Dabiz

carmine.wunsch

New member
Registrado
27 Sep 2024
Mensajes
82
1476503999-U16785374605TFn-1200x630@diario_abc.jpg

Hay algo en Dabiz Muñoz que me inquieta . Yo no he comido nunca en Diverxo, Streetxo, Ravioxo ni en ninguna de todas esas marcas con estética de callejón asiático y final en 'xo', por lo que no puedo decir si su comida me gusta o no. Sin embargo, tengo la certeza de que un tipo con tres estrellas Michelin, integrante de la parte alta de los mejores restaurantes del planeta y mejor chef del mundo durante tres años, ha de ser bueno. Ni siquiera eso: ha de ser excelente, prodigioso, un genio de lo suyo. Y, como tal, le valoro, le respeto y le admiro. Yo sé que esto es raro, lo que se lleva es denostar al ganador, escribir odas al fracaso y desprestigiar a cualquiera que destaque un poquito y ose levantar la cabeza de entre tanta mediocridad. Porque resulta que solo hay algo más soberbio que un ganador y es un perdedor, uno de esos resentidos que aseguran que quien está arriba rara vez lo merece y que quien realmente lo merece rara vez estará arriba. Pasa mucho en el mundo de los creadores: todos conocemos a 'genios' convencidos de que no llegaron porque no tenían contactos. Hay algo muy humano –y muy español– en admirar al perdedor, en asegurar que el bueno no era Lennon ni McCartney sino Harrison y que el mejor jugador no era Vinicius ni Bellingham, sino Rodri.Pero resulta que el mejor era McCartney, que el mejor era Vini y que, seguramente, el mejor cocinero no sea tu primo, el genio de las esferificaciones, sino uno de estos. He visto el documental de Dabiz Muñoz y el marrón que tiene encima , que, por cierto, es el mismo marrón que tiene todo el que alcanza la maestría y entiende que genera más valor pensando y vendiendo que marcando una lubina. No hay tranquilidad en el éxito, no hay descanso en la creación y no hay escapatoria posible para el que se convierte en una referencia mundial. Lo peor de la serie es el tonito de telenovela, el 'conflicto' familiar, la trama secundaria elevada a trama principal. Lo más interesante es lo que calla, el proceso creativo que se intuye, las miradas perdidas, la cabeza baja y la cara triste de quien se siente solo e incapaz de lidiar con tanta gente y tanto Excel y que lamenta haber dejado de ser un buen cocinero para convertirse en un activo de banca de inversión.Dabiz aún no lo sabe, pero si tus negocios dependen de tu presencia, lo tuyo no es un negocio sino autoempleo. Eso no se lo dice su psicóloga, pero se lo digo yo. Dabiz, en la liga en la que juegas la lucha es por la trascendencia, por la sublimación. No trabajas para tus clientes o para tus inversores: trabajas para la historia. O abandonas la liga –Adriá– o abandonas la idea de felicidad tranquila y de casita en La Finca. Decía que había algo que me inquietaba en él, y es la certeza que se intuye: el que duda entre el trabajo duro y una familia 'feliz' suele acabar dejando el trabajo. Y la infelicidad que genera acaba después con la familia. El precio de ser un lobo es la soledad. El precio de ser oveja es el aburrimiento. Elige con cuidado.

 

Miembros conectados

No hay miembros conectados.
Atrás
Arriba