Comienza a ser marca de la casa, y una especie de prolongación audiovisual del catálogo (hago un inciso para invitarles a adquirir, o al menos ojear, el editado para la ocasión, réplica del del MET de 2017, pero con los textos en castellano), el vídeo inmersivo que sitúa, a través de voces de quienes la conocieron, a la figura a la que dedica su gran muestra anual la Fundación MOP, en La Coruña. Le toca el turno a Irving Penn (1917-2009), uno de los mejores fotógrafos de moda, quizás, podríamos decir, a su pesar. Pero luego volveremos a esto... En un momento del audiovisual, no importa ahora mucho quién, uno de los entrevistados recuerda las palabras del artista: «En este estudio no se hacen fotos; en este estudio hacemos historias de amor». Porque Irving Penn, hay que escribirlo ya, es el fotógrafo de moda menos fotógrafo de moda de los que hemos visto pasar por este espacio: primero Peter Lindbergh (2021), luego Steven Meisel (2022), Helmut Newton el pasado año (el más excesivo)...Noticias relacionadas estandar Si Català-Roca póstumo: así 'retrató' la piel de Barcelona Natividad Pulido estandar Si Nicolás Muller, el judío errante Natividad PulidoAhora, un autor que en realidad quería ser artista. Que de hecho, y como expone el comisario de la muestra, Jeff L. Rosenheim, responable del área de foto del MET, institución que organizó en 2017 esta muestra para conmemorar el nacimiento del norteamericano (y de ahí su título 'Centennial'), un artista que siempre tuvo claro que su técnica era la fotografía y su soporte, el papel. Al que no le quedó otra que positivar en color para las revistas, pero que viraba al blanco y negro cuando quería dejar algo para la posteridad. Que estudió Bellas Artes y que incluso comenzó como pintor, aunque terminará destruyendo sus pinturas. Un artista en el que la composición será fundamental, y sobre el que se cierne (basta recorrer las salas) las sombras de Matisse y de Rembrandt. Un autor, en definitiva, que 'dibujaba' sus fotos antes de hacerlas (y quizás se eche en falta algunos de esos dibujos que eran la base de sus obras y que sí apuntamos a ver en el documental).Afinar o afilar la cámara Solo un artista definiría su cámara como un stradivarius, o como un bisturí, que en función del sujeto –u objeto– retratado se afina o se afila para obtener los mejores resultados. Esta exposición en Galicia repasa toda su trayectoria, la que se inicia en los años treinta, influido por la foto callejera imperante en la época, y la que acaba con sus últimos ejercicios creativos, cuando las fuerzas ya no dan para sesiones extenuantes con modelos insoportables y la atención se fija en flores marchitas (no hay declaración de intenciones más aplastante que esta asunción de lo efímero que es la belleza), chicles pegados en el suelo o recipientes de comida china. Es por ello que quizás, y pese al peso que Penn tuvo en el sector, convendría quitarle el sambenito de 'fotógrafo de moda'. Sirva la advertencia para aquellos que se acercan a la Fundación MOP (que estrena librería en el Silo y que, me cuentan, en breve seguirá creciendo en el Muelle de La Coruña), buscando a autores de este signo en sus exposiciones, porque quizás sea esta la muestra más canónica de fotografía 'como arte' a la que se han enfrentado hasta ahora. Porque Penn le será infiel a la disciplina con géneros como el bodegón (de hecho, será con este tipo de composiciones con las que saltará a 'Vogue', donde permanecerá más de 60 años, llegando a ser el autor que más portadas le cubriría), y le hará amor a desconocidos (su serie sobre 'los pequeños oficios' será su conjunto más prolijo), de aquí y de allá (atención a su fotografía etnográfica). Por no hablar de esas 'excentricidades' para la crítica (y para sus amigos) como los desnudos femeninos o las instantáneas de colillas de cigarrillos ampliadas hasta agigantarlas.Multifacético. De arriba abajo, 'Nude number 72' (1949-1950); 'Three Asaro Mud Men. New Guinea'; y 'Glove and Shoe, New York' (1947) Irving Penn Dice el comisario de la cita, que Alexander Liberman, el director de arte en 'Vogue' que le dio su primera gran oportunidad tras su paso por 'Harper's Bazaar' junto a Aleksei Brodovich (ambos serán sus mentores y gran influencia creativa), le consideraba un 'autor asilvestrado'. Llegaba, decimos, tras renunciar a una carrera pictórica, y tras iniciarse en la foto callejera tomando imágenes de anuncios y carteles, generando pequeñas composiciones tipográficas. Con estas obras arranca la muestra, que pronto nos lleva al giro copernicano que supondrán sus 'retratos existenciales': retratos sin fondo para los que el fotógrafo creó en su estudio, con dos paneles a unos 45 grados, una plataforma en la que introducía a sus modelos y les obligaba a asumir este pequeño 'encierro o prisión psicológica'. Así vemos en la cita retratado a Truman Capote o al diseñador Schiaparelli, única imagen en la que se deja percibir la tramoya, que se recrea en Coruña para que el visitante experimente la sensación de los grandes modelos del norteamericano.Fotografiar con el tactoEsta sección da paso a la de los bodegones, en los que ya se apunta la que será una de las 'marcas de la casa': la idea del tacto que el fotógrafo le insuflará a todas sus propuestas. Penn, hombre silencioso y discreto, se comunicará con sus modelos a través del tacto (así lo reconocía su hijo, hoy responsable de la fundación del padre). En el caso de los bodegones, comprobamos cómo todo en la composición 'se toca', ningún elemento se deja al albur. A Cuzco llegará nuestro protagonista por un encargo, ya de moda, de la revista, en Lima, tras la apertura del primer trayecto aéreo Nueva York-Perú. Sin embargo, el preferirá ocupar el tiempo libre con los locales, inmortalizándolos usando para ello el fondo neutro de un fotógrafo local al que alquila el estudio.Este hecho es significativo por dos cuestiones: la primera, porque es el antecedente de ese telón adquirido en París que desde 1948 le servirá para 'anular' a sus 'celebrities' (el original también se incluye en la muestra). Y dos, porque da pie a una rama sociológica y etnográfica en el trabajo que le llevará en los setenta a África y Oceanía y que se prolonga en su interés por el ciudadano de a pie de los 'Pequeños oficios': camareros, pasteleros, chaterreros, bomberos... De Nueva York, de París, de Londres... inmortalizados con sus instrumentos de trabajo, y con los que se entretenía esperando entre maniquí y maniquí. 'Pablo Picasso en La Californie' Irving PennAl final, todos tratados por el mismo rasero. Mismo telón, mismas armas. Para él, confiesa el comisario, las modelos serán unas trabajadoras más (todas menos una: Lisa Fonssagrives, ex de otro fotógrafo, con la que se casaría), solo que sus utensilios de trabajo son las prendas de vestir o su rostro.Sin duda, lo que más gozará el visitante de la cita que busca al Irving Penn 'de moda' será los retratos de famosos (y si un pero le podemos poner a todo el conjunto es que las copias, si bien son originales y de gran calidad, no son en todos los casos de época ): resaltará el de Picasso, obviamente –eso ya es Historia del Arte–, junto a los de Marlene Dietrich (la que más trabajo dio) o Ingmar Bergman (el que más costó), pero llamará la atención el de Bacon, precisamente porque no utilizó el fondo. ¿La causa? El pintor tenía en el estudio un autorretrato de Rembradt, el maestro. Eso no podía ocultarse. Irving Penn 'Centennial' Fundación MOP. La Coruña. Muelle de Batería, s/n. Comisario: Jeff L. Rosenheim. Coproducen: Museo Metropolitan y Fundación Irving Penn. Hasta el 1 de mayo de 2025. Cuatro estrellas.Versace, Avedon, Issey Miyake, Galiano. .. Penn sabía deleitar el ojo. Por eso la muestra se cierra con un beso, los labios de una campaña publicitaria. Eso sí que es tener tacto.
Cargando…
www.abc.es