Bartholome_Bartell
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En el último tercio del siglo XIX se producía en nuestra ciudad una importante transformación desde el punto de vista de una de sus infraestructuras más básicas: el abastecimiento de agua. Sevilla pasaba de «disfrutar» un sistema arcaico, medieval y comunitario -los Caños de Carmona-, a un moderno sistema de «agua a presión» con tuberías de hierro fundido equiparable a los existentes en distintas ciudades europeas y con la Estación de Bombeo de Adufe como corazón del nuevo sistema.El expediente incoado por el Ayuntamiento en 1871 para la implantación de un abastecimiento acorde con las necesidades de los sevillanos, tanto desde el punto de vista higiénico-sanitario como de regularidad en el suministro del mismo, cristalizaba en 1882 con la concesión a George Higgin, ingeniero inglés especializado en la obtención de concesiones municipales relativas a nuevos sistemas de abastecimiento, saneamiento y transporte (en Sevilla ostentaría también la de tranvías).Inauguradas las obras en marzo de 1883 por la reina madre Isabel II (Emasesa conserva el palustre de plata de dicho acto) con la llegada del agua a presión a Sevilla en el otoño de 1884 se mejoraba sustancialmente no sólo la calidad de vida de los sevillanos -en especial de las clases más desfavorecidas, con la instalación de acometidas domiciliarias de agua y la llegada de esta a las plantas altas de las viviendas evitando el acarreo de la misma-, sino también, la propia fisonomía de la ciudad. Sin embargo, tal y como documento en mi trabajo 'Historia del Abastecimiento Moderno de Aguas a Sevilla. La presencia inglesa en el siglo XIX. 1882-1900', la implantación generalizada del nuevo sistema en las viviendas no llegó de forma inmediata, adoleciendo de respaldo social y no estando exenta de problemas financieros. Asimismo, la persistencia en el tiempo de la diferente titularidad en el suministro de aguas existentes: el municipal (Caños de Carmona), y el de The Seville Water Works (SWW) (agua a presión), provocaría que ambos sistemas convivieran durante décadas, teniendo además los dos el mismo talón de Aquiles: la escasez de agua.La recurrente insuficiencia de la misma en los acuíferos de Alcalá de Guadaíra y Mairena del Alcor por los frecuentes periodos de sequía provocaría que, en la década de los años 20, el Ayuntamiento sevillano intentara aumentar el abastecimiento para servicios domiciliarios que no fueran consumo de boca (limpieza, lavados, riegos…) con el suministro de agua filtrada proveniente del Ribera de Huelva. Ello daría lugar a la construcción de la estación de filtraje de La Algaba, iniciativa debida a la SWW y que posteriormente asumiría el propio Ayuntamiento. Todavía es posible apreciar en la fisonomía de nuestra ciudad, en las fachadas de sus viviendas y en la piel de sus calles, la huella de los dobles registros con las iniciales SWW y SWW AF (Agua Filtrada) correspondientes a los dos tipos de agua con que se abastecían los sevillanos.Durante años estos tres sistemas convivieron simultáneamente -lo que hablaba a las claras de las limitaciones de los mismos- por lo que en los años 40 el Ayuntamiento apostaba por solucionar la sempiterna carencia de capacidad de almacenamiento poniendo en marcha la construcción del embalse de La Minilla.El 1 de enero de 1957, con el rescate anticipado de la concesión a la SWW, el Ayuntamiento asumía en su totalidad la titularidad del abastecimiento de aguas a Sevilla y, en 1975, con la fusión del Servicio Municipal de Aguas, el de Alcantarillado y la creación de Emasesa se unificaba, por primera vez en la historia de nuestra ciudad, la gestión conjunta del abastecimiento y el saneamiento y con ello la del Ciclo Integral del Agua. Aunque iniciados los trámites en 1974 no es hasta el 7 de febrero de 1975 cuando se firma la escritura de constitución de Emasesa como sociedad anónima municipal, celebrando ese mismo día su primer consejo de administración en su sede social de la calle Diego de Riaño.Se cumplen 50 años de vida de Emasesa, pero también 140 del entonces nuevo sistema de abastecimiento cuyo legado histórico y patrimonial está actualmente gestionado por la empresa metropolitana. La Emasesa que hoy en día conocemos es continuadora y resultado de la prestación -bajo distintas denominaciones y formas de gestión a lo largo de siglo y medio- de un servicio público de vital importancia para los sevillanos.Creo que esta sería una hermosa ocasión de dar a conocer su historia con una didáctica e ilustrativa exposición conmemorativa. No en balde, Emasesa es una parte muy importante de la historia de nuestra ciudad, de un servicio básico para los sevillanos y, también, de nuestras propias vidas.SOBRE EL AUTOR PEDRO JOSÉ SÁNCHEZ GÓMEZ Investigador, escritor y ex empleado de Emasesa
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