gulgowski.piper
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Hay que entender esta película como un homenaje al gran humorista Miguel Gila, y centrado en uno de los caracteres más populares y profundos de su sentido del humor, el antibelicismo empapado de ingenuidad, de simpleza, pero, en el fondo, con mucha astucia y picardía para que subraye el absurdo de la guerra. En su célebre '¿Está el enemigo?..., que se ponga' y en la trivialidad de la conversación telefónica (¿A qué hora vais a atacar?..., ¿Vais a venir muchos?...) hay suficiente sosa cáustica para corroer el sinsentido bélico.El director, Alexis Morante, ciñe el retrato de Gila a los tiempos de la Guerra Civil y a su participación en ella, tan cargada de ingenuidad, simpleza y absurdo como su propio humor, y escenifica su relación con el bando republicano, en el que batalló; con su amigo Pedro, que lo convenció para alistarse; con sus compañeros de armas y también con la guerra misma, el enemigo e incluso con su propia muerte, pues lo fusilaron una noche lluviosa en Córdoba ('me fusilaron mal', fue una de sus bromas más graciosas y terribles).Noticia Relacionada video-noticia No El cine español revive a Gila, el «icono» que unió mediante el humor a las dos Españas EFE Madrid, 9 dic (EFE).- Gila, el humorista que es ya historia de España, fue a la guerra civil y estuv...El personaje queda expuesto de forma meridiana, su bonhomía, su sensibilidad, su escasa inclinación a la violencia, su talento para transformar la desgracia en gracia, y el actor Óscar Lasarte, que lo encarna, transmite con su perfil y de forma comprensible su personalidad. Los diálogos (y monólogos) tienen naturalmente el sello de Gila y sus observaciones, entre surrealistas y abstractas, amargas, saladas, agridulces, son el alma de la película: 'En la cárcel, con tanta pared, a uno le entran ganas de dibujar'.El guion, basado en la biografía del personaje y escrito por Alexis Morante y Raúl Santos, pierde algo de fuelle o gracia en su segunda mitad, más oscura y trágica, aunque la puesta en escena, con algunas complicadas secuencias bélicas, mantiene siempre el interés para el ojo y la cabeza; pero, lo sobresaliente de la película es la interpretación, muy subrayada por algunos secundarios realmente volcados en hacerla especial, como Adelfa Calvo (gran abuela), Vicente Romero y Salva Reina, expresión de lo militar y el disparate, o Natalia Molina, increíble en su obsesiva y graciosa belicosidad.
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