Chuck Prophet, el viejo rockero a quien salvó la cumbia

larry.stamm

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En los peores días de su vida en los que esperaba con incertidumbre venenosa a saber la gravedad de su cáncer, Chuck Prophet (Whittier, California, 61 años) sólo podía distraer su cabeza con los discos de su colección de vinilos. Fueron 14 días y los álbumes de Bob Dylan, Neil Young, The Clash, The Band y tantos nombres de su amplia colección cobraron una importancia nueva, pero, sin esperarlo, conectó con uno de éxitos de cumbia. “No sabía nada de este género”, confiesa el cantante y compositor por videollamada desde su casa de California. “De repente, el cuerpo me pedía algo así”.

Pasadas esas dos semanas, los médicos le informaron que tenía un linfoma tratable y respiró más tranquilo, aunque en su cuerpo ya se quedó el gusanillo de ese sonido folclórico tan variopinto y rico como lo son todas esas comunidades latinas y caribeñas de las que salen sus distintas propuestas. Por tanto, ya enfermo de cáncer y con un tratamiento por delante, llegó la cumbia, un estilo que marca su nuevo disco, Wake The Dead (Everlasting), y muy alejado del rock clásico y alternativo, que tan bien representa este compositor de primer nivel del underground y que fue líder de Green On Red, el grupo que, junto a The Long Ryders o Dream Syndicate, ayudó a abrir una estupenda senda a finales de los ochenta conocida como Nuevo Rock Americano. “La cumbia sólo te pide que salgas de la cama”, explica. “No es la música que suele escuchar un viejo hombre anglosajón como yo, la música que escucharía si me tocase vivir en una habitación cerrada. Música que contienen discos como Third, de Big Star; Blue, de Joni Mitchell; o Tonight’s the Night, de Neil Young. Música muy introspectiva”.

“No sabía nada de este género, pero el cuerpo me pedía algo así. La cumbia sólo te pide que salgas de la cama”, dice Prophet, antiguo líder de Green On Red, que abrió la senda del nuevo rock de los ochenta

En pleno tratamiento, Prophet pensó que no haría ningún disco más en su carrera. Sin embargo, la energía de la cumbia le llevó a vencer sus miedos, más aún cuando, como nuevo fan del género, conoció en Salinas a un grupo que le fascinó: ¿Qiensave?. “Es una banda que viene de una familia mexicana de nueve hermanos. Cuando tocamos juntos en un festival hace un par de años en el sur de California, todos estaban bailando con el público. Eso me recordó a los primeros días del punk rock”, cuenta el músico. “Me gustó mucho. Cuando empecé a tocar, empecé como un fan. Fui a algunos conciertos de punk rock en San Francisco. Allí, vi a Dead Kennedys siendo muy joven. Hubo un momento en ese concierto en el que no había una línea de separación entre el público y el escenario. Todo era uno. De eso trataba el punk. El público y los músicos se vestían igual y se podían expresar de la misma forma en que se veían”. La cumbia ofrece la misma capacidad de unión que el punk, según Prophet, y además, en este caso, es una música salida de la población de Salinas, “una parte olvidada de California, el país de John Steinbeck”, donde los más necesitados se ayudaban unos a otros en una comunidad.

Wake The Dead se presenta como un álbum ecléctico, en el que este músico con el talento de crear canciones de rock trepidantes consigue aunar el rock con cumbia y sonidos dispares, ofreciendo una paleta más amplia y bailable. Lo hace como sus admirados The Clash, la formación de punk rock más inquieta y exploradora de todos los tiempos. “Pasé mucho tiempo de mi vida escuchando The Clash. Especialmente el álbum London Calling. Es una obra maestra. Aquel disco era una especie de droga que hacía de puente hacia una filosofía”, afirma. “Si el mensaje del punk era que cualquiera podía conseguir un instrumento y empezar una banda, con The Clash y ese disco el mensaje era que, una vez que montaste esa banda, podías tocar cualquier tipo de música, sin importar de donde viniese tu inspiración. Lo mismo sucede con mi disco y la cumbia”.

Su cáncer está “100% superado” después de un año de tratamiento. “He cambiado como persona, creo que soy un poco más amable que antes”, confiesa. También tiene muchos más discos en su haber. Salir de la enfermedad le ha llevado a darse cuenta de que quiere tener una colección mejor. Mueve la cámara y muestra algunos discos. Sus últimas adquisiciones son los nuevos trabajos de Los Destellos, “una gran banda de Perú”, Ezra Furman y Los Hijos del Sol. Por ahí también asoma Bob Dylan, al que se ve en un cuadro colgado en la habitación. “Amo a Bob Dylan”, asegura. “Me da tranquilidad, siempre me da más de lo que pido. Por ejemplo, el otro día vi un vídeo en el que con una llave inglesa jugaba a hacer percusión con el micrófono y daba alegría verlo. Me encanta este Bob anciano con todos sus discos. El otro día, estaba escuchando Modern Times y me detuve en ‘Thunder on the Mountain’. Estaba sentado ahí, solo, y pensando: ‘¿Qué es esto?’. Es la lengua inglesa en su esplendor y además es una canción de blues. Qué emocionante”.

¿Existe relevo en el rock? “No se deja de hablar de que el streaming está matando a los músicos. Pero yo veo mucha gente caminando con sus auriculares en los oídos. ¡Todos están escuchando música! Quizás la guitarra ya no está en esos oídos como antes, pero no me preocupa. Lo interesante es tener una idea de lo que un cantante debería parecer. ¿Debería ser como James Taylor, Townes Van Zandt o Guy Clark sólo porque es un tipo cantando sobre cierta América con una guitarra acústica? ¿Significa que Peaches no podría serlo también? Hay todo tipo de músicos porque hay muchos tipos de estilos y me gustan todos los que son diferentes”.

Chuck Prophet ríe con fuerza y habla con pasión. El cáncer ya es historia y, desde el salón de su casa, se le ve rodeado de discos. Y el hombre cambiado por la enfermedad deja una última reflexión antes de despedirse: “Si te levantas por la mañana y estás interesado en lo que estás haciendo, creo que eres una persona afortunada. Hay que encontrar algo que te interesa. Sea la música, Bob Dylan, la familia, el trabajo… Eso lo he aprendido. Y yo me considero una persona afortunada. Te lo juro”.



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