Maryam_King
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La falta de tiempo, el exceso de trabajo y el intenso ritmo del día a día puede hacer que algunos conflictos de pareja que a priori podrían tener una solución más sencilla queden soterrados y enquistados, creando así una sensación de falta de comprensión, distanciamiento, desilusión y apatía. Pero lo cierto es que, tal como plantea la psicóloga y doctora en Neurociencia Ana Asensio ( @vidasenpositivo_anaasensio ), la relación sentimental atraviesa diferentes fases o estadios a lo largo de su historia que conviene conocer, pues tanto el cuidado conjunto del vínculo como el estado individual de cada miembro de la pareja puede influir en su evolución. Veamos cada una de ellas:¿En qué fase del amor estás? Enamoramiento. Se produce una alteración de la realidad, se da una visión del otro distorsionada. Sentimos el efecto de la dopamina, el placer, la excitación, los nervios y la sensación de euforia. Familiaridad. Segregamos oxitocina a su lado. Sentimos el gusto por el otro, disfrutamos de los ratos buenos. Vivimos algún reajuste, pero aún con algo de 'ceguera'. Percibimos la realidad. Se dan las primeras crisis, discusiones o decepciones. Convive la pasión, el amor y los proyectos y las ilusiones con las dudas. Vemos las imperfecciones del otro que nos molestan. Consciencia. Siento que quiero a la otra persona, aprendo a quererle, tengo la intención de quererle. Pero también vivo una fase de estado neutro con una cierta confusión sobre hacia dónde va la pareja. Madurez y crecimiento. La pareja se entiende como 'naranjas enteras' que se aman desde su singularidad. El concepto 'te quiero' pasa a 'te amo'. Comprenden que son amigos, pareja, amantes, padres, socios y también personas individuales. Eligen amarse bien, tienen certezas y paz. Entienden cómo cuidar la relación y que ésta vive fases. Eligen la vida juntos.Pero además la psicóloga Ana Asensio explica que el hecho de que una pareja lleve muchos años unida no implica que esa relación sea eterna ni tampoco tiene por qué dar lugar a que la llama se haya apagado y no se pueda volver a encender. Por un lado, según aclara, es normal que el estrés , las preocupaciones económicas o la educación de los hijo (si se tienen) sean capaces de reducir la pasión y aumentar la creencia de que «esto ya no es lo de antes» dando lugar a la sensación de que la relación ha terminado. Y por otro lado, según comenta, también es algo normal y humano fantasear con otra vida o con otros estímulos.Por eso lo que la pareja tiene que tener claro, según argumenta Asensio, es si ambos tienen ganas de volver a ilusionarse. Eso implica reservar ratos exclusivamente para la pareja y volver a conectar valores comunes, conversaciones y alimentar la atracción. Puede que esto no salga de forma natural pues el hábito y la cotidianidad suelen restar protagonismo a estos momentos. Pero, como propone la psicóloga, todo es cuestión de «actitud y voluntad».Volver a ilusionarse con la parejaSi ambos tienen la vocación y las ganas de re-enamorarse, lo importante es que sean honestos consigo mismos y con el otro y se pongan manos a la obra.El juego de seducción puede ser un buen arranque, tal como propone Asensio, quien invita a «volver a tontear, mirar con ojos de noviazgo y cambiar las críticas por los halagos». Si te sale o te gusta puedes escribir notas de amor y comprobar cómo las recibe la otra persona o de qué manera las devuelve pues no tiene por qué hacerlo de la misma manera que tú.Tras la seducción propone rendirse al descubrimiento del otro , de modo que ambos puedan hablar sobre sus sueños y sus anhelos . «Podéis probar a haceros preguntas, a modo de juego, tal vez descubráis cosas de la persona con la que convivís que nunca hubierais imaginado», sugiere.Una de las claves para que este descubrimiento funcione es buscar temas nuevos en vuestras conversaciones. «No habléis de las gestiones del día a día, ni del trabajo ni de los niños. Poned 'en modo avión' ese tipo de charla y pasad a otra cosa. Podéis buscar algo en común que sea reilusionante como un viaje, un negocio, un plan, una afición común. La idea es que os sintáis compañeros y cómplices», aclara.Otras ideas que tal vez sean menos originales pero no por eso son menos eficaces tienen que ver con el cuidado físico y con la capacidad para sorprenderse mutuamente . Así, arreglarse físicamente y a conciencia tanto para uno mismo como para la otra persona o hacer una escapada a un hotel con la intención conjunta de pasar una noche de pasión pueden resultar más efectivas de lo que creemos.Tras el descubrimiento llegaría la confianza . Es el momento de pedir amablemente lo que nos gustaría: un abrazo, un detalle, unos mimos, unas citas de pasión, unos silencios compartidos... «Pide lo que necesitas de la otra persona asertivamente, con claridad y amabilidad », propone Asensio. La psicóloga recuerda en este sentido que muchas de las alteraciones que se producen en la parejas provienen de la ausencia de comunicación o de las malas praxis en torno a ella.El siguiente paso sería la entrega . Priorizar a tu pareja implica ser consciente de que necesita ser cuidado y atendido. «El otro es una persona con afectos, emociones, preocupaciones y vida anterior, como tú, así que emplea tu empatía y tu compasión para volver a acercaros», aconseja.Y todo ello bajo la lupa de la flexibilidad y de la continuidad , de modo que nuestras críticas sean constructivas y oportunas, que seamos capaces de dar antes de pedir en exceso y que, de alguna manera, nos convirtamos en la pareja que nos gustaría tener. «Sé tu mejor versión para la persona que quieres que sea tu socio de vida», sentencia Asensio.Noticia Relacionada Pódcast estandar No ¿'Dirty Dancing'? ¿'Pretty Woman'? La gran estafa del cine romántico L. Pintos y R. AlcoleaLa ilusión ha de ser, como propone la psicóloga Ana Asensio, ese «títere en la cabeza» (como la experta confiesa que decía su abuela) que sirva para emocionarnos, trabajar conjuntamente, unirnos en un proyecto, dialogar y mirar en la misma dirección, pero siempre con los pies en la tierra y teniendo claro que «las ilusiones no son más que ilusiones» y que a la realidad se llega con los pequeños pasos o acciones del día a día. «Lo importante es que tengamos ilusiones compartidas porque si solo tenemos ilusiones individuales empezaremos a funcionar en caminos paralelos», destaca. Estos son, en su opinión, cuatro ideas que pueden ayudar a ilusionarse de nuevo:Os ilusionaréis de nuevo si... Pasáis a la acción. Un truco para lograrlo es visualizar, actuar y probar. A veces parece que la vida ha enterrado las señales que indican por dónde seguir el camino y para que estas vuelvan a aparecer debemos ponernos en modo buscador, con la actitud de juego y de gymkana, confiando en que encontraremos pistas y premios. Tenéis un objetivo, una ilusión proyectada. En lugar de analizar qué os pasa, dirigid el rumbo hacia lo que os ilusione. Haced un listado de antiguas y nuevas ilusiones, propias y compartidas. Vale todo. Desde cambiar la decoración de casa hasta aprender algo nuevo, pasando por comenzar a cambiar los hábitos cuidándonos y cuidando la relación. Trae novedades a tu vida y a tu pareja. Eso requiere un ejercicio de creatividad. Lo nuevo no tiene inercia ni está automatizado. Siempre puedes crear tu nueva historia de amor desde personajes y actitudes que os hagan bien y que no hayáis explorado antes: citas a ciegas, cambiar el lugar de dormir, intercambiar los roles en casa... Planificar actividades que nunca hayáis compartido puede resultar un juego que os una más. La motivación es fundamental. Es movimiento y emoción en acción. Es importante moverse, actuar, buscar, probar y caminar con «mente de principiante» que permita disfrutar de la vida como si fuéramos niños. Con la acción, la entrega y la voluntad surgirá tu motivación y finalmente llegará esa reilusión que en muchas ocasiones se anhela como un imposible pero que está más cerca de lo que tus dudas te dejan ver. Pero, ¿qué hago si siento que vamos a romper?En cuanto a aquellas parejas que puedan estar sintiendo que están al borde de la ruptura, antes de emitir una especie de «certificado de defunción» de la relación la terapeuta Verónica Rodríguez Orellana, directora de Coaching Club, invita a preguntarse cuál es la finalidad inmediata que tiene el amor para cada uno haciéndose estas preguntas: «¿Para sentirse acompañado y acompañar al otro? ¿Para crecer como persona? ¿Para hacer un camino juntos? ¿Para amar y sentirse amado?», propone. Así, una vez que se haya analizado las respuestas a estas preguntas, la experta invita a identificar si en vuestra vida existe alguna de estas señales:Algo no va bien si... Sientes que tu compañero o compañera no tiene ni la motivación ni las ganas de compartir contigo Las llamadas habituales se empiezan a espaciar Responde a los mensajes días más tarde aunque los haya visto Sus opiniones empiezan a ser una losa en tus proyectos No tenéis iniciativa para compartir intimidad y complicidad Solo uno de vosotros toma las riendas de la situación Cuando estás con esa persona sientes que tienes que ceñirte a un guión que no tiene nada uqe ver con tu esencia. Sientes que no te pueden dar más porque sencillamente se acabóPor su parte, la psicóloga Silvia Congost aporta que algunas señales que indican que la relación está en la cuerda floja son que no coincidan en ningún 'hobby' ni se acompañen en ellos, que no les guste hacer lo mismo, que piensen de forma distinta en lo importante, que discutan a menudo y no logren ponerse de acuerdoTambién son signos claros las faltas de respeto, que no se hablen con cariño que no sientan ni demuestren admiración, que dejen de hablarse, que se hable mal del otro a los demás o que uno se esfuerce en cambiar al otro porque no cubre sus expectativas. Otra señal es, según añade Congost, sentirse solo en la relación.Pero además de atender a estas señales negativas, Rodriguez Orellana también indica a ser receptivo ante otro tipo de signos, que son aquellos que indican que es posible darse una oportunidad como pareja. Éstas tienen que ver, sobre todo, con el acercamiento mutuo y el deseo sincero de volver a intentarlo.Hay que darse una oportunidad si... Aparece la motivación, el interés y se empieza a percibir algún cambio en el horizonte amoroso El buen humor vuelve a la rutina No se percibe distancia física, aumenta la intimidad y los abrazos siempre están disponibles Por la calle se ven y se viven como una pareja Vuelven las iniciativas y los planes Os tenéis en cuenta a la hora de hacer planes y sois parte de vuestras respectivas prioridades Se sienten los temas de ocio como algo compartido Retomáis la importancia de contar con el otro y valoráis su presenciaEso sí, cuando aparecen estas señales se debe tener en cuenta que si el cambio fuera tan fácil lo haríamos cuando y cómo quisiéramos y que el proceso de la verdadera reconciliación está relacionado con la comunicación sincera , según la directora de Coaching Club. Así, cada miembro de la pareja debería expresar cómo se ha sentido y cómo le gustaría seguir ese proceso, además de responderse en privado a estas preguntas: ¿Qué cosas me han enamorado de mi pareja?, ¿qué asuntos necesito que cambien a partir de ahora?, ¿qué tipo de aprendizaje puedo hacer tras una crisis inicial?, ¿cómo me imagino de aquí en adelante?, ¿volvería a elegir a esta persona? «Si todas estas respuestas llevan a un ¡Sí quiero! será la mejor señal de que ha llegado la hora de reencontrarse y darse una oportunidad», propone.Comparte esta opinión Silvia Congost, quien indica que algunas de las características que definen a una relación sana y duradera son: tener valores parecidos, una idea de futuro (proyección de vida) similar, pensar igual en lo verdaderamente importante, aceptarse con las diferencias sin intentar cambiar el uno al otro, sentir deseo, cultivar la amistad entre ambos, cuidar la comunicación, tener compasión por el otro... «No son pocas», indica. «Pero si el amor es sano, merece la pena», concluye.
Cómo saber si una relación de pareja puede mejorar o está a punto de romperse
Reservar ratos exclusivamente para la pareja, volver a conectar valores comunes, tener conversaciones nuevas y sin reproches y alimentar la atracción pueden ayudar a mantener la ilusión en el vínculo sentimental
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