ethompson
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Català-Roca, por partida doble en Madrid . Cuando murió en 1998, el gran fotógrafo catalán dejó inéditos dos proyectos de fotolibro –publicó más de ochenta en su carrera– en los que andaba trabajando en sus últimos años: uno sobre Barcelona (el quinto sobre su ciudad, uno de los motivos más importantes de su fotografía) y otro sobre Nueva York, que aún tendrá que esperar para ver la luz. El primero lo tenía casi listo. En su estudio se hallaba la maqueta, hoy propiedad de su hijo Andreu. Quiso que la mayoría fueran imágenes dobles –mezcla distintas épocas, blanco y negro y color– y que el fotolibro no llevara texto. «Los libros de fotografía no deben llevar texto junto a la imagen; la gente debe acostumbrarse a leer la fotografía , observándola, intentando saber qué quiso decir el fotógrafo, descubriendo cosas que el fotógrafo no advirtió», decía el maestro. Reunió dos centenares de imágenes (algunas publicadas, la mayoría inéditas) en este libro, al que bautizó con un hermoso título, 'La piel de Barcelona' . Ya había dedicado antes otros cuatro fotolibros monográficos a su ciudad: 'Barcelona', 1954, con texto de Luis Romero; 'Ocho siglos de calles de Barcelona', 1974, con textos de Josep Maria Espinàs; 'Ver Barcelona', 1984, con la colaboración de Pere Calders, y 'Barcelona. La conquista del espacio. Arquitectura', 1992. En el quinto, más personal, quiso centrarse en detalles de las fachadas de la ciudad. Con motivo del centenario de su nacimiento se publicó 'La piel de Barcelona', editado en 2023 por Grupo Enciclopedia, con la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona, en edición trilingüe (castellano, catalán y francés). Noticias relacionadas estandar Si Irving Penn, entre un Stradivarius y un bisturí Natividad Pulido estandar Si Nicolás Muller, el judío errante Natividad PulidoDe julio a septiembre de este año se expusieron las imágenes del fotolibro póstumo en la Casa Golferichs de Barcelona y ahora recalan, hasta el 14 de febrero de 2025, en el Centro Cultural Librería Blanquerna de Madrid , donde ayer fue presentada la muestra, que incluye también imágenes de los años 50 de Barcelona y de Madrid, « un diálogo inacabado »: el Paralelo, una corrala de Mesón de Paredes... En 1954 hizo unas imágenes memorables de la capital para una guía de Juan Antonio Cabezas. Explica a ABC su hijo, Andreu Català Pedersen , que mientras las fotografías en blanco y negro de los años 50 de su padre retratan una ciudad cosmopolita, muy viva y dinámica, las que hace en los 70, 80 y 90 son obras de madurez donde priman los silencios . Lo compara con las grabaciones que hizo Glenn Gould de las 'Variaciones Goldberg': «Las últimas son más reposadas». «Hay un Català-Roca por descubrir . Nunca dejó la fotografía, fue su gran amor . Mantuvo un idilio con Barcelona, pero le gustaba muchísimo Madrid, que fotografió con cariño e interés». En la capital tomó imágenes icónicas como 'Señoritas en la Gran Vía'. Francesc Català-Roca. 'Rosetón de Santa María del Pi' y 'Arenques del mercado de la Boquería' (1988) Fondo Francesc Català-Roca. Archivo Nacional de Cataluña © 2024 Català-Roca, VEGAP, Barcelona«'La piel de Barcelona' es su libro más melancólico . En él mira a la ciudad de forma más contemplativa y detallista. Recorre la Barcelona medieval, la modernista, centrándose en la textura de las paredes y fachadas de las casas; apenas hay personas», dice el comisario, Manuel Guerrero Brullet . En una vitrina se exhibe la maqueta original, junto a imágenes inéditas que no se incluyeron en el fotolibro. Cuelgan en las paredes unas 60 imágenes de los dos centenares que incluyó en él Francesc Català-Roca. El fotógrafo confronta una imagen de la Fundación Miró diseñada por Josep Lluís Sert con una obra del artista catalán, gran amigo suyo. Siempre se movió como pez en el agua entre artistas y arquitectos. Chillida decía que nadie había fotografiado sus esculturas como Català-Roca. En otra doble fotografía, que semeja una obra abstracta, una imagen de la Pedrera junto a una de las torres de la Sagrada Familia, dos obras maestras de Gaudí . Une también una imagen de la Rambla con una fotografía del Liceo; un 'Pantocrátor' con una imagen publicitaria; una vidriera con un plato de arenques... La ironía y el humor son marcas de la casa. «Fue un avanzado, un maestro de generaciones de fotógrafos», advierte Guerrero Brullet, quien destaca la « modernidad radical de su fotografía , sus juegos formales y contrastes, su amplitud como fotógrafo: abordó los retratos, el mundo del arte, la arquitectura, las ciudades, los paisajes, Latinoamérica... Francesc Català-Roca. 'Mosaico de Joan Miró en la Rambla', 1977, y 'Calle de Ciutat Vella', 1988 Fondo Francesc Català-Roca. Archivo Nacional de Cataluña © 2024 Català-Roca, VEGAP, BarcelonaPrecisamente, el Museo de América abrió el pasado 21 de noviembre la muestra 'La elocuencia de la imagen. Català-Roca en América' , comisariada por Lia Colombino, museóloga e investigadora, en la que propone un recorrido inédito por la producción que Català-Roca realizó en Latinoamérica durante varios viajes, comenzando en México en 1973 y acabando en Ecuador en 1979, como parte de un proyecto documental para la editorial Blume. La exposición presenta, hasta el 13 de abril, 230 fotografías de más de 7.000 negativos.En 2023, la Generalitat de Cataluña adquirió por dos millones de euros el fondo Català-Roca , que se conservaba en el Colegio de Arquitectos de Cataluña. Un inmenso legado de más de 200.000 imágenes («un patrimonio cultural sin parangón», puntualiza Andreu Català) que atesoran el Archivo Nacional de Cataluña y el Museo Nacional de Arte de Cataluña. El MNAC iba a celebrar este año una gran antológica del fotógrafo para cerrar los actos del centenario de su nacimiento, pero se retrasará hasta 2027 o 2028. Apenas hay catalogado y digitalizado un 10% de su ingente producción. También está previsto que en unas semanas se reediten sus memorias, 'Impresiones de un fotógrafo' , de 1995, que se publicarán en castellano, catalán e inglés.
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