Dulce_Moore
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Toda generación adolescente necesita su saga romántica de películas basadas en novelas. Me considero afortunada porque a mí me tocó la época en la que estaban de moda los vampiros y las distopías. Pero, también Mario Casas y su Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti. Es un evento canónico. Cualquier joven necesita ver y leer una historia de amor con cierta toxicidad protagonizada por los actores de moda para completar su crecimiento personal. De hecho, si no se hace a edad temprana, se corre el riesgo de que se haga luego a una edad más adulta, cuando ya hay ciertas cosas que no se pueden tolerar en las relaciones.
La saga Culpables, de la escritora argentina Mercedes Ron cumple los parámetros para haberse convertido en la saga de esta generación. Unas novelas que nacieron en Wattpad y como inspiración del videoclip de I knew you were trouble, de Taylor Swift. Para los "no-swifties", la canción habla de esa relación que, aunque sabes que es tóxica y que vas a salir perdiendo, te metes de todos modos.
La primera película, estrenada directamente en Prime Video, pronto se convirtió en lo más visto de la plataforma. Tenía enemies to lovers, pero, además, esos enemies eran hermanastros obligados a convivir en la misma mansión de Marbella. Tenía carreras de coches, fiestas, dinero, traumas del pasado, celos... Y de protagonistas a Nicole Wallace y Gabriel Guevara, que derrochaban química en pantalla. Todo ello acompañado además con una banda sonora compuesta por las canciones de moda y que más suenan en cualquier discoteca. Éxito asegurado.
Su secuela, Culpa tuya, repite la misma fórmula de éxito. En esta entrega, los protagonistas ya están juntos y tienen una relación. Sin embargo, el enemigo está en casa, sus propios padres (Marta Hazas e Iván Sánchez), a quienes no les hace mucha gracia que sus hijos sean pareja, por lo que sea. Que le pidan consejo a Antonio Resines y Belén Rueda, porque, quién no conoció a Marcos y Eva, y a Guille y Tete, a cualquier santo le reza.
Si la primera película mostró más el pasado de Noah (Wallace), ahora sabremos qué pasó con Nick (Guevara) y su madre (Goya Toledo). También, hay más drama, más personajes, más triángulos amorosos, más tramas, y sí, más carreras de coches. ¿Es que nadie aprendió de la muerte de Pollo (Álvaro Cervantes) en Tres metros sobre el cielo?
La película cumple su propósito, entretiene y mucho, y te deja con ganas de saber qué ocurrirá en la tercera y última entrega de la saga. Para eso están este tipo de películas, para que te solucionen una tarde aburrida y te eches unas risas con tus amigos.
Aunque a veces no haya por dónde coger el guion, en este tipo de películas lo podemos pasar por alto, sobre todo cuando los protagonistas lo hacen lo mejor que pueden con el material que tienen. La química sigue intacta más allá de lo que haya pasado detrás de cámaras, lo que demuestra el talento y la profesionalidad de ambos, sobre todo de ella.
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