Lue_Gaylord
Member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 58
Las desapariciones de personas suponen un problema significativo en la sociedad. El Centro de Coordinación de Emergencias gestionó 4.223 alertas por casos de desapariciones en España el pasado año 2023.Dentro de Andalucía hay actualmente 1.685 casos sin resolver, pero más alla de las cifras lo que cuentan son las historias. Unas historias llenas de drama, dolor y sufrimiento . Todos estos sentimientos perduran para toda la vida, con la crueldad de no tener la certeza de saber qué ha ocurrido.Francisco Pérez. Desapareció el Viernes de DoloresEn el centro, Francisco Pérez, junto a su hijo y su nieto FRANCISCO PÉREZEl pasado 22 de marzo, desapareció a la edad de 87 años Francisco Pérez. «A nivel físico y cognitivo estaba perfecto», asegura su hijo Francisco. Ese día salió a caminar por donde solía hacerlo en su localidad natal, Almuñécar . Comenzó a las 20.30 horas de la tarde, por el Paseo Marítimo. La última imagen captada de él es del hotel Aleta Room , al final de su habitual recorrido. «No sabemos absolutamente nada después de seis meses. La Guardia Civil ha dejado de buscar e investigar por falta de pruebas», reconoce. La familia, afectada por esta desaparición, solo pide «la intervención de la UCO, porque es una investigación involuntaria sin causa aparente». Como no hay nada de donde tirar, su hijo pide que «asuman el caso agentes especializados». Sobre lo que creen que pasó, más allá de ser meras hipótesis, tienen la idea de que «a mi padre le esperaron al final del paseo». Añade que «tuvo que ser una persona conocida» . Paquito, como lo conocían sus más cercanos, sufría problemas de corazón y, para su hijo, cobra fuerza la posibilidad de que «alguien hiciese desaparecer su cuerpo en lugar de llevarlo al hospital ». Asegura tener una intuición sobre quién está detrás de todo esto, pero «no podemos acusar a esta persona sin pruebas». A la hipótesis se le suma la existencia de posibles testigos, un mendigo y un irlandés, que se encontraban en la zona de la desaparición. Preguntaron a la Policía por ellos y les dijeron que no sabían nada. «Cuando reclamamos su identificación, ya se habían ido».Cerca del lugar de la desaparición se sitúan tres calles que se dirigen a la N-340. Su hijo Francisco revela que la Guardia Civil «no ha pedido esas cámaras». La familia piensa que el principal motivo de la «falta de interés» de las autoridades es la «alta edad de mi padre».El hijo afirma que hasta después de Semana Santa no comenzaron a realizar una investigación activa , pese a que «las primeras horas son clave». La familia espera «que la UCO intervenga, si no lo hace, lo damos por perdido», sentencia. El caso de Paco MolinaPaco Molina salió de su casa de Córdoba el 2 de julio de 2015. Más de nueve años después sigue sin volver. Según algunos testigos, fue visto por última vez en la estación de autobuses. Su padre, Isidro Molina , lo llamó sobre las diez de la noche porque «iba a dormir fuera, y con esa edad tiene que pedir permiso».La familia de Paco no se cree que nadie sepa nada, y están convencidos de que « alguien lleva callado todos estos años ». Explica que tiene «un apartado de correos para que me envíen información de forma anónima, por si a alguien se le remueve la conciencia», pero todo lo que le ha llegado «ha sido investigado por la Policía y ha quedado en nada».La situación de Paco ese año fue algo complicada. Tuvo una operación y estuvo fuera del colegio. Su padre lo veía algo alterado, pero lo «achacamos a la adolescencia, es una etapa de la vida de rebeldía». Está convencido de que su desaparición no fue fruto de problemas familiares, porque « su relación con nosotros era buena . Ese mismo martes nos estaba pidiendo una moto».Los padres de Paco Molina, Rosa e Isidro ISIDRO MOLINALa actuación policial no fue del agrado de la familia. El verano pasado, los cuerpos se seguridad estuvieron investigando por alguna información relacionada con la desaparición de Paco. «No me dicen lo que hacen, pero me transmiten que siguen buscándolo, algo que agradezco», confiesa sin perder de vista que « no han encontrado a mi hijo» .Todas las noches ronda en la cabeza de Isidro la eterna pregunta de qué pasó ese día. Tiene la creencia de que « a mi hijo le ofrecieron algo y lo aceptó , aunque después se haya arrepentido». Asegura que «un niño de esa edad es fácil de manipular».Isidro Molina está convencido de que, en las primeras horas de la investigación, « no se hicieron cosas que se tendrían que haber hecho ». Está seguro de que si su hijo se hubiese montado en el bus «alguien le paga el billete, porque no tenía dinero».No hay imágenes que corroboren que efectivamente se subió a ese medio de transporte. Tener esa certeza habría permitidido a la Policía centrarse en una línea de investigación. La difusión de este hecho fue insuficiente para toda la familia , que admiten encontrarse «solos». Revelan que se pusieron en contacto con todas las televisiones. En algunos casos «siguen sin contestarme el correo». Comenzó a usar redes sociales y por ahí difundió la desaparición de su hijo.« Lo que nos mantiene es la esperanza », explica. En 2003, Naika Méndez Pestaña, una chica que llevaba once años en paradero desconocido, apareció llamando al timbre de su casa. «A mí también me puede pasar eso», afirma.Con la pena de lo sucedido, como padre desearía «poder darle un abrazo«. Si la decisión de Paco fuese la de querer irse de casa, «la respeto», porque « lo único que le pido a Dios es que, donde quiera que esté, esté bien ».24 años sin María Teresa FernándezEl 18 de agosto del año 2.000 es una fecha marcada para María Teresa Fernández y toda su familia . La joven de 18 años quedó esa noche en Motril con su novio y después con sus amigos. Pero no volvió a casa. «Se le perdió el rastro y nadie sabe nada», asegura su madre Teresa Martín. Rota de dolor, asume que su hija « no está viva ». Su lucha ahora es «encontrarla, porque quiero dormir en paz». Como madre, reconoce que «lo peor es la incertidumbre de pensar dónde está o si tendrá frío».Por aquel entonces, la localidad granadina se encontraba en su semana de Feria, por lo que su madre cree que «no hubo ningún forcejeo con ella, de ser así, alguien lo habría visto». Más bien sospecha de que « se tuvo que montar en el coche de algún conocido ».Antonio y Teresa, padres de María Teresa Fernández, junto a un cuadro de su hija EFE Mari Tere había cumplido 18 años un mes antes de su desaparición y desde comisaría les transmitían: «se ha ido, ya volverá». «Nosotros desde esa noche sabíamos que algo malo había pasado, pero la policía no nos hacía caso », afirma. Ante la dejadez que les transmitían, la familia se movilizó imprimiendo carteles por toda la localidad. Su madre está convencida de que su hija «jamás habría desaparecido por su propia voluntad».Critica que « hasta los tres meses no se tomaron el caso en serio ». Teresa explica que «vivimos en una ciudad muy tranquila», donde nunca había sucedido nada de esta gravedad. Esto le lleva a pensar que «la Policía no supo cómo actuar». Además, Motril es una localidad con Puerto Marítimo, Puerto Pesquero y Puerto Mercantil, por lo que en pocas horas la joven «pudo estar en otro país», sentencia.Su madre, como su familia y vecinos de la localidad, lleva 24 años con la ausencia de María Teresa Fernández, reconoce que, por desgracia, « uno aprende a vivir con esta pena, pero no olvida. La herida nunca se curará».
Cargando…
www.abc.es