Deja_Collins
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El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la mañana de este viernes la orden para suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia, modificando la del 22 de junio de 1995, que regula los premios nacionales que otorga el Ministerio de Cultura. A principios de mayo, el ministerio que dirige Ernest Urtasun (Sumar) anunció esta cancelación por ser la tauromaquia un espectáculo basado en la “tortura animal”. El anuncio, que ahora se concreta, recibió fuertes críticas del sector taurino, PP, Vox y algún destacado socialista, como el barón Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha.
Según el texto, que entra en vigor al día siguiente de su publicación, la supresión se justifica por la necesidad de adaptar los galardones “a la evolución del sector creativo y cultural en atención a las demandas sociales”. La percepción de una tradición tan asociada a la identidad española como la tauromaquia ha cambiado: “Determinadas actividades ligadas a la tauromaquia o elementos concretos de las mismas son rechazados por amplios sectores de la sociedad por considerarse una forma inaceptable de violencia contra los animales”, reza el texto.
El ministerio aduce que esta acción ha recibido más del 90% de “apoyo ciudadano”. “Los datos salen de la consulta pública, que es un proceso obligatorio”, explican fuentes ministeriales. El trámite de audiencia ha tenido lugar en dos fases.
Primero, en la consulta pública previa a la publicación del borrador, entre el 4 y el 18 de mayo, se recibieron 3.268 comunicaciones de personas físicas o jurídicas. 3.151 fueron de apoyo (96,42%); 89 de rechazo (2,72%); y 28 se consideraron de imposible o muy difícil interpretación (0,86%). Posteriormente, entre el 25 de junio y el 15 de julio, se procedió al trámite de audiencia e información pública en la sede electrónica del Ministerio de Cultura. Ahí se recibieron 215 comunicaciones: 197 fueron de apoyo (91,63%); 12 de rechazo (5,58%); y 6 se estimaron de imposible o muy difícil interpretación (2,79%).
Ya en mayo, cuando sucedió el polémico anuncio, el ministerio se cargó de datos para justificar su decisión: solo un 1,9% de los españoles asistió a algún espectáculo o festejo taurino entre 2021 y 2022, según la Estadística de asuntos taurinos; una caída de 5,9 puntos respecto a 2019. La valoración del uso de animales en espectáculos taurinos resultó ser del 1,9 entre los españoles, decía una encuesta de la Fundación BBVA en 2022. Ese mismo año, el número de festejos cayó a 1.546, cuando en 2007 había sido de 3.651. Hubo algunas consideraciones geográficas: en algunas regiones, como Canarias o Cataluña, no se celebran corridas; en otras como Galicia, Asturias, Baleares, Melilla, Cantabria o La Rioja son, de manera natural, prácticamente inexistentes.
El antitaurinismo ha tenido un aliado inesperado en el eurodiputado Alvise Pérez, de la plataforma Se Acabó la Fiesta (SALF), que este jueves anunciaba en la red social X haber votado en contra de la subvención de los espectáculos taurinos, no solo por rechazar la subvención de espectáculos privados, “sino porque la acción política de SALF no permitirá financiar públicamente nada en donde un solo animal sea maltratado por mero ocio. Se puede ser anti-izquierdista y proteger a los animales a la vez”, según escribía.
El anuncio del Ministerio de Cultura expresa que la cancelación del Premio Nacional de Tauromaquia no trata de “resolver la consideración” del toreo en la sociedad, pero sí de “constatar” su existencia. Los Premios, argumentan, deben dedicarse a “disciplinas sobre las que exista cierto grado de consenso social y no una discusión marcadamente polarizada sobre su propia esencia”. Los Premios Nacionales se otorgan para celebrar diferentes disciplinas culturales como son la música, la narrativa, la poesía, el periodismo cultural, el diseño de moda, la traducción o la televisión, entre muchas otras. El Premio Nacional de Tauromaquia se convocó por primera vez en 2013, cuando lo ganó Paco Ojeda, y estaba dotado con 30.000 euros. El último ganador, el año pasado, fue Julián López, el Juli, que se retiraba de los ruedos tras un cuarto de siglo toreando.
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Según el texto, que entra en vigor al día siguiente de su publicación, la supresión se justifica por la necesidad de adaptar los galardones “a la evolución del sector creativo y cultural en atención a las demandas sociales”. La percepción de una tradición tan asociada a la identidad española como la tauromaquia ha cambiado: “Determinadas actividades ligadas a la tauromaquia o elementos concretos de las mismas son rechazados por amplios sectores de la sociedad por considerarse una forma inaceptable de violencia contra los animales”, reza el texto.
Los datos contra el toreo
El ministerio aduce que esta acción ha recibido más del 90% de “apoyo ciudadano”. “Los datos salen de la consulta pública, que es un proceso obligatorio”, explican fuentes ministeriales. El trámite de audiencia ha tenido lugar en dos fases.
Primero, en la consulta pública previa a la publicación del borrador, entre el 4 y el 18 de mayo, se recibieron 3.268 comunicaciones de personas físicas o jurídicas. 3.151 fueron de apoyo (96,42%); 89 de rechazo (2,72%); y 28 se consideraron de imposible o muy difícil interpretación (0,86%). Posteriormente, entre el 25 de junio y el 15 de julio, se procedió al trámite de audiencia e información pública en la sede electrónica del Ministerio de Cultura. Ahí se recibieron 215 comunicaciones: 197 fueron de apoyo (91,63%); 12 de rechazo (5,58%); y 6 se estimaron de imposible o muy difícil interpretación (2,79%).
Ya en mayo, cuando sucedió el polémico anuncio, el ministerio se cargó de datos para justificar su decisión: solo un 1,9% de los españoles asistió a algún espectáculo o festejo taurino entre 2021 y 2022, según la Estadística de asuntos taurinos; una caída de 5,9 puntos respecto a 2019. La valoración del uso de animales en espectáculos taurinos resultó ser del 1,9 entre los españoles, decía una encuesta de la Fundación BBVA en 2022. Ese mismo año, el número de festejos cayó a 1.546, cuando en 2007 había sido de 3.651. Hubo algunas consideraciones geográficas: en algunas regiones, como Canarias o Cataluña, no se celebran corridas; en otras como Galicia, Asturias, Baleares, Melilla, Cantabria o La Rioja son, de manera natural, prácticamente inexistentes.
El antitaurinismo ha tenido un aliado inesperado en el eurodiputado Alvise Pérez, de la plataforma Se Acabó la Fiesta (SALF), que este jueves anunciaba en la red social X haber votado en contra de la subvención de los espectáculos taurinos, no solo por rechazar la subvención de espectáculos privados, “sino porque la acción política de SALF no permitirá financiar públicamente nada en donde un solo animal sea maltratado por mero ocio. Se puede ser anti-izquierdista y proteger a los animales a la vez”, según escribía.
El anuncio del Ministerio de Cultura expresa que la cancelación del Premio Nacional de Tauromaquia no trata de “resolver la consideración” del toreo en la sociedad, pero sí de “constatar” su existencia. Los Premios, argumentan, deben dedicarse a “disciplinas sobre las que exista cierto grado de consenso social y no una discusión marcadamente polarizada sobre su propia esencia”. Los Premios Nacionales se otorgan para celebrar diferentes disciplinas culturales como son la música, la narrativa, la poesía, el periodismo cultural, el diseño de moda, la traducción o la televisión, entre muchas otras. El Premio Nacional de Tauromaquia se convocó por primera vez en 2013, cuando lo ganó Paco Ojeda, y estaba dotado con 30.000 euros. El último ganador, el año pasado, fue Julián López, el Juli, que se retiraba de los ruedos tras un cuarto de siglo toreando.
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Cultura suprime oficialmente el Premio Nacional de Tauromaquia
La orden se publica en el BOE de este viernes y se justifica en el cambio de la percepción social del toreo. El ministerio aduce que una mayoría del 90% apoyó la cancelación, en la consulta pública en la que hubo cerca de 3.300 votos
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