Eveline_Grant
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China redobla su política de estímulos para tratar de reactivar una economía en declive estructural . El Gobierno ha anunciado este viernes una serie de medidas por valor de 10 billones de yuanes (1,3 billones de euros) para facilitar que los gobiernos locales y provinciales gestionen su acusada deuda. El comunicado se ha producido tras una semana de deliberaciones del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, el órgano parlamentario del aparato. La institución ha aprobado incrementar en 6 billones de yuanes (780.000 millones de euros) la cuota de deuda de los gobiernos locales, quienes también podrán emitir otros 4 billones (52.000 millones de euros) para financiar el pago de deudas ocultas. A partir de ahora, no obstante, habrá «tolerancia cero» con este tipo de prácticas, ha advertido en rueda de prensa el ministro de Finanzas, Lan Foan. Noticia Relacionada estandar Si La economía china crece un escaso 4,6% en el tercer trimestre y pone en duda las medidas de Xi Jinping Jaime Santirso | Corresponsal en PekínEstas maniobras llegan apenas unas semanas después de que el Gobierno chino pasara a la acción tras meses de inmovilismo. A finales de octubre el Banco de China ya trató de facilitar el crédito e inyectar liquidez al sistema mediante medidas como una reducción del coeficiente de reservas obligatorias de las entidades bancarias en cincuenta puntos básicos, lo que según cálculos oficiales podría liberar un billón de yuanes (130.000 millones de euros) para nuevos préstamos. Esto generó una potente reacción bursátil pero no se tradujo en un cambio de inercia ante la falta de detalles específicos y el pesimismo general . La medida, sin embargo, evidenciaba que las autoridades eran conscientes de la problemática situación. El aviso, de hecho, incluía el adelanto de que podría haber más intervenciones pronto: una segunda hondonada que ha llegado hoy, aunque la reacción de los expertos resulta de momento comedida. «A menos que haya más novedades esta noche, el anuncio fiscal de hoy es otra decepción para quienes esperaban un estímulo sustancial», ha comentado Mark Williams, economista jefe para Asia de la consultora Capital Economics en un informe difundido tras el anuncio. «Vale la pena recordar que hay cierto respaldo fiscal en camino, gracias a la iniciativa del Gobierno de utilizar los fondos presupuestados de este año antes de fin de año, los cuales todavía ascendían al 1,6% del PIB hace un mes. En el muy corto plazo, el crecimiento debería mejorar, pero el año próximo será más difícil», pronosticaba. El objetivo a corto plazo consiste en garantizar que la economía del país cumple el objetivo anual de crecimiento, fijado «alrededor del 5%»: una cifra modesta en comparación con la serie histórica pero ambiciosa ante las circunstancias actuales. En el tercer trimestre del año el PIB chino creció un 4,6% según las siempre generosas cifras oficiales, una de las marcas más bajas desde la reapertura a finales de 2022 tras los tres años de aislamiento provocados por la política de covid-cero. A esto se suma, además, la inminente llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, presidente que en su anterior mandato llevó la relación entre China y Estados Unidos al terreno de la hostilidad geopolítica explícita a partir de su guerra comercial. Durante la campaña electoral, Trump ha prometido imponer aranceles generales de hasta el 60% a todos los productos procedentes de China , lo que el régimen podría interpretar como una declaración de guerra económica. «La historia enseña que China y Estados Unidos ganan con la cooperación y pierden con la confrontación», advirtió Xi Jinping en su mensaje de felicitación al presidente electo.
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