dgleichner
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 54
Enciendes la tele y da la sensación de que algunos magacines han descubierto ahora que los cuerpos evolucionan. Como consecuencia, han creído que una de las noticias más relevantes de la semana ha sido el "cambio físico" de David Bustamante, que se ha viralizado a través de un vídeo de un concierto. Porque la fuente de información de los magacines son vídeos en redes sociales.
De nuevo, queda delatado cómo la sociedad castiga aquellos cuerpos que se salen de un patrón normativo. O lo que nos dijeron que era normativo, pues si se hace una media aritmética descubriremos que ninguno de nosotros entra en el promedio. De hecho, es más fácil que la sociedad se parezca más al Bustamante danzando en la verbena que al Bustamante de las fotos con las que promociona sus colonias. Bien retocadas, para no decepcionar la ensoñación de los cánones de belleza que se nos incrustan en la cabeza desde pequeños.
Cánones que nos hacen olvidar que los cuerpos no paran de crecer. Incluso que los cuerpos no son objetos de consumo. "Yo hago con mi cuerpo lo que me da la gana", se escucha a veces. Como si fuera un jarrón que puedes descambiar. El cuerpo somos nosotros.
A Bustamante le vimos ponerse cachas. Su trabajo le costó, así que se quitaba la camiseta con facilidad y sus pectorales protagonizaron portadas. Muchos compararon su foto de antes, en la academia de OT, con su foto esculpido de gimnasio. Aunque nadie pareció recordar que después de la foto del después viene otro después.
Y no debería pasar nada. Porque evolucionamos. Pero algo sigue fallando si un simple vídeo con unos kilos distintos a los que recordábamos por las fotos de póster con las que se promociona una carrera provoca que los cuchicheos se desborden. Los cuerpos nunca pueden estar a debate. Pero lo están. Todo el rato: en la tele, en el ascensor, en la sala de estar. Desde que somos niños nos han animado a señalar al que se salía del patrón aceptable. Y, a menudo, los que señalan enarbolan la bandera de la salud. Aunque no sepan las circunstancias de cada persona.
Confundimos sano con adelgazar al galope. Cuando no siempre va relacionado. Celebramos a la gente que solo posa con la hamburguesa, pero que jamás se la come. No vaya a ser que degustar la vida le impida cumplir con las expectativas de otros. La dictadura de la delgadez es una lacra social tengas el peso que tengas. Margina. Estigmatiza. Nos raya. Nos crea odios hacia nosotros mismos, especialmente a las mujeres pero, ahora, la igualdad al revés también los provoca en hombres que necesitan la validación del like de Instagram.
Pero Bustamante simplemente estaba ejerciendo sus característicos movimientos de cadera de siempre. La coreografía está intacta. Lo que han cambiado son sus años. Pero ni siquiera parece que ha cambiado la mirada social donde el gordo siempre es culpable. Aunque solo estuviera bailando.
Cargando…
www.20minutos.es