De Nathy Peluso a J Balvin: los videoclips de las Gallery Sessions de Barcelona se abren paso

larson.novella

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En Poble Nou (Barcelona), el censo del distrito tecnológico 22@ alterna naves industriales, garajes y cafeterías de precios desorbitados con veteranos negocios locales. Allí, el visitante que examina la oferta gastronómica del tailandés Petit Bangkok se lleva una sorpresa de muerte cuando, al volver su mirada hacia la acera de enfrente, ve al cantante Trueno en una cabina, a modo de escaparate. “Buscábamos una sede para Folch Studio y la productora White Horse, después de reformar esta nave quedó un espacio con la pared de cristal dando a la calle y decidimos convertirlo en una galería”, cuenta Rafa Martínez, fundador de las Gallery Sessions, el formato de vídeo en cabina que, con solo dos paneles blancos y un foco, ha atraído a artistas de todo el mundo, desde Nathy Peluso a Rigoberta Bandini pasando por Morad, J Balvin, Judeline, Duki con Bizarrap, Julieta Venegas, Ana Mena, Rusowsky, Natalia Lacunza, Young Miko o Mushka.

Albert Folch Rubio y Rafa Martínez llevaban desde 2004 al frente de Folch Studio. “Éramos una agencia editorial, pero fuimos evolucionando en la medida en que editábamos nuestro propio contenido”, explica Martínez. Su ambición emprendedora y el auge del audiovisual les llevó a crear en 2017 la productora White Horse, a la que se incorporó Pol González, otro “ingenuo”: “Empezamos con producciones ajenas, pero desde el principio esto fue un vehículo para nuestro propio proyecto”, puntualiza González. Con la productora y el estudio en marcha decidieron mudarse a un nuevo espacio en la calle d’Àvila, 84, ahora el centro creativo Acid House. “Iba a ser un bloque de pisos, pero el promotor se echó para atrás en el último momento”, recuerdan. Después de un lavado de cara, en febrero de 2020 inauguraron la Window Gallery, un espacio expositivo donde acogieron proyectos como Cónica Frontal, del diseñador Massimiliano Moro, para el festival Llum BCN.

“Un mes después de abrir llega el confinamiento y el teletrabajo. Quisimos dar un giro al proyecto, que Acid House fuera un referente cultural y creativo en Barcelona”, cuenta González. El cambio de rumbo tendría como destino la industria musical, pero en la productora White Horse no tenían claro el enfoque, “preferíamos alejarnos de los videoclips, que es la opción más sencilla, y pensamos en hacer algo en el espacio que teníamos, en la Window Gallery”. Era el verano de 2020, marcado por la pandemia, el límite de sillas en las mesas, la distancia de seguridad. Era el verano del reencuentro y de El encuentro, de Alizzz y Amaia.


“Nos quedamos flipando, fue la primera sesión (noviembre de 2020) y tenía 100.000 visualizaciones”, celebra González. Llegar al diseño definitivo no fue fácil, “estéticamente tendemos a dejarlo todo muy limpio, pero la calle generaba mucho ruido, entonces colocamos los paneles blancos y un buen foco”. La respuesta del público era buena, habían construido el marco ideal pero necesitaban el criterio musical para llenarlo y, con ese propósito, llegó Genís Pena: “Me pareció una idea increíble, en España no existía este formato. Teníamos que darle consistencia, seleccionando artistas que fraguaran la identidad del sello Gallery”, afirma.

El equipo de Gallery Sessions elige a los artistas invitados en función de la actualidad, la aportación artística al proyecto y la disponibilidad. Desde que Nathy Peluso dijo que quería hacer una Gallery Sessions hasta que grabó Menina este junio pasaron más de dos años. “Nos costó mucho que viniera Sen Senra (Me valdrá la pena, junio de 2021), estuvimos seis meses de conversación con Soto Asa y La Zowi (Smartphone, julio de 2021) y otro tanto con Morad (Pensamientos, enero de 2021), pero valió la pena porque los más difíciles de conseguir fueron también los más icónicos”, añade Pena. “No solo se trata de ir a los grandes fichajes, hay que encontrar la canción justa y el momento perfecto para cada artista, para que tanto ellos como nosotros juguemos bien este as. Además, este formato no favorece a todo el mundo”, agrega.

Cantar solo, entre dos paneles y frente a un cristal que hace efecto espejo es muy exigente tanto para artistas con recorrido como para talentos emergentes. “El formato es bastante rígido, pero también permite crear energías muy interesantes saltándote un poco las normas”, comenta Pena. Saltarse las normas tuvo como resultado la sesión del rapero Álvaro Díaz, estrenando Lentito hace un año. “La intro era musical y el final explosivo, quisimos hacer algo especial y jugar con el exterior. Él empieza fuera de la cabina, con una cámara pegada al pecho, e interacciona con la gente de la calle que, después, se incorpora a la sesión”, matiza.


Las grabaciones duran cuatro horas de media. “Parece sencillo, pero lleva muchísimo trabajo, hay gente como Nathy Peluso, Tokisha o Manuel Turizo que en la primera toma te dan la esencia que buscas, y otros músicos que requieren más acompañamiento y confianza hasta sacar esa chispa que hace que las sesiones sean interesante”, explican. Para Pena, las Gallery Sessions conectan al público directamente con los músicos, que se muestran sinceros, al contrario que en un videoclip normal.

Con la mirada puesta en el futuro, la pregunta para el equipo de Gallery Sessions no es quién vendrá, sino hacia dónde irán: “Nos hemos convertido en un proyecto de referencia en el mundo hispanohablante, este es nuestro mercado. Si traer a Peso Pluma nos ha abierto el mercado estadounidense, ¿qué pasaría si tuviéramos una Gallery en Miami o en México?”, plantea Martínez. Folch Studio y White Horse han abierto otro Acid House en Madrid y ahora se proponen conquistar nuevas escenas musicales y buscar talentos emergentes, siempre salvaguardando su identidad: “Las sesiones son la punta del iceberg de un proyecto más ambicioso. Ha habido un salto conceptual, Gallery Sessions ya no es un formato, sino una cabecera, y esto nos abre una dimensión nueva”.

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