles contra el Gobierno de Nicolás Maduro durante el año 2017. «Filmar a Wuilly en las protestas fue muy duro, pero muy duro. Él se obsesionó con ellas. Se escapaba a protestar, día y noche. Quería filmarlo, pero al mismo tiempo era necesario protegerlo de sí mismo, porque podía terminar preso y torturado». Fue justo lo que ocurrió. Tras ser liberado, Wuilly huyó a Colombia y de ahí a Estados Unidos. No pudo regresar a su orquesta, tampoco a Venezuela. «Hubo momentos muy duros también con Dissandra», recuerda. Se fue a Perú. Cruzó cinco o seis fronteras peligrosísimas. «Su situación era de una inmensa vulnerabilidad». A la chica le robaron el pasaporte y se vio obligada a buscarse la vida para poder comer. «Me gustaría que esta película fuese vista desde la complejidad», contesta la directora ante la pregunta política. «Es la única manera de poder entender la realidad venezolana. ¿Puede salvar el arte la vida de los niños? ¿Puede guiarla? La película hace preguntas para las cuales yo no tengo respuestas. Pero están allí para que podamos hablar sobre esto», remata Marianela Maldonado.'Niños de Las Brisas' es el primer largometraje de Marianela Maldonado, tras tres cortometrajes y una relevante trayectoria como guionista donde destaca el co-guion que firmó del corto de animación británico 'Pedro y el Lobo', ganador del Oscar en 2007 o del documental 'Érase una vez en Venezuela', que estuvo en Sección Oficial en Sundance en 2020. Además de su exhibición y participación en distintos festivales, 'Niños de Las Brisas' se estrenó en televisión en Estados Unidos. También se emitió en Países Bajos, Francia, Hong Kong y Taiwán.Retrato de un paísDesde el auge y eclosión del Sistema Nacional de Orquestas como espacio ciudadano hasta su trágico declive por falta de dotación, la música ha encarnado un poder transformador en Venezuela y eso es lo que Marianela Maldonado procura mostrar en esta película: «'El Sistema' comenzó hace 50 años. Es un proyecto de la democracia. Ya había dado grandes frutos antes de que llegara el chavismo. Por eso lo usaron: por su proyección y valor. Además, 'El Sistema' no una isla. Se vio afectada por todas las otras cosas que ocurrían en el país». La hiperinflación, devaluación, estraperlo y un sistema de control de divisa extranjera de un gobierno autoritario, represivo y corrupto han sido la carcoma para la sociedad venezolana. «Quienes trabajan en 'El Sistema' creen en los valores que José Antonio Abreu transmitió. Saben que le están dando algo importantísimo a los niños. Pero, si te pagan tres dólares al mes, ¿qué haces? Ocurre lo mismo con toda la educación pública y las universidades», explica la realizadora de este documental que llega a España tras un exitoso recorrido en Festivales de todo el mundo, sumando 15 premios internacionales hasta la fecha. 'El Sistema', como se le conoce, fue un proyecto social inclusivo creado por José Antonio Abreu en 1975. Ofrecía instrumentos gratis a los niños, para evitar que cogieran un arma en las calles, y les enseñaba a tocarlo. Aquella iniciativa maravilló al mundo a principios de este milenio, y se convirtió en el milagro musical de Venezuela.Muchos músicos del Sistema de Orquestas tocan hoy en las mejores formaciones internacionales, pero otros han tenido que exiliarse por la 'involución' de una iniciativa que maravilló al mundo. La pobreza, la corrupción y el autoritarismo han socavado la estructura de este proyecto.«La música es una metáfora colectiva. En el momento en que los chicos comienzan una historia de supervivencia, a la mitad de la película, el sueño musical se rompe. La vida social y política de tu país te determina. No es un ataque al sistema, es un retrato de lo que le ocurrió al país».

 

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