‘Decision to Leave’: el deslumbrante ‘amour fou’ de Park Chan-wook

Trey_Ritchie

New member
Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
49
Con su incomparable inteligencia y gracia Fernando Fernán-Gómez solía decir que se había pasado la vida buscando lo que de joven había mamado en el cine: una femme fatale capaz de destrozarle la vida. Buena parte del cine negro clásico gravita sobre este arquetipo que tan bien prefiguró en El ángel azul Marlene Dietrich y que casi un siglo después milagrosamente aún sigue vivo. Decision to Leave, la última película del cineasta coreano Park Chan-wook —director de películas fundamentales, como Oldboy o La doncella, para comprender el boom de la industria cinematográfica surcoreana—, es un neonoir deslumbrante capaz de moverse con enorme virtuosismo por un lenguaje visual que apela a los códigos del siglo XXI, regidos por sus piruetas y capas digitales, sin perder el arraigo con la tradición del cine negro clásico y sus eternos estereotipos: una femme fatale de libro y un detective capaz de perder los papeles, o lo que sea, por ella.

La actriz china Tang Wei interpreta a la viuda misteriosa y Park Hae-Il al hombre encargado de investigar el asesinato de su marido. Dos personajes que le sirven a Park para componer una historia de amour fou de toda la vida desde un lenguaje minucioso y brillante que se retuerce, a veces en exceso, entre lo pulcro y lo irónico. Decision to Leave conjuga el humor con la tragedia o los diálogos afilados con la viscontiniana Quinta sinfonía de Mahler para desembocar en un apoteósico final, de un romanticismo loco, lúgubre y desesperado, que eleva el resultado final a lo más alto.

Hasta llegar a ese imborrable desenlace hemos asistido a un despliegue que honra a la escuela a la que pertenece, la de Hitchcock y algunos de sus alumnos más aventajados, de Brian de Palma a, sobre todo, Pedro Almodóvar, y que justifica el premio a la mejor dirección en el último festival de Cannes. Estamos ante una película para saborear con tanto mimo como los platos que degustan sus dos personajes, sofisticada y brillante en muchas de sus decisiones de puesta en escena, y que introduce con elegancia los efectos de la incomunicación en tiempos de sexo y pasión subidos a la nube digital. Park introduce algunos hilos conductores tan fascinantes como el que se establece a lo largo de todo el filme a través del interior de los ojos.

La obsesión con los globos oculares no resulta caprichosa. Es el órgano que conecta al espectador con la pantalla y Park Chan-wook nos lo recuerda, ya sea a través del ojo inerte de la víctima o los de un pez muerto en un mercado. Globos oculares aquejados de una inevitable fatiga visual que, como los del detective que investiga el asesinato, siempre con sus gotas para los ojos a mano, son el espejo último de una película llena de suspense, romanticismo y fatalidad.

Seguir leyendo

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba