¿Cómo perciben los perros los objetos? La textura y no la forma es lo que cuenta

[gulgowski.piper]

Los seres humanos percibimos los objetos a través de nuestros sentidos, principalmente la vista. Esta percepción comienza cuando nuestros receptores sensoriales detectan estímulos del entorno, que son enviados al cerebro para su procesamiento. La vista nos permite captar formas, colores y movimientos; el tacto nos ofrece información sobre texturas y temperaturas; el oído identifica sonidos y su localización; el olfato distingue aromas y el gusto evalúa sabores. Esta combinación sensorial nos ayuda a interactuar con el mundo que nos rodea.

En contraste, los perros procesan el entorno de manera diferente, especialmente en lo que respecta al reconocimiento de objetos. Un estudio reciente de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, ha revelado que los perros priorizan la textura sobre la forma al identificar objetos. Este hallazgo no solo destaca una diferencia clave en la percepción sensorial entre humanos y perros, sino que también tiene importantes implicaciones para entender cómo aprenden y se relacionan con su entorno.

El experimento: elegir por forma o por textura​

El estudio, publicado en Scientific Reports, contó con la participación de 35 perros que fueron entrenados para buscar un objeto específico entre un conjunto de opciones. Durante las pruebas, se les presentaban dos alternativas: un objeto con la misma forma que el objetivo, pero diferente textura, y otro con la misma textura, pero diferente forma.

Inicialmente, los perros tendían a acercarse al objeto con una forma similar, guiados probablemente por la vista. Sin embargo, tras interactuar con ambos objetos, seleccionaban con mayor frecuencia aquel que tenía la misma textura que el objetivo, incluso si su forma era completamente distinta.

Este comportamiento sugiere que, aunque la visión juega un papel inicial en la búsqueda, son las señales táctiles las que resultan determinantes para su elección final.

¿Qué nos dice este hallazgo sobre los perros?​

Mientras que las personas tendemos a clasificar los objetos principalmente por su forma, los perros parecen dar prioridad a características más relacionadas con su interacción física, como la textura. Este comportamiento se puede entender mejor al considerar cómo procesan la información sensorial. Sus sistemas visual y táctil están adaptados para interactuar con el mundo desde su perspectiva evolutiva, lo que significa que distinguir un objeto por su textura resulta más relevante para ellos en actividades como la caza, el juego o la manipulación de objetos con la boca.

Así, este hallazgo resalta la importancia de la textura en su percepción del entorno y sugiere que su forma de aprender y explorar está profundamente influenciada por su capacidad para sentir y tocar.

Apoyo de estudios previos​

Este sesgo hacia la textura ya había sido señalado en 2012 por un estudio de la Universidad de Lincoln (Reino Unido), donde un border collie llamado Gable demostró que, al aprender nuevas palabras asociadas a objetos, priorizaba el tamaño y la textura sobre la forma. A diferencia de los humanos, que categorizan objetos por su contorno visual, Gable reveló que los perros estructuran su percepción basándose en las sensaciones táctiles y el tamaño.

Ambos estudios coinciden en que el sistema sensorial de los perros organiza la información de manera distinta a la de los humanos, subrayando la importancia de características como la textura en su léxico mental.

Implicaciones prácticas​

Los resultados, además de ampliar nuestra comprensión sobre la percepción de los perros, también ofrece aplicaciones prácticas de las que beneficiarse en la convivencia. Reconocer que los perros priorizan la textura sobre la forma puede transformar la forma en que interactuamos con ellos y diseñamos algunas de sus experiencias diarias.

• Programas de adiestramiento: Entender que los perros prestan más atención a la textura que a la forma puede ayudar a diseñar entrenamientos más efectivos para perros de trabajo, como aquellos dedicados a tareas de asistencia o detección. Al incorporar elementos táctiles en el proceso de aprendizaje, se puede mejorar su rendimiento en diversas tareas.
• Selección de juguetes: Los titulares pueden elegir juguetes que varíen en textura para estimular y enriquecer la experiencia sensorial de los perros. Esto no solo los mantiene entretenidos, sino que también promueve su desarrollo cognitivo y emocional.
• Comunicación más clara: Asignar nombres específicos a los objetos puede facilitar el aprendizaje del perro y reducir confusiones. Si un perro tiene varios juguetes similares en forma y tamaño, pero diferentes en textura, darles nombres distintos mejorará su capacidad para diferenciarlos y responder a nuestras indicaciones.

Referencias:​

• Word Generalization by a Dog (Canis familiaris): Is Shape Important? Emile van der Zee y equipo. PLOs One (2012)
• Shape and texture biases in dogs’ generalization of trained objects. Claudia Fugazza y equipo. Scientific Reports (2024)

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