Rafael_Howell
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El miedo puede estar presente de muchas formas en nuestras vidas. Podemos llamarle ansiedad , incertidumbre , estrés , angustia … o inquietud ante la posibilidad de perder la tranquilidad y la seguridad que nos hemos granjeado. Incluso el miedo puede ser ese terror inconsciente a una vida que parece exigirnos siempre pensar en el futuro y no disfrutar del presente . Pero además ese miedo, en todas sus vertientes, puede manifestarse de muy distintas maneras en nuestra salud. Por eso en su libro 'El miedo duele. Anatomía de las emociones' (Plataforma editorial), el Dr. David Ponce, fisioterapeuta y osteópata ( @osteopatiaclinica ), nos guía a través del complejo laberinto de las emociones y demuestra que algunos sentimientos pueden actuar como veneno, mientras que otros pueden ser un remedio. En sus páginas se explora el miedo (aprendiendo a abrazarlo) y el dolor físico desde diferentes perspectivas, buscando comprender su naturaleza y descubriendo cómo afecta a nuestras vidas. Cuando habla de los cuatro pilares de la salud cita, además de la alimentación, el ejercicio y el descanso, la estabilidad emocional. ¿Por qué destaca ese concepto y no el de la salud mental?Escribí los libros 'El dolor de espalda y las emociones' y 'Más amor, menos ibuprofeno' para explorar el origen de las dos patologías mundiales, dolor de espalda y dolor de cabeza , que son responsables de una gran parte del gasto sanitario y del absentismo laboral. Y en este libro parto del concepto de que las emociones van a estar siempre presentes, pero lo cierto es que tengo que decir que la estabilidad emocional no existe. ¿Quién no va a estar preocupado, triste o ansioso a lo largo de la vida...? Es normal que pase y es algo que pasar. La inestabilidad emocional ayuda a valorar muchas cosas, pero lo que no puede suceder es que nuestra estabilidad emocional esté llena de contrastes radicales. ¿Cuál es la emoción que más afecta en ese sentido?El miedo. Es una de las emociones que se proyectan a futuro pues cuando lo tenemos siempre es tememos a un futurible o a lo que pueda pasar: si me voy a quedar sin pareja, si voy a sufrir una enfermedad, si va haber una guerra... Pero todos esos miedos están en nuestra cabeza. Y aquí cabe citar un porcentaje que divulga la psiquiatra Marián Rojas Estapé y es que el 94,1% de lo que pensamos que nos pasará nunca nos va a pasar. Por tanto en 'El miedo duele' he querido reflejar cómo puede afectar ese miedo a su cuerpo, su estructura, su estómago, sus músculos, sus articulaciones... Noticias Relacionadas estandar Si Mario Alonso Puig, médico y divulgador «Vivimos en una sociedad enferma que ha dejado de lado su dimensión espiritual» Raquel Alcolea estandar Si Patri Psicóloga «Creemos que estar superocupados es sinónimo de éxito y es un gran error» Raquel AlcoleaPero el miedo, tal como asegura en su obra, tiene muchos nombres y no siempre le conocemos como miedo...Sí, de hecho en el libro hablo del estrés, de la angustia, de la incertidumbre, de la ansiedad... De hecho en mi consulta siempre he trabajado con profesionales de la psicología porque es necesario conocer todos los nombres del miedo. ¿Y de qué manera se conecta el miedo con el dolor?Aquí justo me viene a la mente la frase de Nietzsche que decía que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. En el caso del dolor físico tenemos fórmulas que permiten que el paciente sitúe su dolor en la llamada escala visual analógica del dolor (EVA) y eso nos permite identificar en qué punto se encuentra. Y según mis investigaciones lo que he podido comprobar es que dos personas con una misma patología pueden tener percepciones muy distintas del dolor en función de su estabilidad emocional. Las personas con estabilidad emocional sienten menos dolores. Si tengo miedo, se activan sustancias, hormonas y neurotransmisores que se conectan directamente con el dolor. ¿Y cómo afecta esto?Para entender el efecto sobre el cuerpo hay que recordar que el cerebro no distingue lo que es real de lo que no. Si me pongo un lápiz en la boca y simulo que estoy sonriendo, mi cerebro interpreta que estoy contento. Si mi mente me bombardea con mensajes sobre lo infeliz que soy y lo angustiado que estoy, segregaré adrenalina y cortisol. Y eso afectará a mi sistema inmunitario. Aquí hay que atender a este dato: un minuto de estrés da lugar a seis horas de bajada de defensas. Imagina lo que supondrá para gente que está angustiada o estresada todo el día, toda la semana o incluso durante meses o años. Ese estrés acabará produciendo enfermedades. Algunos estudios asocian en parte el desarrollo del cáncer a esos daños del sistema inmunitario que produce un cuerpo angustiado, estresado o depresivo.¿Están conectados dolores concretos con emociones concretas?Sí, de un modo muy resumido podríamos contarlo así. El dolor de cabeza, el dolor de cervicales, molestias en la boca o en la articulación temporomandibular y, en definitiva, todos los dolores en la parte superior están relacionados con el estrés, la angustia y la ansiedad. La depresión y los cambios en el estado de ánimo están más relacionados con el tórax y la zona dorsal. Y el miedo en general está relacionado con la parte lumbar. Lo que hacemos en la medicina osteopática es precisamente esa asociación vertebrovisceral que nos lleva a pensar en esa conexión entre órganos, músculos, huesos, la linfa y el sistema venoso arterial. ¿Y qué pasa con esas personas que parece que no tienen emociones?Son los peores, pues a menudo en esos casos su vida interior es muy agitada y muy tensa. Eso se suele apreciar al tocarles, pues su musculatura se muestra tensa y rígida al contacto. Algunas de esas personas han reprimido sus emociones desde niños y no han podido expresarlas y eso se refleja en el cuerpo. Por eso es tan importante tener una visión integral de lo que le pasa a una persona. De hecho siempre le digo a mis pacientes que no trato cervicales ni espaldas, sino personas. Si no conoces su globalidad, ni tienes en cuenta su vida y sus hábitos, es imposible ayudarles o encontrar la raíz del problema que están sufriendo. Noticias Relacionadas estandar No Diez componentes de la inteligencia bondadosa para resolver problemas Melissa González estandar No Por qué estar triste o enfadado es tan importante como estar contento Ana I. MartínezSolemos ver la relación de ida entre el dolor y las emociones, pero no la relación de vuelta, es decir, que algo emocional cause dolor y enfermedad... ¿uno se puede llegar a crear un dolor o una enfermedad?Sí, eso es posible. La capacidad de nuestra mente es asombrosa y aún no conocemos muchas cosas. Lo que pretendo con el libro es identificar las emociones que le están afectando y tener las herramientas para ayudarle a mejorar la situación. Y eso puede pasar por acudir a la consulta de distintos profesionales de un modo integrativo.Una de las cuestiones que suelen aplaudir los seguidores de sus libros es que en ellos aporta sus experiencias personales con el dolor... Si, he sufrido mucho dolor en tres ocasiones. Pero siempre digo que hay que abrazar el dolor, aunque sea algo que produzca estupor. Y hay que abrazarlo porque es un perro guardián de la salud que avisa de que algo no va bien. Tenemos la manía de tomar psicofármacos y antiinflamatorios de manera continua o incluso de forma preventiva. Pero hay que intentar lidiar con el dolor siempre que sea soportable. En su obra hace también referencia a que hemos perdido la capacidad de concentración, de focalización y de atención... ¿También en relación a nuestro cuerpo?Estamos todo el día pegados al móvil. Se habla de una media mínima de uso diario de cuatro horas y a esto hay que sumar que las cervicales están en una pésima posición en la que pasan a sufrir una presión sobre los discos de 30 kilos en lugar de cinco kilos. El daño para el cuerpo es evidente.Y además esa desconexión hace que lo vivamos todo de manera virtual. Algunos pacientes me confiesan que consultan al Chat GPT por sus dolencias. No sólo estamos desconectados de los demás sino también de nuestro propio cuerpo.
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